Arthur Soriz
Gramps
19-12-2024, 07:52 PM
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1 de invierno
año 724
año 724
Es el primer día de invierno en Loguetown. Loguetown amanece con un aire especial, distinto al bullicio habitual. El equinoccio ha quedado atrás y aunque el frío comienza a colarse entre los callejones esto no ha apagado la calidez de las festividades que empiezan a llenar las calles. Los comerciantes han comenzado a colgar guirnaldas verdes y cintas rojas en las fachadas de sus tiendas. Algunas ventanas ya exhiben velas y figuras de madera tallada y un aroma dulce, una particular mezcla de castañas asadas y chocolate caliente, se extiende por las callejuelas.
El espíritu de Santa Klaus parece estar en todas partes. Sin embargo... hay un contraste evidente. La plaza principal, donde normalmente se levanta el árbol más grande de la ciudad, está vacía. Las decoraciones que debían haber adornado el corazón de Loguetown han desaparecido dejando tras de sí solo rumores y una creciente preocupación.
En la base de la Marina el ambiente también es diferente. Aunque algunos marines novatos intercambian comentarios sobre las fiestas o planean sus permisos para visitar a sus familias, otros se mueven con inquietud. Una serie de voces susurradas llena los pasillos mientras un mensaje urgente circula entre las oficinas. Es en este contexto que eres llamado a la oficina del Teniente Ford, un veterano conocido tanto por su sentido del deber como por su manera directa de abordar los problemas.
Cuando llegas Ford está de pie junto a su escritorio. Su figura esbelta y sus ojos, de un gris claro que refleja los años de servicio, te observan con seriedad. A su lado una caja abierta contiene algunas decoraciones festivas... cintas de seda, lazos rojos y una pequeña campana dorada que cuelga de una cuerda. Es un contraste extraño con el resto de la escena... casi como si la festividad hubiera intentado abrirse paso en medio de un problema mucho mayor.
— Ares, pasa —dice con voz firme, señalándote una silla frente a él—. Tenemos una situación complicada y necesitaré que trabajes en esto con diligencia.
Ford continúa con sus manos detrás de su espalda, un gesto que subraya la gravedad de lo que está por decir.
— Esta mañana me han venido a informar de algo un tanto... particular. Alguien robó todas las decoraciones que se iban a usar para la plaza principal. Árbol, luces, guirnaldas... todo. Anoche estaban guardadas en el almacén del ayuntamiento y esta mañana cuando los trabajadores fueron a instalarlas, no quedaba nada.
Hace una pausa, como si buscara medir sus palabras.
— Y no es todo. Sabemos quiénes fueron. —al decir esto, se inclina un poco hacia adelante apoyando sus manos sobre la mesa. — Un grupo de jóvenes. Adolescentes... para ser precisos. Son chicos que, hasta hace un par de años eran los más entusiastas en estas festividades. Ayudaban a decorar, repartían dulces con disfraces de duendes de Santa Klaus, incluso organizaban cantar villancicos en las calles. Pero algo cambió. De un día para otro dejaron de participar en todo esto. Ahora parecen estar causando problemas y este... bueno, este robo, es lo más grave que han hecho hasta ahora.
Ford te observa en silencio por un momento evaluando tu reacción antes de continuar.
— La gente de Loguetown pide que solucionemos este problema lo más rápido posible... no solo para recuperar las decoraciones, también para entender qué está pasando con estos chicos. No los culpo, Ares. Esto es más que un simple robo. Si logramos manejarlo bien, podríamos evitar que estos jóvenes se conviertan en un problema mayor en el futuro.
Con un gesto, Ford toma un papel del escritorio y lo coloca frente a ti. Está lleno de anotaciones apresuradas, una lista de nombres de comerciantes locales y posibles ubicaciones donde podrías comenzar tu búsqueda.
— Habla con los comerciantes de la zona. Alguien debe haberlos visto. Es un grupo que no pasa desapercibido porque todos los conocen. Averigua dónde pueden estar y, si puedes, qué los motivó a hacer esto. Por ahora, no los trates como criminales, sino como jóvenes que necesitan ayuda. Claro... si se resisten o las cosas se complican confío en que sabrás actuar. Pero recuerda... estas festividades significan mucho para la gente de Loguetown, y este problema amenaza con apagar ese espíritu. No podemos permitirlo.
Ford se endereza, su expresión relajándose apenas.
— Eso es todo, Ares. Haz lo que mejor sabes hacer.
Te deja libre para actuar pero el peso de la responsabilidad queda sobre tus hombros. Afuera las calles de Loguetown están vivas con el murmullo de los ciudadanos y el repique de las campanas lejanas. Aunque las decoraciones brillan en algunas zonas el vacío de la plaza principal es como una sombra que amenaza con empañar el inicio de las fiestas. Todo depende de ti y de lo que puedas descubrir sobre estos jóvenes y las razones detrás de sus acciones.
El espíritu de Santa Klaus parece estar en todas partes. Sin embargo... hay un contraste evidente. La plaza principal, donde normalmente se levanta el árbol más grande de la ciudad, está vacía. Las decoraciones que debían haber adornado el corazón de Loguetown han desaparecido dejando tras de sí solo rumores y una creciente preocupación.
En la base de la Marina el ambiente también es diferente. Aunque algunos marines novatos intercambian comentarios sobre las fiestas o planean sus permisos para visitar a sus familias, otros se mueven con inquietud. Una serie de voces susurradas llena los pasillos mientras un mensaje urgente circula entre las oficinas. Es en este contexto que eres llamado a la oficina del Teniente Ford, un veterano conocido tanto por su sentido del deber como por su manera directa de abordar los problemas.
Cuando llegas Ford está de pie junto a su escritorio. Su figura esbelta y sus ojos, de un gris claro que refleja los años de servicio, te observan con seriedad. A su lado una caja abierta contiene algunas decoraciones festivas... cintas de seda, lazos rojos y una pequeña campana dorada que cuelga de una cuerda. Es un contraste extraño con el resto de la escena... casi como si la festividad hubiera intentado abrirse paso en medio de un problema mucho mayor.
— Ares, pasa —dice con voz firme, señalándote una silla frente a él—. Tenemos una situación complicada y necesitaré que trabajes en esto con diligencia.
Ford continúa con sus manos detrás de su espalda, un gesto que subraya la gravedad de lo que está por decir.
— Esta mañana me han venido a informar de algo un tanto... particular. Alguien robó todas las decoraciones que se iban a usar para la plaza principal. Árbol, luces, guirnaldas... todo. Anoche estaban guardadas en el almacén del ayuntamiento y esta mañana cuando los trabajadores fueron a instalarlas, no quedaba nada.
Hace una pausa, como si buscara medir sus palabras.
— Y no es todo. Sabemos quiénes fueron. —al decir esto, se inclina un poco hacia adelante apoyando sus manos sobre la mesa. — Un grupo de jóvenes. Adolescentes... para ser precisos. Son chicos que, hasta hace un par de años eran los más entusiastas en estas festividades. Ayudaban a decorar, repartían dulces con disfraces de duendes de Santa Klaus, incluso organizaban cantar villancicos en las calles. Pero algo cambió. De un día para otro dejaron de participar en todo esto. Ahora parecen estar causando problemas y este... bueno, este robo, es lo más grave que han hecho hasta ahora.
Ford te observa en silencio por un momento evaluando tu reacción antes de continuar.
— La gente de Loguetown pide que solucionemos este problema lo más rápido posible... no solo para recuperar las decoraciones, también para entender qué está pasando con estos chicos. No los culpo, Ares. Esto es más que un simple robo. Si logramos manejarlo bien, podríamos evitar que estos jóvenes se conviertan en un problema mayor en el futuro.
Con un gesto, Ford toma un papel del escritorio y lo coloca frente a ti. Está lleno de anotaciones apresuradas, una lista de nombres de comerciantes locales y posibles ubicaciones donde podrías comenzar tu búsqueda.
— Habla con los comerciantes de la zona. Alguien debe haberlos visto. Es un grupo que no pasa desapercibido porque todos los conocen. Averigua dónde pueden estar y, si puedes, qué los motivó a hacer esto. Por ahora, no los trates como criminales, sino como jóvenes que necesitan ayuda. Claro... si se resisten o las cosas se complican confío en que sabrás actuar. Pero recuerda... estas festividades significan mucho para la gente de Loguetown, y este problema amenaza con apagar ese espíritu. No podemos permitirlo.
Ford se endereza, su expresión relajándose apenas.
— Eso es todo, Ares. Haz lo que mejor sabes hacer.
Te deja libre para actuar pero el peso de la responsabilidad queda sobre tus hombros. Afuera las calles de Loguetown están vivas con el murmullo de los ciudadanos y el repique de las campanas lejanas. Aunque las decoraciones brillan en algunas zonas el vacío de la plaza principal es como una sombra que amenaza con empañar el inicio de las fiestas. Todo depende de ti y de lo que puedas descubrir sobre estos jóvenes y las razones detrás de sus acciones.