Kael
El Fantasma del Mar
07-08-2024, 11:28 AM
(Última modificación: 07-08-2024, 01:36 PM por Kael.
Razón: Aclarar que había subido al barco de nuevo
)
Kael se encontraba de pie en la cubierta del barco, su corazón todavía latiendo con fuerza tras la tumultuosa confrontación. Había sobrevivido, sí, pero había recibido mucho más daño del esperado y aunque el fragor de la pelea comenzaba a desvanecerse, el eco de su discurso resonaba en su mente. Pero en el fondo de su ser, preguntas surgían en su cabeza. ¿Tan cegado por la ira estaba que no había visto lo absurdo que era su plan?
Cita:-Mira chico, trata de calmarte un poco, no hay necesidad de derramar sangre inocente, nosotros solo somos unos humildes mercenarios terminando un encargo pero no tenemos nada contra ti especialmente, si te vas no te perseguiré pero no nos estorbes.- Dijo el panda.
-Que sea un panda la voz de la razón… -murmuré para mis adentros mientras guardaba mi espada en su funda-
Subí de vuelta al barco pero me alejé del grupo haciendo todo lo posible por ayudar, quedándome en la parte superior delantera de la cubierta del barco. Sin duda, ellos no podrían confiar en mí después de lo que había hecho. No podía culparlos, pero tampoco podía irme sin más sin dejar este tema resuelto y menos ahora que venía la Marina.
El viento fresco le golpeó el rostro y sus pensamientos se volvieron más tumultuosos. -He hecho todo por venganza, y durante tanto tiempo, he visto a los otros como enemigos. Pero… ¿no fue eso lo que me hicieron en el pasado? ¿Acaso no fui yo también un hombre de bien, arrojado al océano de la violencia por la codicia de los demás? Este ciclo… ¿tiene que continuar? ¿Estoy perpetuando el odio que juré combatir?-
Se recostó un instante contra la baranda, buscando un momento de claridad mientras observaba el caos a su alrededor. - No podría decir que son culpables de nada. Solo están tratando de sobrevivir, como yo lo he hecho. Ellos no eligieron este camino, y sin embargo, aquí están, atrapados en una red de decisiones difíciles. ¿Soy yo el héroe de esta historia o simplemente un monstruo más empujando a otros hacia la carnicería? -pensé reflexionando a lo que el espadachín había comentado, ahora resonando en mi cabeza-
Con el tiempo corriendo y la Marina acercándose, su mente pareció calmarse. - Debo actuar. Lo que haga hoy no solo afectará a estos hombres, sino también a la posibilidad de un futuro diferente. Quizá haya una forma de redimirme, de ser de utilidad. Pero, ¿debo arriesgarme por este grupo de mercenarios? ¿Qué pasará si cuando pase algo no están a mi lado? - pensé-
Frunció el ceño, luchando con su propia naturaleza instintiva. - No puedo dejar que el miedo me controle, tengo que encontrar una manera de ayudar a estos hombres, aunque sea por el simple hecho de redimir mi culpa si realmente era yo el equivocado. Pero, aun así, debo mantenerme a distancia. No puedo confiarles mi vida ni dejar que se acerquen. Si me traicionan, todo habrá sido en vano. -
Un nuevo sonido lo sacó de sus pensamientos: el crujir de tablas, voces nerviosas, murmullos de incertidumbre. -Tienen miedo de lo que vendrá. Saben que en cualquier momento, la Marina podría aparecer. Y yo, en medio de todo esto, tengo la oportunidad de ser la voz de la razón, el catalizador para evitar un derramamiento de sangre…- pensé para mis adentros- No otro más -pensé de nuevo culpándome a mí mismo-
Kael se volvió para observar el puerto. La brisa traía consigo el rumor de las olas que chocaban contra los barcos y la actividad frenética en tierra. Sus dedos se aferraron a la empuñadura de su espada, todavía manchada de sangre. -He luchado por proteger a aquellos que amo, aunque ahora tengo que luchar por aquellos que no conozco. Si puedo convencer a estos hombres de que su vida vale más que un puñado de monedas, de que este cargamento es seguro y que no les pasará nada a los habitantes del Reino de Oykot, podría salvar muchas vidas hoy.- Dije para mis adentros-
- ¡Menos de un minuto para que vengan los Marines, ya casi están aquí! -dije en voz alta al resto del barco, quitando todo el resentimiento e ira posible de la rencilla anterior- ¡Todo listo por proa!.
Con un poco de suerte y la poca ayuda que estaba haciendo esperaba que pudiera salir el barco lo más pronto del puerto.