[Común] [Comercio] El chamizo del pantano

Yoshiro le gustaría leer mentes, al menos para situaciones como esta donde la persona frente a él se la pasa más metida en su propio mundo de fantasías dentro de su cabeza que en el mundo real. El muchacho había preguntado sobre que ideas tenía Berta para la "tercera coincidencia" y la mujer simplemente se le quedó mirando mientras su nariz se movía con cada respiración agitada como si estuviera emocionada por algo, de pronto una sonrisa maliciosa apareció en su rostro que revelaba deseos asesinos. Pero como Yoshiro había decidido quitarse su caparazón para estar más cómodo (y tal vez huir más fácil) la mujer por fin volvió a la realidad.

¿Mmm?-miró extrañado y confuso cuando Berta tumbó todo en el mostrador y por un milisengudo pensó que saltaría el mostrador para atacarlo pero en vez de eso se agachó para buscar algo. Eran unos manteles que cubrirían el mostrador para una superficie más limpia y agradable a simple vista ¿La idea de Berta? Pues usar este improvisado mueble como camilla para el masaje.

¿Desnudarme aquí? Pero si es la entrada... alguien podría verme ¿No sería raro que un cliente llegue y me vea?-Yoshiro entendía que lo del masaje era algo más "caritativo" que una verdadera afición de la mujer pero no le decia precio por lo cual que significaba que era gratis... Y si necesitaba aliviar su espalda. El chico se dió la vuelta y busco colocar el seguro a la puerta o al menos su caparazón para que nadie abriera.

Su corazón latía con algo de nerviosismo pero decidió calmarse y mencionar sobre sus distintos tipos de oficios a ver si lograba contratarlo. Berta afirmó que tenia un trabajo grande para él abajo, a lo mejor queria hacer algún tipo de sótano, podría llegar a ser un trabajo difícil pero el muchacho lo haría por la paga adecuada-El masaje es solo la espalda... ¿Enserio debo quitarme todo?-Yoshiro solo vió un lugar de masajes una vez en Tequila Wolf y es verdad que la gente parecía solo usar toallas en esos lugares así que tal vez Berta sabía lo que hacía.

Bueno... confiaré en usted-el muchacho buscó quitarse lo que le quedaba mientras cubría su masculinidad con su chaqueta. Se subió al mostrador y buscó acomodarse... No se sentía cómodo, no sabía si era por estar desnudo o por qué el mostrador de madera no tenía una superficie adecuada para estar acostado, ni siquiera sentado-Si gusta, le podría fabricar una cama para esto. Así tendrá más clientes-dejó caer la chaqueta a un lado y espero por su anhelado masaje... Ojalá sea bueno o acabaría peor de lo que ya estaba.