Raiden2011
Raiden A.
07-08-2024, 02:16 PM
Luego de mi aventura del día anterior, era mejor recibido en el pueblo, aproveche que nos estábamos quedando en las habitaciones de la taberna, para ojear de vez en cuando la cocina, buscando nuevas recetas y técnicas de cocción para animales marinos. El día iba muy tranquilo, ya había tomado mi desayuno y me dirigí a la cocina para ver qué hacía el chef, algunos de nuestros compañeros se habían dirigido a Gray terminal en búsqueda de información y demás, así que, por un momento, creí que sería un día relajado. Llegué a mi destino y una mezcla de olores deliciosos me invadió hasta la punta de mi cola.
No pensé que en un pueblito como este hubieran talentos de esta magnitud, de inmediato, comencé a pasearme por la cocina, en absoluto silencio y limitandome a olfatear de forma discreta, intentando adivinar qué ingredientes podrían estar usando en aquella preparación. El chef, que, por un momento pensé que no se había ni percatado de mi presencia me invitó a que me acercara.
—¿Joven, te gusta el arte de la cocina o solamente el acto de comer? —Preguntó manteniendo su vista en el platillo que estaba preparando.
—La cocina en general, chef.
De inmediato y, al parecer fascinado por saber que me gustaba la cocina, comenzó a explicarme algunas cosas y mostrarme algunas recetas, apoyando mi teoría de que hoy sería un día tranquilo... Pero todo cambió a los pocos minutos, recién estaba degustando un platillo mar y tierra que era la especialidad del chef, cuando un estruendo resonó por toda la estructura. ¿Estaban atacando la taberna? Salí al bar tan rápido como pude y vi a unos hombres llevándose a la hija del dueño, eran numerosos y parecían tener fuerzas, me puse a analizar la situación de inmediato.
Uno de los compañeros que podría ser más peligroso de ese tipejo era otro que se encontraba jugando con un par de cuchillos, ese tenia un aura malvada a su alrededor. ¿Mis compañeros¿ Bueno, el capitán se encontraba muy sentado, indiferente a la situación, Alex parece que también estaba analizando la situación como yo, pero no era decisivo.
Quizá lo mejor hubiera sido dejarlo todo como estaba, ahora formaba parte de una tripulación y, si mi capitán no hacía nada, quizá yo no debería hacerlo tampoco, pero algo dentro de mi me obligaba a tomar cartas en el asunto.
—Tchk. Ustedes, inútiles, ¿qué tanto quieren con la chica esa? Son tan poco hombres como para buscarse uno que los quiera? —dije sin medir mis palabras.
Tal vez me sobrepasé, pero nadie los mandó a interrumpir mi degustación de un plato tan exquisito.