Henry
Tigre Rojo de la Marina
07-12-2024, 05:14 PM
El comunicado vía Den Den Mushi fué recibido de una forma clara y concisa por un oficial al otro lado del caracol. A pesar de aceptar los reclamos de Henry de mandar dos pelotones este podía notar un aire de incertidumbre y preocupación al otro lado, no dándole mucha importancia por el momento. El peso de nuestras bajas es tan grande como el de nuestra victoria y debíamos honrar a los caídos antes que nada.
Los marines qué se quedaron en el G-23 veían en silencio como los cuerpos de sus compañeros volvían del combate, sacándose sus gorras en señal de respeto. A pesar de sus heridas Henry se tomó el tiempo para supervisar el traslado de los cuerpos cuando se le informó que el sargento Murray le llamaba a su oficina.
Al entrar a su oficina Henry pudo observar el nerviosismo y preocupación de este, el cual caminaba de un lado de su oficina al otro hasta que se digna a ver al suboficial Henry. Luego de mencionar el nombre del suboficial lo siguiente en salir de su boca es la palabra "problema", olvidándose del trabajo inhumano que tuvo que hacer el joven marine con un solo pelotón.
Pero Henry ya estaba adaptado a ser tratado así, a que se olviden de su reconocimiento y valor solo para darle más trabajo. Al fin y al cabo, Henry no era más que un arma para la marina, un arma altamente destructiva. Esto era lo que pensaba Henry de si mismo, habiendo aceptado ya su destino hace tiempo. En cuanto al supuesto problema de Murray este dice un nombre, Ben.
Se refería al joven soldado que fué raptado por los piratas, pues al parecer ahora piden un rescate por este mismo. A decir verdad, Henry también sintió un apretón en el corazón cuando escuchó aquél nombre, este sabía que jamás había que abandonar a un compañero así como así. Gran parte de la responsabilidad ya estaba sobre los hombros de Henry quién no se negaría a dirigir una operación en rescate de Ben.
El sargento Murray se detiene frente a Henry, preguntándole si estaba dispuesto a participar en dicha misión. Henry, sin perder un segundo realiza un saludo marcial en frente del sargento. — ¡¡¡Cuente conmigo sargento!!! — Si estos piratas lograron coordinar un ataque así de caótico era obvio que no debían de ser tomados a la ligera y Henry lo sabía el cual recordó como aquellas espadas cortaban su torso.
Los marines qué se quedaron en el G-23 veían en silencio como los cuerpos de sus compañeros volvían del combate, sacándose sus gorras en señal de respeto. A pesar de sus heridas Henry se tomó el tiempo para supervisar el traslado de los cuerpos cuando se le informó que el sargento Murray le llamaba a su oficina.
Al entrar a su oficina Henry pudo observar el nerviosismo y preocupación de este, el cual caminaba de un lado de su oficina al otro hasta que se digna a ver al suboficial Henry. Luego de mencionar el nombre del suboficial lo siguiente en salir de su boca es la palabra "problema", olvidándose del trabajo inhumano que tuvo que hacer el joven marine con un solo pelotón.
Pero Henry ya estaba adaptado a ser tratado así, a que se olviden de su reconocimiento y valor solo para darle más trabajo. Al fin y al cabo, Henry no era más que un arma para la marina, un arma altamente destructiva. Esto era lo que pensaba Henry de si mismo, habiendo aceptado ya su destino hace tiempo. En cuanto al supuesto problema de Murray este dice un nombre, Ben.
Se refería al joven soldado que fué raptado por los piratas, pues al parecer ahora piden un rescate por este mismo. A decir verdad, Henry también sintió un apretón en el corazón cuando escuchó aquél nombre, este sabía que jamás había que abandonar a un compañero así como así. Gran parte de la responsabilidad ya estaba sobre los hombros de Henry quién no se negaría a dirigir una operación en rescate de Ben.
El sargento Murray se detiene frente a Henry, preguntándole si estaba dispuesto a participar en dicha misión. Henry, sin perder un segundo realiza un saludo marcial en frente del sargento. — ¡¡¡Cuente conmigo sargento!!! — Si estos piratas lograron coordinar un ataque así de caótico era obvio que no debían de ser tomados a la ligera y Henry lo sabía el cual recordó como aquellas espadas cortaban su torso.