Atlas
Nowhere | Fénix
06-12-2024, 01:43 PM
Por un momento la ceja de Vengeance se arquea de una manera que para cualquiera podría considerarse imposible de no haberlo visto con sus ojos. ¿Es realmente posible eso que le dices? A fin de cuentas él no iba buscando nada en concreto cuando se metió a husmear en el barco que hundió la Armada Revolucionaria. Podría sacar un buen dinero por esos documentos que halló, de acuerdo, pero tampoco es algo que le quite el sueño. En realidad, inicialmente ése y no otro era el motivo de que anduvieses detrás de él. Tú estás dispuesto a dejarle marchar a cambio de los papeles... ¿Qué pasa con Fiuri? No es que tenga que dejarle marchar, es que tiene que ser él quien le lleve. Aunque bueno, bien visto, todo es a cambio de la vida del pobre Neo, que no pinta demasiado en este asunto y simplemente estaba en el peor lugar en el peor momento.
Los ojos del capitán Vengeance se vuelven hacia el colosal e imponente tiburón, que os mira alternativamente. Primero a él, con una cara de odio que sería capaz de atemorizar al mismísimo Satanás. Después a ti, cuestionando con sus ojos quién demonios eres para hacer tratos en su nombre. Aun así, parece que a él la oferta también le resulta lo suficientemente tentadora como para darle un par de vueltas. Es entonces cuando la voz de Neo llega hasta vosotros, procedente de allí donde el pirata lo tiró.
—¡Ni se te ocurra! —exclama el pequeño gyojin. ¿Estaba amordazado? No lo recuerdo, pero si lo estaba se ha tenido que librar de algún modo—. ¡Has estado toda la vida dando bandazos de un mar a otro para poder asentarte aquí y buscar la paz de una buena vez! ¡A ese tipo también le persigue la Marina! ¡Si descubren que le has ayudado a escapar no sólo no te permitirán quedarte aquí, sino que seguro que te convierten en un criminal buscado! ¡No estoy dispuesto a permitir eso, Fiuri!
—¡Cállate! —ruge el corsario, que se ha ido acercando al muchacho poco a poco desde que ha empezado a hablar, al tiempo que le propina una sonora patada en el costado—. ¿Qué te parece, Fiuri? ¿Aceptas?
—Si lo haces no nos volverás a ver nunca, Fiuri —musita Neo—. Será como si hubiéramos muertos los dos, aquí y hoy. Tanto nosotros para ti como tú para nosotros.
El tiburón contempla la situación con mirada gélida. Sabe que, por mucho que diga, Marshall no se atreve a matar al niño porque es un seguro de vida contra él. ¿Quién le dice que no lo mandará todo a la mierda y a cambio de la vida de Neo no traicionará sus principios para despedazarle como un trozo de papel inservible? No, al niño lo necesita con vida hasta que salga de la isla.
—No lo haré —dice finalmente el veterano cazarrecompensas.
—Parece que la parte del transporte se te ha complicado un poco —dice Vengeance, mirándote a ti mientras, colocando una de sus manos sobre una roca y empleando un pie para fijarla, da un tirón para alinear los huesos de su brazo fracturado. En el proceso libera un grito de dolor casi tan sonoro como el crujido, pero no tarda en volver a la conversación—. Yo no tengo ningún interés en esta información ni en el niño. Sólo quiero salir de aquí. Si me buscas un medio para marcharme te doy al niño y los papeles.
Los ojos del capitán Vengeance se vuelven hacia el colosal e imponente tiburón, que os mira alternativamente. Primero a él, con una cara de odio que sería capaz de atemorizar al mismísimo Satanás. Después a ti, cuestionando con sus ojos quién demonios eres para hacer tratos en su nombre. Aun así, parece que a él la oferta también le resulta lo suficientemente tentadora como para darle un par de vueltas. Es entonces cuando la voz de Neo llega hasta vosotros, procedente de allí donde el pirata lo tiró.
—¡Ni se te ocurra! —exclama el pequeño gyojin. ¿Estaba amordazado? No lo recuerdo, pero si lo estaba se ha tenido que librar de algún modo—. ¡Has estado toda la vida dando bandazos de un mar a otro para poder asentarte aquí y buscar la paz de una buena vez! ¡A ese tipo también le persigue la Marina! ¡Si descubren que le has ayudado a escapar no sólo no te permitirán quedarte aquí, sino que seguro que te convierten en un criminal buscado! ¡No estoy dispuesto a permitir eso, Fiuri!
—¡Cállate! —ruge el corsario, que se ha ido acercando al muchacho poco a poco desde que ha empezado a hablar, al tiempo que le propina una sonora patada en el costado—. ¿Qué te parece, Fiuri? ¿Aceptas?
—Si lo haces no nos volverás a ver nunca, Fiuri —musita Neo—. Será como si hubiéramos muertos los dos, aquí y hoy. Tanto nosotros para ti como tú para nosotros.
El tiburón contempla la situación con mirada gélida. Sabe que, por mucho que diga, Marshall no se atreve a matar al niño porque es un seguro de vida contra él. ¿Quién le dice que no lo mandará todo a la mierda y a cambio de la vida de Neo no traicionará sus principios para despedazarle como un trozo de papel inservible? No, al niño lo necesita con vida hasta que salga de la isla.
—No lo haré —dice finalmente el veterano cazarrecompensas.
—Parece que la parte del transporte se te ha complicado un poco —dice Vengeance, mirándote a ti mientras, colocando una de sus manos sobre una roca y empleando un pie para fijarla, da un tirón para alinear los huesos de su brazo fracturado. En el proceso libera un grito de dolor casi tan sonoro como el crujido, pero no tarda en volver a la conversación—. Yo no tengo ningún interés en esta información ni en el niño. Sólo quiero salir de aquí. Si me buscas un medio para marcharme te doy al niño y los papeles.