
Lemon Stone
MVP
12-12-2024, 02:55 AM
Le habían castigado.
Barría el pasillo del The Peace con tremendo pésame, un delantal de sirviente puesto encima del traje. ¿Cómo iba a saber que Sonrisas era fanática de las mandarinas? Haberlas guardado en un lugar secreto en vez de tenerlas a la vista. De haber estado bien escondidas, no las habría usado como carnada para pescar en la cubierta del submarino a cinco mil metros bajo el nivel del mar. Por suerte, la presión hidrostática no le mató en el acto, aunque estuvo a punto de morir ahogado, a punto de morir presa de una bestia marina, y a punto de morir por la furia de Sonrisas.
Por lo mismo, se alegró un montonazo cuando escuchó la “Llamada de la Libertad”. Se había acostumbrado al característico sonido. Cada vez que lo escuchaba su corazón comenzaba a latir aceleradamente, como si estuviera en mitad de una maratón, y debía contener los impulsos pirómanos. Tras escucharlo tres veces consecutivas, inhaló profundamente y luego arrojó con violencia el escobillón, rompiéndolo. Se quitó el traje de sirviente y lo lanzó sobre la pobre y destrozada escoba.
Le pegó una fuerte patada a la puerta de hierro como gesto de reivindicación revolucionaria y saludó educadamente a todos los presentes. Solo estaba Perrito, quien había evolucionado en el auténtico Perrito Supervisor. Ahora era él quien estaba a cargo de las misiones, de la burocracia y de firmar los papeles. Por supuesto, todo el mundo sabía que el verdadero líder era Lemon Stone, Adalid de la Causa, Destructor de Cadenas, Liberador de Tierras, Expropiador de Esposas y Maltratador de Elefantes. Sin embargo, en el último tiempo había aprendido bastante bien un concepto conocido como “humildad”, así que fingía que Perrito Supervisor era el líder y el resto sus subordinados, incluyéndose a sí mismo.
-¡Por fin una misión, Gran Líder! -le dijo a Perrito Supervisor, acercándose a él para darle un abrazo de felicidad-. Cuéntame, ¿qué debemos hacer explotar ahora? ¿Una central nuclear? ¿El baño del capitán de la Marina? Hmmm… No sé qué opción me gusta más, supongo que la segunda. Quedarse sin baño en mitad de una emergencia siempre es una tragedia.
Sin embargo, nadie debía causar ninguna explosión. Se trataba de una de las peores misiones, una de sigilo y espionaje. ¿Por qué sus camaradas insistían en hacer las cosas como si fueran ladrones, unos sucios y mundanos delincuentes? ¡Eran todo lo contrario! ¡Luchaban por un propósito justo y noble! ¡Estaban bendecidos por la Causa! ¿Acaso no era más sencillo bombardear el cuartel de la Marina, tomar de rehenes a los supervivientes y lanzarlos desde lo alto del Red Line como prueba de que la Armada no se andaba con juegos? En fin, continuaría con su humilde papel de subordinado y obedecería.
-Antes de seguir con esto… ¿De qué nos sirve espiar? ¿Montaremos la Revolución después? Siempre he querido encerrar a un marine y leerle sus derechos, aunque una vez nos quedemos con el poder los vamos a despojar de todos sus derechos, ¿cierto? Me ilusiona mucho ser el poli malo, ¿puedo serlo? -preguntó y esperó la respuesta, pero antes de que nadie pudiera responderle, continuó-. Deberíamos aprovechar la oportunidad y robarles unos documentos incriminatorios para que la población se… ¡Uh, galletitas de jengibre! ¡Son mis favoritas! ¡Hurra! -se interrumpió a sí mismo.