Ares Brotoloigos
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09-12-2024, 01:51 PM
Como no, el mercado sur era como un termitero plagado de zumbidos y de movimiento que iba de aquí para allá. La gente comerciaba, hablaba, se peleaba, discutía o, simplemente, paseaba de un lado a otro mientras disfrutaban del buen día que hacía en ese momento. En medio de todos ellos, Ares patrullaba la zona como había decidido. Daría un par de vueltas para ver si atisbaba algo extraño o que le llamase la atención. ¿Sombras que se llevaban a la gente? Generalmente eses eran cuentos de viejas o de borrachos. O de las dos cosas. Aunque sí era consciente de que habia seres, personas, con ciertos poderes. Pero era eso, detrás siempre había un motivo. Siempre había alguien. Los monstruos, al fin y al cabo, no eran ni más ni menos que las propias personas.
A primera instancia, todo parecía tranquilo dentro del caos diario que solía ser ese lugar. Pero si comenzaba a notar gestos o actitudes extrañas. Como algunos vendedores o viandantes le desviaban la mirada. No era algo anormal para él, estaba habituado al fin y al cabo. Y, generalmente, no le daba más importancia que esa. Pero teniendo en cuenta la situación y lo que estaba sucediendo, el diablos estaba más en alerta de lo habitual. Fue gracias a eso que fue capaz de atisbar, de sentir, una mirada más intensa que le llamó la atención. Un anciano en un puesto de frutas que, disimuladamente, parecía decirle con la mirada que se acercase. Era como si titubease para hablarle de manera directa.
Tras mirar disimuladamente a un lado y a otro, el lagarto de la Marina se aproximó de manera casual, mientras sacaba un par de monedas con las que comenzó a jugar con ellas entre dos de sus garras.
— Esas manzanas tienen buena pinta, anciano. — Comenzó la conversación con aires de empezar algo que le llevase a lo que el hombre tuviese que decirle. Y, al mismo tiempo, a disimular con respecto a quienes pudiesen estar cerca.
Incluso tomó una de las frutas, como si la inspeccionase con el mayor de los intereses.