Terence Blackmore
Enigma del East Blue
07-08-2024, 08:01 PM
La figura envuelta en sombras flotaba serena en la inmensidad acuática. Sus ojos, como dos pozos sin fondo, parecían mirar más allá de la realidad. A su lado, Goku nadaba con determinación, la luz de la superficie cada vez más distante.
...
La voz de la figura cadavérica, suave como la seda, resonó en su mente, -No busques respuestas inmediatas, Goku. La verdad se revela en el viaje, no en el destino-.
...
Cada brazada era un paso hacia lo desconocido. La oscuridad estaba cediendo paso ante el color, pero al mismo tiempo, lo envolvía en un manto de seguridad en una sensación familiar y cálida. Era como si estuviera siendo purificado por las aguas, liberado de las ataduras que lo habían mantenido prisionero durante tanto tiempo.
La figura, a medida que Goku se acercaba, parecía crecer, convirtiéndose en una presencia omnipresente.
Y entonces, la voz volvió a susurrar con ternura, casi como si fuera una madre -Cuando me alcances, no será el final, sino el comienzo. Juntos exploraremos las profundidades de tu ser-.
...
...
-Siempre hemos estado juntos- asintió la voz desde el cadáver amortajado -Tú y yo somos dos caras de la misma moneda. La luz y la oscuridad, la vida y la muerte. Somos parte de un todo- esto último, reverberó por toda la etérea figura del moreno, produciéndole un escalofrío.
...
Se sentía una conexión profunda con la figura. Era como si estuvieran hablando el mismo idioma, un lenguaje que trascendía las palabras. Y mientras continuaba nadando, hacia la luz que se vislumbraba al final del túnel, podías avistar finalmente la paz interior.
...
La luz, al principio un tenue resplandor, se intensificó a medida que ascendía. El agua se volvió más clara, y los rayos del sol comenzaron a filtrarse, creando un espectáculo de colores y sombras que orquestaban con cada latido que la vida ofrecía a su alrededor. Una vida que él sentía alejada, pero al mismo tiempo, alcanzable.
Previo a tocar superficie, la sombría figura de su antiguo yo le tomó de la mano con firmeza y ternura, en una sensación de absoluta comprensión y lucidez que jamás Goku había conocido.
Los ojos de Goku pronto comenzaron a ver algo... un par de gaviotas sobrevolando el cielo, y una canción pegadiza de fondo. Sintió el tacto de una madera a su espalda, pero no encontraba la manera de moverse... aún.
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La voz de la figura cadavérica, suave como la seda, resonó en su mente, -No busques respuestas inmediatas, Goku. La verdad se revela en el viaje, no en el destino-.
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Cada brazada era un paso hacia lo desconocido. La oscuridad estaba cediendo paso ante el color, pero al mismo tiempo, lo envolvía en un manto de seguridad en una sensación familiar y cálida. Era como si estuviera siendo purificado por las aguas, liberado de las ataduras que lo habían mantenido prisionero durante tanto tiempo.
La figura, a medida que Goku se acercaba, parecía crecer, convirtiéndose en una presencia omnipresente.
Y entonces, la voz volvió a susurrar con ternura, casi como si fuera una madre -Cuando me alcances, no será el final, sino el comienzo. Juntos exploraremos las profundidades de tu ser-.
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-Siempre hemos estado juntos- asintió la voz desde el cadáver amortajado -Tú y yo somos dos caras de la misma moneda. La luz y la oscuridad, la vida y la muerte. Somos parte de un todo- esto último, reverberó por toda la etérea figura del moreno, produciéndole un escalofrío.
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Se sentía una conexión profunda con la figura. Era como si estuvieran hablando el mismo idioma, un lenguaje que trascendía las palabras. Y mientras continuaba nadando, hacia la luz que se vislumbraba al final del túnel, podías avistar finalmente la paz interior.
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La luz, al principio un tenue resplandor, se intensificó a medida que ascendía. El agua se volvió más clara, y los rayos del sol comenzaron a filtrarse, creando un espectáculo de colores y sombras que orquestaban con cada latido que la vida ofrecía a su alrededor. Una vida que él sentía alejada, pero al mismo tiempo, alcanzable.
Previo a tocar superficie, la sombría figura de su antiguo yo le tomó de la mano con firmeza y ternura, en una sensación de absoluta comprensión y lucidez que jamás Goku había conocido.
Los ojos de Goku pronto comenzaron a ver algo... un par de gaviotas sobrevolando el cielo, y una canción pegadiza de fondo. Sintió el tacto de una madera a su espalda, pero no encontraba la manera de moverse... aún.