Rahel
The Creature
17-12-2024, 05:46 AM
(Última modificación: 17-12-2024, 05:56 AM por Rahel.
Razón: Arreglo
)
Día 32 de Verano del Año 724
Ya han pasado dos días desde que llegué a DemonTooth en busca de un lugar al cual llamar hogar. Aquellas dos montañas en forma de colmillos me hacía recordar a mi infancia en lo más alto del Red Line como parte de la tribu garuda. Luego de explorar aquella isla por un buen rato decidí que crearía mi propia casa escarbando una cueva a un costado de lo más alto del colmillo del oeste, evitando así la presencia de extraños. Aquella era mi historia tras llegar a la isla, pero mi piel ha aguantado verdaderos castigos antes de poder volver a volar libremente por el mundo.
A mis 10 años se me enseñó a luchar, logrado ser de los más hábiles de mi generación. Dos años después ocurrió un evento que jamás olvidaré o perdonaré, un grupo de humanos, fuertes como nada en este mundo asaltaron nuestra aldea, matando a nuestros guerreros poco a poco hasta acabar con la vida de mis padres. Al ver todo esto me preparé para huir por los aires, aunque un empujón me tumbó al suelo, impidiendo que pudiese hacer algo.
No recuerdo que pasó exactamente después, tal vez recibí un golpe tan fuerte que me mandó a dormir por un buen rato. Al momento del asalto era de noche, aunque para cuando me desperté me encontraba en un lugar lleno de vegetación y de estructuras blancas y raras, las cuales jamás había visto. Aquél fué mi primer día en el infierno más cercano al cielo, una ciudad de monstruos insensibles llamados humanos, los cuales esclavizaban a los suyos y a otras razas, teniendo normalmente un asqueroso gusto por las mujeres.
Tan así que se libraron de mi al enterarse de que habían capturado a una lunarian, una pobre chica condenada a sufrir allí arriba. La marca de estos humanos, una en forma de garra de dragón, fué marcada en mi espalda, exactamente donde tengo mis llamas. Aquél era un recordatorio del valor de mi libertad. Luego de la llegada de la chica lunarian mis "dueños" dejaron de prestarme atención, lo que me permitió huir de dicho lugar y escapar hacia los Blues a los 18 años.
Lamentablemente fuí capturado nuevamente, esta vez a manos de un sujeto de una organización humana, llamándose así mismo héroe varias veces mientras que luchaba contra mi, una pobre alma que intentaba vivir libre. Luego de aquél incidente no fuí enviado hacia aquella ciudad en el Red Line, en vez de ello me enviaron a un laboratorio en el cual estuve por 4 años hasta poder liberarme hace poco. Claramente no salí de aquél lugar sin antes jurar venganza por mi tribu, matando a tanto cochino humano tuviera en la mira.
Hace dos días, luego de crear aquella cueva la cual llamaba hogar fuí de cacería. Destruyendo una carroza de humanos, llevándome el burro que los llevaba aunque no sin antes matar a un gran oso con el mismo objetivo en mente.
A mis 10 años se me enseñó a luchar, logrado ser de los más hábiles de mi generación. Dos años después ocurrió un evento que jamás olvidaré o perdonaré, un grupo de humanos, fuertes como nada en este mundo asaltaron nuestra aldea, matando a nuestros guerreros poco a poco hasta acabar con la vida de mis padres. Al ver todo esto me preparé para huir por los aires, aunque un empujón me tumbó al suelo, impidiendo que pudiese hacer algo.
No recuerdo que pasó exactamente después, tal vez recibí un golpe tan fuerte que me mandó a dormir por un buen rato. Al momento del asalto era de noche, aunque para cuando me desperté me encontraba en un lugar lleno de vegetación y de estructuras blancas y raras, las cuales jamás había visto. Aquél fué mi primer día en el infierno más cercano al cielo, una ciudad de monstruos insensibles llamados humanos, los cuales esclavizaban a los suyos y a otras razas, teniendo normalmente un asqueroso gusto por las mujeres.
Tan así que se libraron de mi al enterarse de que habían capturado a una lunarian, una pobre chica condenada a sufrir allí arriba. La marca de estos humanos, una en forma de garra de dragón, fué marcada en mi espalda, exactamente donde tengo mis llamas. Aquél era un recordatorio del valor de mi libertad. Luego de la llegada de la chica lunarian mis "dueños" dejaron de prestarme atención, lo que me permitió huir de dicho lugar y escapar hacia los Blues a los 18 años.
Lamentablemente fuí capturado nuevamente, esta vez a manos de un sujeto de una organización humana, llamándose así mismo héroe varias veces mientras que luchaba contra mi, una pobre alma que intentaba vivir libre. Luego de aquél incidente no fuí enviado hacia aquella ciudad en el Red Line, en vez de ello me enviaron a un laboratorio en el cual estuve por 4 años hasta poder liberarme hace poco. Claramente no salí de aquél lugar sin antes jurar venganza por mi tribu, matando a tanto cochino humano tuviera en la mira.
Hace dos días, luego de crear aquella cueva la cual llamaba hogar fuí de cacería. Destruyendo una carroza de humanos, llevándome el burro que los llevaba aunque no sin antes matar a un gran oso con el mismo objetivo en mente.
Si tuviera que decir algo que me guste sería la exploración, el aprender sobre este mundo y los conocimientos que este guarda son mi fascinación. Hasta tallé con mis propias manos un estante en el cual poder poner los libros que encuentre. Para mi disgusto absoluto, aquella preciosa isla tenía humanos por todas partes, aquello era algo de lo que me encargaría de una forma u otra. Ya había cargado contra una de sus carrozas, así que era casi seguro que se empezaría a rumorear sobre mi. Eso estaba bien, es bueno que conozcan un poco por lo que yo tuve que pasar, es bueno que teman y que de desesperen una vez me tengan en frente, teniendo que subir sus miradas hasta el mismísimo sol para ser juzgados.
Recientemente había llovido, así que era normal que la humedad y el calor del lugar fuese mayor de lo normal. Tenía hambre y estaba dispuesto a comer lo que fuese que me encuentre aquél día, por lo que salí hasta la salida de la cueva y flexioné mis piernas, dejando el espacio suficiente como para estirar mis enormes alas negras.
ARM300
ARTISTA MARCIAL
Pasiva
Tier 3
No Aprendida
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