[Aventura] La torre de la medianoche [T4]

De repente, me sentia sumamente observado, recogí las alas todo lo que pude y empecé a observar la situación, un conjunto de hombres de alta edad estaba mirandonos antentamente, juzgandonos a cada segundo que pasaba, sus pupilas fuertemente clavadas en nosotros.
Por sorpresa, apareció aquel pelirrojo, el poseedor del haki del rey que habia conocido en aquella aldea, que me habia dejado inconsciente y que después me habia amenazado pensando que era uno de los ladrones que habian asaltado la villa. 
-Hombre, tu y yo nos conocemos, pero por si acaso- extendí mi mano hacia él con un gesto amistoso -Me llamo John Joestar, encantado de conocerte, como dios manda esta vez- No sabia cual seria el siguiente paso de aquel chaval, su cara me daba una impresión...rara, como si no estuviera equilibrado del todo, su mirada era...curiosa, cuanto menos.
-Caballero, me presento, soy el lider de la futura tripulación de los Stardust Crusaders, y aqui, Lobo, compañero y bien conocido, es a quien sigo por el momento, sus palabras son ciertas, la recompensa es importante...pero secundaria- dije mientras apoyaba mi mano sobre el hombro de Lobo y le echaba una mirada de reojo -lo que requieran, se verá cumplido, les doy mi palabra, y lo juro en nombre de mi madre, en paz descanse ella. Tanto el innato poder de Yoshi, como el estiloso estilo de Lobo y mi duro entrenamiento están a su disposición para resolver el problema.- Volví a meter mis manos en los bolsillos de manera relajada, dando un toque de confianza en la sala, para que los ancianos y los hombres alli situados pudieran ganar algo de respeto hacia mi persona.
Estuvimos caminando un rato, mientras comentabamos algunas cosas sobre nosotros, como viejos amigos que llevaban años sin verse, aunque Lobo es el que más hablaba sin duda, pelín nervioso me ponia con tanto gara al final de cada jodida frase, pero bueno, intentaba no alterarme demasiado. Yoshi nos llevó hasta su herreria, la verdad es que estaba sorprendentemente limpia, al menos para lo que estaba acostumbrado a ver por ahi. Además me resultó agradable ver todo ordenado, aunque gastado, logicamente, se veia que aquel chico era un trabajador, solo faltaba ver como comerciaba.
-Pues ahora que lo dices, no me vendria mal alguna mejora, ¿Tienes algo para las botas o las piernas? no me vendria mal poder pegar patadas igual de fuertes que puñetazos, siempre cuando me lo dejes a buen precio por supuesto- le sonreí mientras observaba algunos de sus trabajos -O quizá algunos guanteletes mejores que los mios, o bueno, quizá una armadura...en fin, presentamente que tienes a buen precio y podemos negociarlo, nunca se sabe con que nos encontraremos, pero que sea de mineral puro si puede ser, para poder transmitir Hamon- seguí sonriendole mientras le apoyaba la mano en el hombro, de la manera más amistosa que pude.