
Ubben Sangrenegra
Loki
17-12-2024, 01:27 AM
El plan cuidadosamente trazado del peliblanco se desplomó tan rápido como él. Sin la bomba de humo que habría sellado su entrada con dramatismo, la maniobra se convirtió en un acto de pura improvisación. Deslizarse por la vela terminó siendo más caótico de lo previsto, y cuando finalmente tocó el suelo, lo hizo con la torpeza de un afortunado, no con la gracia de un estratega.
Ubben cayó de pie, tambaleándose un instante antes de recuperar el equilibrio —No me meteré en tu pelea, lo prometo— Respondió a Rag, y era una respuesta sincera, de todas formas, el rubio no le necesitaba para luchar. Dos marines jóvenes ya se posicionaban con intenciones de cumplir su deber. —bebés, tan inocentes siempre ¿no?— Apenas levantó la mirada, notó a un tercer individuo que parecía ligeramente mayor, aunque no mucho más que él. Por la expresión de este último y su tono autoritario, el peliblanco supuso que era el líder del grupo. Ubben no pudo evitar esbozar una sonrisa traviesa al escucharlo hablar. —Procura no matarlo, Rompetormentas... el viejo quizá tenga información interesante— Dijo el peliblanco, sin verdaderas intenciones de interrogarlo... pero siempre podía recordarle que había destinos peores que la muerte...
Fue entonces cuando algo hizo contacto con sus brazos. Su cuerpo reaccionó instintivamente, tensándose como si alguien hubiese intentado sujetarlo. Un rápido vistazo de reojo aclaró la situación, pues sus protectores ahora estaban reforzados con placas de metal —La rubia…— murmuró entre dientes, reconociendo el trabajo de Airgid. Una sonrisa volvió a dibujarse en sus labios, y aunque no era el momento ni el lugar, se permitió pensar un leve segundo en como le devolvería el favor más adelante.
Sin embargo, su mente volvió al campo de batalla apenas sintió mediante su Haki que los jóvenes marines irradiaban hostilidad hacia él. Ubben, sin embargo, permanecía relajado, como si estuviera presenciando un espectáculo mediocre. Ambos oponentes lanzaron un ataque coordinado, que probablemente contra criminales menores o sin experiencia en combate, podría ser incluso mortal, pero el peliblanco no tardó en dejar claro quién tenía la ventaja. —Demasiado lentos…— murmuró con desdén justo cuando la bala disparada por el tirador rozó el aire donde había estado su pecho apenas un instante antes.
No hubo magia ni teletransportación, solo pura habilidad y el refinado instinto que le brindaba su Haki de Observación. Ubben había leído las intenciones del joven marine antes de que este siquiera apretara el gatillo, y su cuerpo reaccionó en consecuencia. Con un movimiento felino se agazapó, esquivando el disparo mientras su mente ya calculaba el próximo paso. Utilizó la posición baja para impulsarse con fuerza hacia el lateral de la marine que se encontraba más cerca, quien lanzaba un corte potente en la posición original del peliblanco. La hoja cortando el aire fue seguida por un silvido que anunciaba peligro a su paso, y aunque el golpe de la joven no carecía de poder, estaba lejos de ser lo suficientemente rápido como para alcanzar al peliblanco.
—Buen intento, pero necesitarán algo más que entusiasmo para siquiera rozarme...— Si bien les estaba vacilando debido a la notoria diferencia de poder entre ellos y el bribón, en el fondo estaba intentando que se acobardasen... no quería tener que matar a unos jovenes con un futuro por delante. Ubben no perdió tiempo y, durante el proceso, pasó a la ofensiva con la frialdad que lo caracterizaba. Tomó agujas entre sus dedos y las imbuyó en Haki de armadura, sujetándolas casi por la punta, y realizó un amague de lanzamiento dirigido al rostro de Chenai. El gesto era una finta, un simple señuelo para traspasar su guardia.
Sin detenerse, realizó un movimiento raudo y lanzó otra aguja recubierta de haki, esta vez apuntando directamente a los tendones del antebrazo, buscando desarmarla y limitar sus movimientos sin poner en riesgo su vida, no podía subestimar a nadie en este barco, incluso si parecían inexpertos. Con la misma velocidad, dejó volar dos agujas adicionales tambien recubiertas, dirigidas esta vez hacia las piernas de Chenai. Su intención era clara, inmovilizarla completamente y reducir cualquier posibilidad de que retomara la ofensiva. Era notorio que no iba a matar, al menos no si no era estrictamente necesario.
Finalmente, el golpe culminante vendría en forma de otra aguja recubierta de Haki de Armadura. El peliblanco la lanzó hacia los nervios en los muslos de la joven, ajustando el ángulo y la fuerza con la intención de derribarla. Sin embargo, esta vez añadió un detalle que ni su propio grupo conocía del peliblanco... la aguja llevaba consigo una carga eléctrica, un recurso que había mantenido oculto hasta este momento. Ubben dio un paso hacia atrás tras finalizar su ofensiva, sus manos chisporroteaban ligeramente con la electricidad acumulada. —¿Y bien?— preguntó en tono burlón, dirigiéndose al tirador.
Ubben cayó de pie, tambaleándose un instante antes de recuperar el equilibrio —No me meteré en tu pelea, lo prometo— Respondió a Rag, y era una respuesta sincera, de todas formas, el rubio no le necesitaba para luchar. Dos marines jóvenes ya se posicionaban con intenciones de cumplir su deber. —bebés, tan inocentes siempre ¿no?— Apenas levantó la mirada, notó a un tercer individuo que parecía ligeramente mayor, aunque no mucho más que él. Por la expresión de este último y su tono autoritario, el peliblanco supuso que era el líder del grupo. Ubben no pudo evitar esbozar una sonrisa traviesa al escucharlo hablar. —Procura no matarlo, Rompetormentas... el viejo quizá tenga información interesante— Dijo el peliblanco, sin verdaderas intenciones de interrogarlo... pero siempre podía recordarle que había destinos peores que la muerte...
Fue entonces cuando algo hizo contacto con sus brazos. Su cuerpo reaccionó instintivamente, tensándose como si alguien hubiese intentado sujetarlo. Un rápido vistazo de reojo aclaró la situación, pues sus protectores ahora estaban reforzados con placas de metal —La rubia…— murmuró entre dientes, reconociendo el trabajo de Airgid. Una sonrisa volvió a dibujarse en sus labios, y aunque no era el momento ni el lugar, se permitió pensar un leve segundo en como le devolvería el favor más adelante.
Sin embargo, su mente volvió al campo de batalla apenas sintió mediante su Haki que los jóvenes marines irradiaban hostilidad hacia él. Ubben, sin embargo, permanecía relajado, como si estuviera presenciando un espectáculo mediocre. Ambos oponentes lanzaron un ataque coordinado, que probablemente contra criminales menores o sin experiencia en combate, podría ser incluso mortal, pero el peliblanco no tardó en dejar claro quién tenía la ventaja. —Demasiado lentos…— murmuró con desdén justo cuando la bala disparada por el tirador rozó el aire donde había estado su pecho apenas un instante antes.
No hubo magia ni teletransportación, solo pura habilidad y el refinado instinto que le brindaba su Haki de Observación. Ubben había leído las intenciones del joven marine antes de que este siquiera apretara el gatillo, y su cuerpo reaccionó en consecuencia. Con un movimiento felino se agazapó, esquivando el disparo mientras su mente ya calculaba el próximo paso. Utilizó la posición baja para impulsarse con fuerza hacia el lateral de la marine que se encontraba más cerca, quien lanzaba un corte potente en la posición original del peliblanco. La hoja cortando el aire fue seguida por un silvido que anunciaba peligro a su paso, y aunque el golpe de la joven no carecía de poder, estaba lejos de ser lo suficientemente rápido como para alcanzar al peliblanco.
—Buen intento, pero necesitarán algo más que entusiasmo para siquiera rozarme...— Si bien les estaba vacilando debido a la notoria diferencia de poder entre ellos y el bribón, en el fondo estaba intentando que se acobardasen... no quería tener que matar a unos jovenes con un futuro por delante. Ubben no perdió tiempo y, durante el proceso, pasó a la ofensiva con la frialdad que lo caracterizaba. Tomó agujas entre sus dedos y las imbuyó en Haki de armadura, sujetándolas casi por la punta, y realizó un amague de lanzamiento dirigido al rostro de Chenai. El gesto era una finta, un simple señuelo para traspasar su guardia.
Sin detenerse, realizó un movimiento raudo y lanzó otra aguja recubierta de haki, esta vez apuntando directamente a los tendones del antebrazo, buscando desarmarla y limitar sus movimientos sin poner en riesgo su vida, no podía subestimar a nadie en este barco, incluso si parecían inexpertos. Con la misma velocidad, dejó volar dos agujas adicionales tambien recubiertas, dirigidas esta vez hacia las piernas de Chenai. Su intención era clara, inmovilizarla completamente y reducir cualquier posibilidad de que retomara la ofensiva. Era notorio que no iba a matar, al menos no si no era estrictamente necesario.
Finalmente, el golpe culminante vendría en forma de otra aguja recubierta de Haki de Armadura. El peliblanco la lanzó hacia los nervios en los muslos de la joven, ajustando el ángulo y la fuerza con la intención de derribarla. Sin embargo, esta vez añadió un detalle que ni su propio grupo conocía del peliblanco... la aguja llevaba consigo una carga eléctrica, un recurso que había mantenido oculto hasta este momento. Ubben dio un paso hacia atrás tras finalizar su ofensiva, sus manos chisporroteaban ligeramente con la electricidad acumulada. —¿Y bien?— preguntó en tono burlón, dirigiéndose al tirador.