Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
10-12-2024, 10:44 PM
La plaza cayó en un silencio expectante tras tus palabras, Arthur. Las miradas de la multitud pasaron del anciano a ti, y viceversa, como si estuvieran presenciando un duelo verbal en el que ambos combatientes se jugaban más que su credibilidad. Sin embargo, el anciano, maestro del engaño o no, mantuvo su sonrisa, aunque esta vez parecía un poco más rígida. Su mirada te escaneaba con más intensidad, como si estuviera evaluando cuánto sabías realmente.
— ¡Ah, pero claro! — Respondió, repitiendo las mismas palabras que utilizó anteriormente, solo que ahora traían consigo un tono que aunque intentaba ser despreocupado, podía verse como un leve temblor e inconsistencia en su tono de voz traicionaba su confianza. — Lo cierto es que a mi edad no estoy acostumbrado a tener que demostrar lo obvio. Pero entiendo tu preocupación, señor marine. En tiempos como estos, la fe puede ser un bien escaso. — Sus manos, cargadas de anillos, apretaron la botella con más fuerza de la necesaria, dándote posibles indicios de que el sujeto empezaba a tensarse.
Mientras hablaba, un detalle comenzó a destacar, la brillante luz del sol parecía exponer algo extraño en su rostro. Una gota de sudor rodó desde su frente hasta su mejilla, llevándose consigo un pequeño rastro de color carne. Apenas perceptible al principio, pero lo suficiente como para que tú, con tu capacidad de percepción como buen militar que eras, lo pudieras notar. La línea reveló un matiz más oscuro debajo, algo que no encajaba con su apariencia de anciano frágil.
El hombre, aparentemente consciente de que su "máscara" empezaba a ceder, retrocedió ligeramente, manteniendo la botella entre tú y él como un improvisado escudo que buscaba cubrirle no solo de ti, sino de la multitud que empezaba a cuestionarse lo que estaba pasando. — Bueno, bueno, creo que hemos tenido suficiente demostración por hoy, ¿no creen? Después de todo, no quiero robar más tiempo a estas buenas personas. Hay mucho que ver y hacer en el mercado. Justo recordé que tengo algo super importante que hacer con mi contacto de Amazon Lily, si me disculpan… — Dijo con una risa nerviosa que trataba de disfrazar su creciente incomodidad mientras retrocedía.
Con un movimiento rápido y menos elegante que su comportamiento anterior, comenzó a recoger algunos de sus productos y deslizó la botella en su maletín. Los murmullos de la multitud aumentaron, algunos confusos, otros decepcionados. Era evidente que empezaban a sospechar que algo no estaba del todo bien. Sin embargo, tú ya estabas un paso adelante, Arthur. La conexión comenzó a formarse en tu mente: aquel rostro que parcialmente se iba revelando, su nerviosismo al enfrentarte... ¿Podría ser que este "anciano" no era otro que alguien relacionado con los eventos en Port Blitz? Un recuerdo fugaz del hombre que escapó ese día cruzó tu mente, básicamente tenían la misma forma de cuerpo y tono de piel que se había revelado tras la gota de sudor. ¿Sería él, ahora disfrazado, buscando nuevas formas de estafar y huir?
El anciano, o quienquiera que fuese, estaba claramente preparado para abandonar el lugar en cualquier momento. Ahora, Arthur, el próximo movimiento es tuyo. ¿Lo confrontarás directamente frente a la multitud, desenmascarándolo en el acto? ¿Lo dejaras ir y seguirás discretamente para intentar confirmar tu sospecha sin alertarlo? O, aprovecharas que estas en el mercado para solicitar apoyo y asegurarte de que no pueda escapar esta vez. Cada decisión será clave para desvelar el o los secretos que este sujeto parecía esconder. ¿Qué harás? La plaza y sus ojos expectantes esperan tu próximo movimiento con tantas ansías como yo.
— ¡Ah, pero claro! — Respondió, repitiendo las mismas palabras que utilizó anteriormente, solo que ahora traían consigo un tono que aunque intentaba ser despreocupado, podía verse como un leve temblor e inconsistencia en su tono de voz traicionaba su confianza. — Lo cierto es que a mi edad no estoy acostumbrado a tener que demostrar lo obvio. Pero entiendo tu preocupación, señor marine. En tiempos como estos, la fe puede ser un bien escaso. — Sus manos, cargadas de anillos, apretaron la botella con más fuerza de la necesaria, dándote posibles indicios de que el sujeto empezaba a tensarse.
Mientras hablaba, un detalle comenzó a destacar, la brillante luz del sol parecía exponer algo extraño en su rostro. Una gota de sudor rodó desde su frente hasta su mejilla, llevándose consigo un pequeño rastro de color carne. Apenas perceptible al principio, pero lo suficiente como para que tú, con tu capacidad de percepción como buen militar que eras, lo pudieras notar. La línea reveló un matiz más oscuro debajo, algo que no encajaba con su apariencia de anciano frágil.
El hombre, aparentemente consciente de que su "máscara" empezaba a ceder, retrocedió ligeramente, manteniendo la botella entre tú y él como un improvisado escudo que buscaba cubrirle no solo de ti, sino de la multitud que empezaba a cuestionarse lo que estaba pasando. — Bueno, bueno, creo que hemos tenido suficiente demostración por hoy, ¿no creen? Después de todo, no quiero robar más tiempo a estas buenas personas. Hay mucho que ver y hacer en el mercado. Justo recordé que tengo algo super importante que hacer con mi contacto de Amazon Lily, si me disculpan… — Dijo con una risa nerviosa que trataba de disfrazar su creciente incomodidad mientras retrocedía.
Con un movimiento rápido y menos elegante que su comportamiento anterior, comenzó a recoger algunos de sus productos y deslizó la botella en su maletín. Los murmullos de la multitud aumentaron, algunos confusos, otros decepcionados. Era evidente que empezaban a sospechar que algo no estaba del todo bien. Sin embargo, tú ya estabas un paso adelante, Arthur. La conexión comenzó a formarse en tu mente: aquel rostro que parcialmente se iba revelando, su nerviosismo al enfrentarte... ¿Podría ser que este "anciano" no era otro que alguien relacionado con los eventos en Port Blitz? Un recuerdo fugaz del hombre que escapó ese día cruzó tu mente, básicamente tenían la misma forma de cuerpo y tono de piel que se había revelado tras la gota de sudor. ¿Sería él, ahora disfrazado, buscando nuevas formas de estafar y huir?
El anciano, o quienquiera que fuese, estaba claramente preparado para abandonar el lugar en cualquier momento. Ahora, Arthur, el próximo movimiento es tuyo. ¿Lo confrontarás directamente frente a la multitud, desenmascarándolo en el acto? ¿Lo dejaras ir y seguirás discretamente para intentar confirmar tu sospecha sin alertarlo? O, aprovecharas que estas en el mercado para solicitar apoyo y asegurarte de que no pueda escapar esta vez. Cada decisión será clave para desvelar el o los secretos que este sujeto parecía esconder. ¿Qué harás? La plaza y sus ojos expectantes esperan tu próximo movimiento con tantas ansías como yo.