
Manon S. Du Soleil
Mao/Drine
13-12-2024, 03:17 AM
Evidentemente… Evidentemente Onigashima no sería ni será el lugar indicado para mí, bueno, al menos no por el modo de vida que, al parecer, llevaban las oni en la isla que, en algún momento, podría haber sido mi hogar, pero que no lo fue. Era complicado pensar fuera del molde, a veces, es decir, no me malinterpreten ¡Adoro pensar fuera del molde en cuanto a mis bebés! Pero en lo que respecta a ideología y ética, bueno… Algunos consideran que soy una persona un poco terca. Intenté pensarlo poniéndome en el lugar de las personas que viven en Onigashima y en sus tradiciones, pero tenía muy poco acerca del contexto, solo podía imaginar que las mujeres Oni tenían mayor predilección por la lucha que por la maternidad. En mi caso ambas pesaban mucho en mi vida ¡Ja!
Porque, por supuesto, yo tenía una pareja con la cual tener hijos, internamente negué con la cabeza, a mis treinta y cinco años de edad ya debería pensar en tener niños, después de todo la menopausia suele rondar entre los 45 y los 55, sin mencionar que a medida que se crece, se vuelve más peligroso. Lo suficiente como para que los doctores no lo recomienden, aunque, para empezar, no estaba del todo segura de si era fértil. ¡El caso es… ¡Que no me veía viviendo en onigashima! Al menos no hasta visitar la isla misma y ver, oír, oler con mis propios sentidos como se trataba a aquellos que piensan diferente. Ladee la cabeza ligeramente, pero Sowon parecía muy abierta, solo que no parecía del tipo de persona que quiere tener niños, lo que me llevaba a la pregunta de si aceptar o no una cita.
. – Vaya, es muy diferente a donde crecí, quizás porque ninguna de mis mamás era una Oni, ni siquiera… –Fruncí brevemente el ceño antes de carraspear– Ni siquiera mi hermano era Oni. Aunque, tengo que decir, me da curiosidad, quizás, si más adelante me tomó un tiempo fuera de la marina, vaya a visitar la isla por un tiempo. –Comí un mordisco de mi budín– ¿Planeas volver alguna vez?
Me preguntaba qué veía la rubia en mí ¿Vería lo que yo veía en ella? Me resultaba una persona muy alegre, quizás un poco orgullosa respecto a nuestra especie, lo cual comprendía, también estaba orgullosa de ser una oni, pero no era como otros oni, sabía que aquello que normalmente estaba presente en ellos no lo estaba en mí, y no lo estaría, pero estaba bien con eso, me sentía feliz siendo yo misma, en cuerpo y mente ¿Quizás en alma? El espíritu siempre es algo necesario en las personas después de todo, espíritu en el sentido de voluntad, pero ¿Qué es el alma entonces…? ¡Eh! Pregunta existencial complicada para otro momento! Digamos voluntad por el momento. Sobre Sowon, realmente era agradable, genuina, quizás por su ingenuidad, pero, quizás no, solo me quedaba descubrirlo. Auténtico. Si, si, esa era la palabra indicada.
Alcé las cejas cuando mencionó que podía leer las emociones de las personas, luego parpadeé– Espera ¿Lees las emociones en qué sentido? ¿Te pones en los zapatos del otro? ¿O como una especie de… Psíquica? –Cuando mencionó que estaba en nuestra sangre el derecho a juzgar compuse una expresión confusa, porque no entendía a qué se refería– ¿Por qué estaría en nuestra sangre? En realidad, aunque siento deseos de aplastar aquello que me resulta injusto, también quiero comprenderlo, el otro lado, la otra campana, obviamente otros piensan en la justicia de otra forma.
Negué con suavidad ante su respuesta acerca de la libertad, realmente había experimentado los tipos de libertad, claro que no había pasado por lo que ella que, obviamente, no era nada bonito, pero tenía una idea de lo que era sentirse… Atrapada.
. – Puedo comprenderla, si, pero a mi manera, no a la tuya, Sowon, porque no hemos vivido lo mismo. No sé que te haya sucedido… Pero ahora eres libre de hacer lo que desees bajo tu propio criterio. –Le sonrió con calidez, apoyando una mano sobre la suya, mucho más grande– Depende de ti lo que quieras hacer con esa libertad. Y, si en algún momento, quizás no ahora, sino más adelante, deseas contarme acerca de lo que sucedió, si eso te hace sentir bien, tienes un oído amigo para ti.
Contemplé a la Oni frente a mí bajo otra luz después de que suspiró ¿Qué había en ella que quería mostrarme y que le causaba tal pesar? Debía ser… Algo realmente malo. Por lo poco que sabía de la rubia, es una persona valiente, aguerrida sin duda ¿Es posible doblegar una voluntad como la suya…? Apreté los labios mientras pensaba en “Doblegar”, quizás era eso lo que podía llegar a atormentarla, de algún modo, porque ¿Qué es peor que el hecho de que te quiten la libertad al intentar subyugarte? Apreté la mandíbula, sintiendo que me hervía la sangre al pensar en tal injusticia, deseando con todo mi ser encontrar a quien había lastimado a esta oni tan preciosa solo para retorcerle el cuello en una venganza tan dolorosa que el infierno y sus múltiples representaciones serían gentiles en comparación. Mantuve la compostura, controlando mi temperamento, aunque un brillo de furia pasó por los soles de mis ojos.
Pero antes de que pudiera decir nada, la actitud bonachona de Sowon regresó y me sacó una sonrisa divertida, sabía que estaba esquivando el tema, pero era mejor así, no quería presionarla en absoluto, era algo que solo ella podría decir en el momento en que se sintiera cómoda conmigo y con el lugar en el que nos encontrábamos, que no era precisamente muy privados que digamos. Mientras escuchaba a la Oni, sentí un jalón en mi manga y vi que Febe había acabado con su malteada y pastel de mousse, oh, qué niña más hambrienta. La pequeña me sonrió, con los dientes ligeramente manchados de chocolate y se bajó del banco de piedra, señalando varias figuras que se escondían detrás de los árboles.
. – Señoritas de los cuernitos, me gustó hablar con ustedes, y el pastel estaba riquísimo. –La niña se rascó la nariz suavemente antes de acercarse a Sowon y darle palmaditas en el brazo– Es una buena señorita de los cuernos ¿Podríamos jugar alguna vez? Vivo en las afueras de Rostock, como por allá.
Ella señaló en dirección al noreste antes de agitar su manita a modo de saludo y salir corriendo hacia los niños que se ocultaban. Reí entre dientes, la entendía, las charlas de adultos no eran más divertidas que su grupo poco moral de amigos, pero eran niños a fin de cuentas, algo así se construye poco a poco. Volví mi mirada hacia Sowon, sonriendo divertida y apoyé el mentón en mi mano con el codo en la mesa.
. – ¡Wow! Entiendo que la vida debe vivirse, pero también disfrutarse, el proceso también es muy bonito. –Esbocé una sonrisa pícara– ¿Crecer? No creo que vaya a crecer más ¡Jajaja! ¿Cuántos años crees que tengo?
Porque, por supuesto, yo tenía una pareja con la cual tener hijos, internamente negué con la cabeza, a mis treinta y cinco años de edad ya debería pensar en tener niños, después de todo la menopausia suele rondar entre los 45 y los 55, sin mencionar que a medida que se crece, se vuelve más peligroso. Lo suficiente como para que los doctores no lo recomienden, aunque, para empezar, no estaba del todo segura de si era fértil. ¡El caso es… ¡Que no me veía viviendo en onigashima! Al menos no hasta visitar la isla misma y ver, oír, oler con mis propios sentidos como se trataba a aquellos que piensan diferente. Ladee la cabeza ligeramente, pero Sowon parecía muy abierta, solo que no parecía del tipo de persona que quiere tener niños, lo que me llevaba a la pregunta de si aceptar o no una cita.
. – Vaya, es muy diferente a donde crecí, quizás porque ninguna de mis mamás era una Oni, ni siquiera… –Fruncí brevemente el ceño antes de carraspear– Ni siquiera mi hermano era Oni. Aunque, tengo que decir, me da curiosidad, quizás, si más adelante me tomó un tiempo fuera de la marina, vaya a visitar la isla por un tiempo. –Comí un mordisco de mi budín– ¿Planeas volver alguna vez?
Me preguntaba qué veía la rubia en mí ¿Vería lo que yo veía en ella? Me resultaba una persona muy alegre, quizás un poco orgullosa respecto a nuestra especie, lo cual comprendía, también estaba orgullosa de ser una oni, pero no era como otros oni, sabía que aquello que normalmente estaba presente en ellos no lo estaba en mí, y no lo estaría, pero estaba bien con eso, me sentía feliz siendo yo misma, en cuerpo y mente ¿Quizás en alma? El espíritu siempre es algo necesario en las personas después de todo, espíritu en el sentido de voluntad, pero ¿Qué es el alma entonces…? ¡Eh! Pregunta existencial complicada para otro momento! Digamos voluntad por el momento. Sobre Sowon, realmente era agradable, genuina, quizás por su ingenuidad, pero, quizás no, solo me quedaba descubrirlo. Auténtico. Si, si, esa era la palabra indicada.
Alcé las cejas cuando mencionó que podía leer las emociones de las personas, luego parpadeé– Espera ¿Lees las emociones en qué sentido? ¿Te pones en los zapatos del otro? ¿O como una especie de… Psíquica? –Cuando mencionó que estaba en nuestra sangre el derecho a juzgar compuse una expresión confusa, porque no entendía a qué se refería– ¿Por qué estaría en nuestra sangre? En realidad, aunque siento deseos de aplastar aquello que me resulta injusto, también quiero comprenderlo, el otro lado, la otra campana, obviamente otros piensan en la justicia de otra forma.
Negué con suavidad ante su respuesta acerca de la libertad, realmente había experimentado los tipos de libertad, claro que no había pasado por lo que ella que, obviamente, no era nada bonito, pero tenía una idea de lo que era sentirse… Atrapada.
. – Puedo comprenderla, si, pero a mi manera, no a la tuya, Sowon, porque no hemos vivido lo mismo. No sé que te haya sucedido… Pero ahora eres libre de hacer lo que desees bajo tu propio criterio. –Le sonrió con calidez, apoyando una mano sobre la suya, mucho más grande– Depende de ti lo que quieras hacer con esa libertad. Y, si en algún momento, quizás no ahora, sino más adelante, deseas contarme acerca de lo que sucedió, si eso te hace sentir bien, tienes un oído amigo para ti.
Contemplé a la Oni frente a mí bajo otra luz después de que suspiró ¿Qué había en ella que quería mostrarme y que le causaba tal pesar? Debía ser… Algo realmente malo. Por lo poco que sabía de la rubia, es una persona valiente, aguerrida sin duda ¿Es posible doblegar una voluntad como la suya…? Apreté los labios mientras pensaba en “Doblegar”, quizás era eso lo que podía llegar a atormentarla, de algún modo, porque ¿Qué es peor que el hecho de que te quiten la libertad al intentar subyugarte? Apreté la mandíbula, sintiendo que me hervía la sangre al pensar en tal injusticia, deseando con todo mi ser encontrar a quien había lastimado a esta oni tan preciosa solo para retorcerle el cuello en una venganza tan dolorosa que el infierno y sus múltiples representaciones serían gentiles en comparación. Mantuve la compostura, controlando mi temperamento, aunque un brillo de furia pasó por los soles de mis ojos.
Pero antes de que pudiera decir nada, la actitud bonachona de Sowon regresó y me sacó una sonrisa divertida, sabía que estaba esquivando el tema, pero era mejor así, no quería presionarla en absoluto, era algo que solo ella podría decir en el momento en que se sintiera cómoda conmigo y con el lugar en el que nos encontrábamos, que no era precisamente muy privados que digamos. Mientras escuchaba a la Oni, sentí un jalón en mi manga y vi que Febe había acabado con su malteada y pastel de mousse, oh, qué niña más hambrienta. La pequeña me sonrió, con los dientes ligeramente manchados de chocolate y se bajó del banco de piedra, señalando varias figuras que se escondían detrás de los árboles.
. – Señoritas de los cuernitos, me gustó hablar con ustedes, y el pastel estaba riquísimo. –La niña se rascó la nariz suavemente antes de acercarse a Sowon y darle palmaditas en el brazo– Es una buena señorita de los cuernos ¿Podríamos jugar alguna vez? Vivo en las afueras de Rostock, como por allá.
Ella señaló en dirección al noreste antes de agitar su manita a modo de saludo y salir corriendo hacia los niños que se ocultaban. Reí entre dientes, la entendía, las charlas de adultos no eran más divertidas que su grupo poco moral de amigos, pero eran niños a fin de cuentas, algo así se construye poco a poco. Volví mi mirada hacia Sowon, sonriendo divertida y apoyé el mentón en mi mano con el codo en la mesa.
. – ¡Wow! Entiendo que la vida debe vivirse, pero también disfrutarse, el proceso también es muy bonito. –Esbocé una sonrisa pícara– ¿Crecer? No creo que vaya a crecer más ¡Jajaja! ¿Cuántos años crees que tengo?