
Iris
La bala blanca
10-12-2024, 09:31 PM
—Todo al reptil.
Iris había aprovechado la pequeña pausa entre peleas para acercarse a la mesa de apuestas. Habían anunciado que el siguiente combate sería el de Ares y, como le había prometido, dejó una bolsa que suponía su salario de dos meses a favor del Marine. La chica sabía perfectamente como funcionaba aquel mundo y se fijó en que el contrincante contra el que se enfrentaba era uno de los favoritos del público. Nadie con dos dedos de frente apostaría por el recién llegado, aunque sus dientes fueran igual de grandes y afilados que muchos cuchillos.
Volvió a colocarse en primera fila justo cuando Ares salía al Ring y apoyándose contra la barandilla que delimitaba el borde del campo de batalla observó la pelea que se formó enfrente suya. En Jaya, junto con Angelo, habían conseguido reunir mucho dinero gracias a este tipo de combates así que Iris había aprendido a analizar las técnicas de combate cuerpo a cuerpo de lo demás. Era obvio que el contrincante sabía como moverse pero el Diablo no era malo. De hecho era bastante bueno. Se movía con soltura por el ring, esquivando todos los golpes que su rival intentaba atestar sin éxito, recibiendo abucheos por parte del público. La Solarian dejó escapar una risita al ver la reacción de los demás presentes. A diferencia de dónde venía ella, que lo más importante era dar una buena batalla, en aquella ciudad parecía que se buscaba más un buen espectáculo.
En algún momento Ares se cansó de esperar a que su contrincante perdiera las fuerzas y atacó, con una agilidad bastante sorprendente para lo grande que era, acertando en todos sus puntos débiles. Si en algún momento tenía que enfrentarse a él iba a suponer un gran problema. En la distancia quizás podría igualarle e incluso conseguir algo de ventaja, pero si se le acercaba estaba jodida. Incluso Angelo, que llevaba tantos años peleando, se vería en problemas contra Ares. Iris notó como el público empezaba a enfadarse ante la posibilidad de perder el dinero apostado y los abucheos crecieron, ahora contra el rival del Diablo, que si salía vivo del Ring sería todo un milagro.
En cuanto Ares se alzó victorioso la peliblanca se dirigió a la zona de apuestas a cobrar su premio, recibiendo el triple de lo que había dejado. Con una sonrisa de satisfacción se encaminó hacía la zona donde estaban los luchadores. Se fijó también que aquel sitio no cuidaba casi nada de ellos ya que no tenían equipo médico por la zona. No era algo raro ya que la mayoría de esos lugares no los tenían muy en cuenta y en el que se encontraban parecía ser uno de poca monta. Eso o no les importaba una mierda que les desmantelaran el lugar.
— Tu premio.
Se había acercado al Diablo por la espalda ofreciéndole así la bolsa de dinero que había ganado en las apuestas, aunque se había quedado algo para ella, y una pequeña toalla que había pispado a otro luchador.
— Espero que me invites a cenar después de esto, que me muero de hambre.
Iris había aprovechado la pequeña pausa entre peleas para acercarse a la mesa de apuestas. Habían anunciado que el siguiente combate sería el de Ares y, como le había prometido, dejó una bolsa que suponía su salario de dos meses a favor del Marine. La chica sabía perfectamente como funcionaba aquel mundo y se fijó en que el contrincante contra el que se enfrentaba era uno de los favoritos del público. Nadie con dos dedos de frente apostaría por el recién llegado, aunque sus dientes fueran igual de grandes y afilados que muchos cuchillos.
Volvió a colocarse en primera fila justo cuando Ares salía al Ring y apoyándose contra la barandilla que delimitaba el borde del campo de batalla observó la pelea que se formó enfrente suya. En Jaya, junto con Angelo, habían conseguido reunir mucho dinero gracias a este tipo de combates así que Iris había aprendido a analizar las técnicas de combate cuerpo a cuerpo de lo demás. Era obvio que el contrincante sabía como moverse pero el Diablo no era malo. De hecho era bastante bueno. Se movía con soltura por el ring, esquivando todos los golpes que su rival intentaba atestar sin éxito, recibiendo abucheos por parte del público. La Solarian dejó escapar una risita al ver la reacción de los demás presentes. A diferencia de dónde venía ella, que lo más importante era dar una buena batalla, en aquella ciudad parecía que se buscaba más un buen espectáculo.
En algún momento Ares se cansó de esperar a que su contrincante perdiera las fuerzas y atacó, con una agilidad bastante sorprendente para lo grande que era, acertando en todos sus puntos débiles. Si en algún momento tenía que enfrentarse a él iba a suponer un gran problema. En la distancia quizás podría igualarle e incluso conseguir algo de ventaja, pero si se le acercaba estaba jodida. Incluso Angelo, que llevaba tantos años peleando, se vería en problemas contra Ares. Iris notó como el público empezaba a enfadarse ante la posibilidad de perder el dinero apostado y los abucheos crecieron, ahora contra el rival del Diablo, que si salía vivo del Ring sería todo un milagro.
En cuanto Ares se alzó victorioso la peliblanca se dirigió a la zona de apuestas a cobrar su premio, recibiendo el triple de lo que había dejado. Con una sonrisa de satisfacción se encaminó hacía la zona donde estaban los luchadores. Se fijó también que aquel sitio no cuidaba casi nada de ellos ya que no tenían equipo médico por la zona. No era algo raro ya que la mayoría de esos lugares no los tenían muy en cuenta y en el que se encontraban parecía ser uno de poca monta. Eso o no les importaba una mierda que les desmantelaran el lugar.
— Tu premio.
Se había acercado al Diablo por la espalda ofreciéndole así la bolsa de dinero que había ganado en las apuestas, aunque se había quedado algo para ella, y una pequeña toalla que había pispado a otro luchador.
— Espero que me invites a cenar después de esto, que me muero de hambre.