Octojin
El terror blanco
05-12-2024, 02:51 PM
(Última modificación: 05-12-2024, 06:30 PM por Octojin.)
El grito de alarma resuena como un disparo en la quietud del pasillo, seguido por el eco de pasos apresurados mientras Porter y su grupo comienzan a correr. Marek, siempre atento, intercepta a dos guardias que intentan detenerlos, chocando contra ellos con una fuerza que parece más animal que humana. Desde luego ha sido una idea genial traerlo, está placando a todo al que ve sospechoso. ¿Habrá trabajado de escolta anteriormente? Sus movimientos son contundentes y directos, bloqueando eficazmente el camino de los adversarios mientras los demás avanzan.
Tú, en el centro del caos, no pierdes un segundo. Tus espadas brillan al desenvainarse, reflejando la luz de las lámparas en el pasillo. La mirada del líder de los guardias se cruza con la tuya, y puedes notar la determinación en sus ojos, pero también una pizca de incertidumbre. Sabes que no esperaba enfrentarse a alguien como tú. Quizá, de echo, no esperaba enfrentarse a nadie directamente.
Lo cierto es que la situación no pinta bien, querido Pavo Real. Estás en medio de todo el mundo, con Marek rondando de un sitio a otro placando a gente, pero sin ser suficiente apoyo como para acabar con todos. Al menos, la parte positiva, es que Otto y los demás han conseguido pasar y se dirigen a la caja fuerte. Ojalá que lo consigan, sino vaya bajón.
Con un giro fluido, consigues liberar una poderosa ráfaga de aire cortante. La técnica se despliega como un torbellino feroz, alcanzando a varios guardias que se encuentran en el radio de su expansión. Dos de ellos caen de inmediato, sus armas resbalan de sus manos y sus cuerpos impactan contra las paredes, dejando marcas de sangre en el proceso. Otros cinco intentan resistir, pero los cortes les alcanzan parcialmente, obligándolos a retroceder con heridas visibles que, aunque no los incapacitan, los dejan desorientados.
El Den Den Mushi en el suelo es destrozado por la ráfaga, sus fragmentos vuelan en todas direcciones, eliminando al menos una posibilidad de que los guardias llamen refuerzos. Que, por otro lado, quizá no haya. Sin embargo, tu ataque no ha sido suficiente para desmoronar completamente su moral. Los guardias más alejados logran evadir el torbellino, reagrupándose rápidamente y alzando sus espadas mientras te rodean en círculo, cubriendo prácticamente todos los ángulos posibles. Estás un poco en el centro del problema. Todos los ojos recaen sobre ti, y probablemente sea lo que más te gusta en este mundo.
El líder, por su parte, se mantiene firme, protegiendo su posición central. Sus movimientos son calculados, y puedes ver que no es un adversario cualquiera. Aún así, decides aprovechar el momento y lanzarte hacia él con un tajo rápido y preciso, buscando terminar con su resistencia de un solo golpe. Tu ataque va directo hacia su cuello, pero en el instante en que el filo de tu espada está a punto de alcanzarlo, una figura aparece justo detrás de él y, al grito de "al suelo", hace que el jefe se agache y deje vía libre a su ataque.
El espadachín que emerge bloquea tu ataque con una fuerza abrumadora, el choque de espadas resuena como un trueno en el pasillo. El impacto te hará retroceder unos pasos, y por primera vez en esta batalla, sientes la resistencia de alguien que iguala, o incluso supera, tu habilidad. Su mirada es fría y calculadora, y el modo en que sostiene su espada deja claro que no es un simple guardia. Sus ojos, la ferocidad y agilidad de su movimiento y la actitud con la que te parece estar desafiando desde luego te dará que pensar. Parece un rival digno. Estaría genial habértelo encontrado en un uno contra uno, pero me parece que las cosas aquí no están tan sencillas.
— Así que tú eres el famoso Pavo Real del Océano — dice el espadachín con una voz baja pero cargada de confianza. —. No esperaba encontrar a alguien interesante entre esta banda de rateros. ¿Ahora robas casinos? Interesante.
No tienes tiempo para responder, porque los guardias que sobrevivieron a tu torbellino aprovechan el momento para cerrar el círculo a tu alrededor. Marek sigue peleando contra los dos guardias que detuvo al inicio, y aunque parece tener la ventaja, sabes que no podrá ayudar demasiado pronto.
De repente, recibes un ataque conjunto por parte de los cinco espadachines, que atacan con una sincronización digna de estudio. Todos los ataques son con katana, y tienen como objetivo eliminarte. El jefe, por su parte, da un par de pasos hacia atrás mientras desenvaina su arma y adopta una postura defensiva. Por su parte, el enigmático espadachín que te sorprendió, adopta una pose ofensiva con su arma y flexiona ligeramente el cuerpo. Algo planea, desde luego.
Mientras evalúas la situación, Porter y su grupo logran avanzar un poco más por el pasillo, aunque sabes que su éxito depende de que tú mantengas ocupados a estos guardias. Tienes una decisión que tomar: ¿enfocar toda tu energía en el espadachín que acaba de aparecer, junto con los demás, o intentar romper el cerco que te rodea para seguir avanzando? Una cosa es segura: el escenario que estás pisando ahora requiere toda tu habilidad para salir con vida y, como siempre, para brillar en medio del caos.
Tú, en el centro del caos, no pierdes un segundo. Tus espadas brillan al desenvainarse, reflejando la luz de las lámparas en el pasillo. La mirada del líder de los guardias se cruza con la tuya, y puedes notar la determinación en sus ojos, pero también una pizca de incertidumbre. Sabes que no esperaba enfrentarse a alguien como tú. Quizá, de echo, no esperaba enfrentarse a nadie directamente.
Lo cierto es que la situación no pinta bien, querido Pavo Real. Estás en medio de todo el mundo, con Marek rondando de un sitio a otro placando a gente, pero sin ser suficiente apoyo como para acabar con todos. Al menos, la parte positiva, es que Otto y los demás han conseguido pasar y se dirigen a la caja fuerte. Ojalá que lo consigan, sino vaya bajón.
Con un giro fluido, consigues liberar una poderosa ráfaga de aire cortante. La técnica se despliega como un torbellino feroz, alcanzando a varios guardias que se encuentran en el radio de su expansión. Dos de ellos caen de inmediato, sus armas resbalan de sus manos y sus cuerpos impactan contra las paredes, dejando marcas de sangre en el proceso. Otros cinco intentan resistir, pero los cortes les alcanzan parcialmente, obligándolos a retroceder con heridas visibles que, aunque no los incapacitan, los dejan desorientados.
El Den Den Mushi en el suelo es destrozado por la ráfaga, sus fragmentos vuelan en todas direcciones, eliminando al menos una posibilidad de que los guardias llamen refuerzos. Que, por otro lado, quizá no haya. Sin embargo, tu ataque no ha sido suficiente para desmoronar completamente su moral. Los guardias más alejados logran evadir el torbellino, reagrupándose rápidamente y alzando sus espadas mientras te rodean en círculo, cubriendo prácticamente todos los ángulos posibles. Estás un poco en el centro del problema. Todos los ojos recaen sobre ti, y probablemente sea lo que más te gusta en este mundo.
El líder, por su parte, se mantiene firme, protegiendo su posición central. Sus movimientos son calculados, y puedes ver que no es un adversario cualquiera. Aún así, decides aprovechar el momento y lanzarte hacia él con un tajo rápido y preciso, buscando terminar con su resistencia de un solo golpe. Tu ataque va directo hacia su cuello, pero en el instante en que el filo de tu espada está a punto de alcanzarlo, una figura aparece justo detrás de él y, al grito de "al suelo", hace que el jefe se agache y deje vía libre a su ataque.
El espadachín que emerge bloquea tu ataque con una fuerza abrumadora, el choque de espadas resuena como un trueno en el pasillo. El impacto te hará retroceder unos pasos, y por primera vez en esta batalla, sientes la resistencia de alguien que iguala, o incluso supera, tu habilidad. Su mirada es fría y calculadora, y el modo en que sostiene su espada deja claro que no es un simple guardia. Sus ojos, la ferocidad y agilidad de su movimiento y la actitud con la que te parece estar desafiando desde luego te dará que pensar. Parece un rival digno. Estaría genial habértelo encontrado en un uno contra uno, pero me parece que las cosas aquí no están tan sencillas.
— Así que tú eres el famoso Pavo Real del Océano — dice el espadachín con una voz baja pero cargada de confianza. —. No esperaba encontrar a alguien interesante entre esta banda de rateros. ¿Ahora robas casinos? Interesante.
No tienes tiempo para responder, porque los guardias que sobrevivieron a tu torbellino aprovechan el momento para cerrar el círculo a tu alrededor. Marek sigue peleando contra los dos guardias que detuvo al inicio, y aunque parece tener la ventaja, sabes que no podrá ayudar demasiado pronto.
De repente, recibes un ataque conjunto por parte de los cinco espadachines, que atacan con una sincronización digna de estudio. Todos los ataques son con katana, y tienen como objetivo eliminarte. El jefe, por su parte, da un par de pasos hacia atrás mientras desenvaina su arma y adopta una postura defensiva. Por su parte, el enigmático espadachín que te sorprendió, adopta una pose ofensiva con su arma y flexiona ligeramente el cuerpo. Algo planea, desde luego.
Mientras evalúas la situación, Porter y su grupo logran avanzar un poco más por el pasillo, aunque sabes que su éxito depende de que tú mantengas ocupados a estos guardias. Tienes una decisión que tomar: ¿enfocar toda tu energía en el espadachín que acaba de aparecer, junto con los demás, o intentar romper el cerco que te rodea para seguir avanzando? Una cosa es segura: el escenario que estás pisando ahora requiere toda tu habilidad para salir con vida y, como siempre, para brillar en medio del caos.