Hay rumores sobre…
... un algún lugar del East Blue los Revolucionarios han establecido una base de operaciones, aunque nadie la ha encontrado aun.
[Aventura] Mi alma [T1]
Ragnheidr Grosdttir
Stormbreaker
Personaje


El puerto estaba tranquilo, con el sonido del mar rompiendo suavemente contra los pilares de madera. Desde la sombra del gran árbol que se alzaba cerca de la entrada a la ciudad, Airgid observaba los barcos que iban y venían, tratando de encontrar alguna señal de Ragn. Sus hijos, sin embargo, parecían ajenos a su nerviosismo. Los tres estaban sentados sobre una manta extendida en el suelo, vigilados de cerca por Tirelan, quien no podía evitar sonreír ante sus inusuales comportamientos. Aunque eran tan pequeños que apenas podían mantenerse sentados sin tambalearse, los bebés ya parecían mostrar personalidades marcadamente diferentes. Uno de ellos, con el ceño fruncido y una expresión desafiante, empujaba constantemente a su hermano, como si su único propósito en ese momento fuera demostrar que él era el más fuerte. La otra, más tranquila pero no menos terca, respondía con patadas torpes y manotazos, gruñendo como si estuviera dispuesto a no ceder terreno. La tercera, en cambio, miraba la escena con ojos curiosos pero calculadores, como si estuviera evaluando el momento justo para intervenir. De vez en cuando, lanzaba un chillido agudo que parecía más una orden que un llanto. Tirelan se reía. —Son hijos tuyos, no hay duda —Comentó Tirelan con una sonrisa, mirando de reojo a Airgid a la lejanía. Pero Airgid apenas escuchaba. Su mirada estaba fija en el horizonte, en el barco pesquero que acababa de atracar. Sus dedos jugaban nerviosamente con el dobladillo de su abrigo, y aunque su rostro reflejaba calma, por dentro sentía un torbellino de emociones. ¿Cómo sería verlo otra vez después de tanto tiempo? ¿Habría cambiado tanto como ella? ¿Qué diría cuando supiera de los niños?

Y entonces lo vería.

Primero fue su silueta, alta y robusta, aunque ahora más delgada, más agotada. Caminaba con una determinación casi brutal, cada paso resonando contra la madera del muelle como si estuviera reclamando su lugar en el mundo ¿O eso sería lo normal, no? lo cierto es que su energía ya no era la misma, este Ragn, no era el mismo. Había algo distinto en su andar. No era solo el peso de la mochila sobre su hombro o la ausencia de su brazo izquierdo. Era todo él. La barba espesa, el cabello largo que le caía desordenado sobre los hombros, la ropa raída que apenas se sostenía en su lugar. Era otro hombre. Un hombre que había atravesado el infierno y había vuelto para contarlo. Ragn había perdido la fe en Cozia. Durante esas primeras semanas en la isla maldita, había maldecido todo lo que era y todo lo que alguna vez había creído ser. Cada noche, bajo el cielo indiferente, había escuchado la voz de Nosha en su mente, fría y cruel, como si estuviera deleitándose con su fracaso. "Eres un cobarde" le había susurrado ella una noche, cuando el dolor de su brazo amputado aún le impedía dormir. "Un hombre digno habría muerto en el campo de batalla, no en una roca olvidada." Al principio, Ragn había intentado responder, gritarle, justificarse. Pero sus palabras solo parecían alimentar el desprecio de la diosa. Cada día que pasaba en Cozia, cada vez que miraba al horizonte sin ver ningún barco, sentía que su conexión con ella se desmoronaba.

Pero cuando estuvo a punto de rendirse, cuando el peso de su propia leyenda parecía un yugo imposible de soportar, pensó en ellos. En Airgid, en su risa, en su fuerza. En sus compañeros. En la promesa que había hecho. "Nos volveremos a encontrar" Esa idea se convirtió en su ancla, en la chispa que encendió nuevamente su determinación. No lucharía por Nosha, ni por su leyenda, ni siquiera por sí mismo. Lucharía por ellos. Ragn llegó al final del muelle y levantó la vista, buscando entre las caras familiares de los isleños. Y entonces, allí, bajo la sombra del árbol, la vio. Airgid parecía distinta, más madura, más fuerte, pero igual de imponente. Su abrigo blanco ondeaba ligeramente con la brisa, y su mirada, aunque serena, estaba cargada de emoción. Por un momento, Ragn sintió que el mundo dejaba de girar. Era real. Ella estaba allí. Airgid dio un paso adelante, y su corazón comenzó a latir con fuerza. Quería correr hacia él, gritar su nombre, pero se obligó a mantener la compostura. Este era un momento que habían esperado demasiado tiempo. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, ambos se detuvieron, mirándose en silencio. La imagen de Ragn, siete metros de hombre musculoso, hacía sombra la belleza de su mujer. — Mujer. — Alargó la diestra, acariciando la mejilla de la rubia. — Mi Airgid. — Pronunció en perfectas condiciones.

Entonces, casi mágicamente, el vikingo dibujó una sonrisa.

La primera en seis meses.

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Mensajes en este tema
Mi alma [T1] - por Ragnheidr Grosdttir - 18-12-2024, 06:37 PM
RE: Mi alma [T1] - por Airgid Vanaidiam - 19-12-2024, 02:05 AM
RE: Mi alma [T1] - por Ragnheidr Grosdttir - 19-12-2024, 08:52 AM
RE: Mi alma [T1] - por Airgid Vanaidiam - 20-12-2024, 04:49 AM
RE: Mi alma [T1] - por Ragnheidr Grosdttir - 21-12-2024, 09:38 AM
RE: Mi alma [T1] - por Airgid Vanaidiam - 23-12-2024, 09:31 PM
RE: Mi alma [T1] - por Ragnheidr Grosdttir - 23-12-2024, 10:02 PM
RE: Mi alma [T1] - por Airgid Vanaidiam - 26-12-2024, 04:39 AM
RE: Mi alma [T1] - por Ragnheidr Grosdttir - 26-12-2024, 06:58 AM
RE: Mi alma [T1] - por Moderador Doflamingo - 27-12-2024, 06:51 PM

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