Henry
Tigre Rojo de la Marina
07-12-2024, 12:19 AM
Aquél grupo pirata no parecía ser uno común ni mucho menos, pues estos sabían moverse en equipo, aprovechando cada ventaja que tuvieran y llevando a cabo estrategias sin haberlas hablado en el momento. La sangre de Henry se combinaba con la lava tras aquellos dos dolorosos cortes. Este en parte estaba agradecido de poder sufrir como lo hicieron sus compañeros caídos previamente, pero con él el resultado sería muy diferente.
A la órden del grandullón los otros cinco tiradores prepararon sus armas y dispararon. Al principio Henry no le dió mucha importancia pero luego se dió cuenta de que aquellas balas apuntaban hacia el pelotón en el faro. Gracias a su cuerpo de lava la mayoría de balas fueron fundidas por este pero el suboficial Henry no contaba con que se trataba de una distracción.
El pirata más pequeño se burlaba de Henry, dejándole saber que no era tan intocable como pensaba, el otro también dijo su parte, asegurándo que el suboficial caería de la misma forma en la que lo hicieron los demás marines. Estaba claro que de todos los enemigos que enfrentó Henry estos eran los primeros en tener una verdadera chance de ganarle.
Pese a ello estos dos aún no conocían el verdadero poder del marine de magma, el cual hervía con rabia y deseos de venganza, tanto por aquellos cortes como por las vidas de sus compañeros caídos. Los dos piratas parecían prepararse para volver a atacar de diferentes formas desde diferentes ángulos mientras sus espadas reflejaban un filo negro, casi azabache.
Fue cuando, posiblemente provocado por la rabia, Henry alza su brazo derecho al cielo, desde el cual sale una gigantesco cantidad de lava llegando hasta lo 10 metros o más de alto. Aquella acción pasó en un lapso de tiempo tan corto que no había alma en aquél lugar que no se detuviera por un instante. Esta masa de lava ardiente empezaba a tonar forma, pasando de un cono, a un mazo y de un mazo a finalmente un gigantesco martillo.
— Ratas... MUERAAAANNN!!!!! — El suboficial, o lo que quedaba mentalmente de él gritaba mientras bajaba aquél colosal martillo de lava a gran velocidad. El sonido del impacto y el calor de este se pudo sentir desde el mismísimo G-23. El ataque Fué tal que dejó un cráter lleno de lava, fuego y columnas de humo negro alrededor. En medio de este cráter se encontraba un monstruo... un monstruo con figura humana y cuerpo de lava mirando al suelo para luego subir la mirada con un único objetivo en mente, aquél barco.
[tecnicainvalida=U161401]
A la órden del grandullón los otros cinco tiradores prepararon sus armas y dispararon. Al principio Henry no le dió mucha importancia pero luego se dió cuenta de que aquellas balas apuntaban hacia el pelotón en el faro. Gracias a su cuerpo de lava la mayoría de balas fueron fundidas por este pero el suboficial Henry no contaba con que se trataba de una distracción.
El pirata más pequeño se burlaba de Henry, dejándole saber que no era tan intocable como pensaba, el otro también dijo su parte, asegurándo que el suboficial caería de la misma forma en la que lo hicieron los demás marines. Estaba claro que de todos los enemigos que enfrentó Henry estos eran los primeros en tener una verdadera chance de ganarle.
Pese a ello estos dos aún no conocían el verdadero poder del marine de magma, el cual hervía con rabia y deseos de venganza, tanto por aquellos cortes como por las vidas de sus compañeros caídos. Los dos piratas parecían prepararse para volver a atacar de diferentes formas desde diferentes ángulos mientras sus espadas reflejaban un filo negro, casi azabache.
Fue cuando, posiblemente provocado por la rabia, Henry alza su brazo derecho al cielo, desde el cual sale una gigantesco cantidad de lava llegando hasta lo 10 metros o más de alto. Aquella acción pasó en un lapso de tiempo tan corto que no había alma en aquél lugar que no se detuviera por un instante. Esta masa de lava ardiente empezaba a tonar forma, pasando de un cono, a un mazo y de un mazo a finalmente un gigantesco martillo.
— Ratas... MUERAAAANNN!!!!! — El suboficial, o lo que quedaba mentalmente de él gritaba mientras bajaba aquél colosal martillo de lava a gran velocidad. El sonido del impacto y el calor de este se pudo sentir desde el mismísimo G-23. El ataque Fué tal que dejó un cráter lleno de lava, fuego y columnas de humo negro alrededor. En medio de este cráter se encontraba un monstruo... un monstruo con figura humana y cuerpo de lava mirando al suelo para luego subir la mirada con un único objetivo en mente, aquél barco.
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