Arthur Soriz
Gramps
22-12-2024, 09:09 PM
Rhys deja escapar un suspiro mientras contempla a los tres reunidos frente a él. Sus dedos tamborilean con impaciencia sobre el borde del escritorio llenando el silencio que se forma tras las preguntas y comentarios del grupo. Aunque parece acostumbrado a lidiar con personalidades diversas su mirada se fija en Rabbit Hole... quien sigue mostrando una actitud directa y despreocupada.
Con un movimiento casi imperceptible, Rhys ajustó los papeles sobre su escritorio alineándolos con precisión antes de cruzar las manos sobre ellos. Otro ligero suspiro escapó de sus labios, una señal que reflejaba tanto su cansancio como su determinación de solucionar este problema cuanto antes. Finalmente, levantó la mirada sus ojos enfocándose primero en Rabbit Hole, quien había roto la tensión con sus preguntas.
— Rabbit Hole... —empezó diciendo, marcando cada palabra con un tono de paciencia autoritaria—. Entiendo tu curiosidad, pero hay cosas que no están en mi jurisdicción. Si quieres saber por qué y cómo el Cipher Pol ha decidido actuar en esta operación, eso será algo que deberás discutir con ellos directamente. Mi papel es asegurar que comprendas tu tarea aquí, no debatir sobre las razones detrás de cada decisión que tomen ellos contigo como agente. —contestó. El hombre hizo una pausa, inclinando ligeramente la cabeza mientras la luz del sol parecía endurecer aún más las líneas de su rostro.
Sin esperar una respuesta por parte de la joven, cambió su atención hacia Galhard, cuyo porte atento y preguntas precisas denotaban experiencia y pragmatismo. Rhys asintió, aparentemente satisfecho con la manera en que el marine había procesado la información inicial.
— Tu observación es acertada Galhard, y me alegra ver que estás pensando más allá de lo obvio. —señaló el mapa con un dedo grueso, trazando una línea invisible que conectaba los puntos marcados con pequeños símbolos. — El bosque no solo es denso, sino también traicionero. Las rutas visibles están diseñadas para confundir a los forasteros, y no sabemos si ellos son conscientes de esto. Además, aunque los aldeanos locales han reportado algunos movimientos sospechosos, no han sido demasiado específicos. Puede que por miedo o simplemente porque no han visto suficiente para sacar conclusiones.
Hizo un gesto hacia Megumi reconociendo al cazador con una leve inclinación de cabeza para que no se sintiera ignorado solamente por no ser parte del gobierno mundial, tenía el mismo derecho que los otros dos de recibir información crucial. Y toda ventaja que pudieran tener ahora mismo sería esencial.
— Si tienes un conocido en el bosque que pueda ayudarnos, aprovéchalo. Necesitamos toda ventaja posible y alguien que conozca el terreno podría marcarles caminos seguros o, mejor aún, rastros recientes de actividad. Pero recuerden... cualquier información que consigan tendrá que ser corroborada antes de que actuemos. No podemos permitirnos errores.
Rhys se recostó en su silla, cruzando los brazos mientras evaluaba al grupo con una mirada calculadora. Los rayos del sol continuaban jugando con las sombras del despacho.
— Ahora, sobre los detalles operativos... —continuó—. Estoy de acuerdo en que el transporte a pie será la mejor opción. Los caballos pueden ser útiles en terreno abierto pero en un entorno tan cerrado como este son más un estorbo que una ventaja. Necesitan moverse rápido y sobre todo discretamente. —se detuvo un momento, su mirada recorriendo nuevamente el mapa antes de añadir—. Si esta gente sospechan que los estamos siguiendo, es probable que se asusten y actúen abruptamente... mejor evitar eso.
Con un movimiento deliberado Rhys se inclinó hacia adelante colocando ambas manos sobre el escritorio.
— Y quiero ser absolutamente claro en esto... evitar enfrentamientos hostiles debe ser su prioridad. —hizo una pausa, permitiendo que sus palabras calaran profundamente. — Sabemos que hay armas involucradas, pero no sabemos cuántos hombres tienen, ni qué tan bien están organizados. Si pueden resolver esto sin desenvainar una espada o disparar una bala, háganlo. Identifiquen sus rutas, confirmen las actividades sospechosas y dennos información sólida para actuar. Solo peleen si no tienen otra opción, ¿entendido?
Se enderezó cruzando los brazos una vez más... aunque esta vez su postura denotaba una mezcla de confianza y expectativa.
— Dicho esto, confío en que los tres tienen las habilidades necesarias para manejar esto. —una leve sonrisa cruzó su rostro, aunque no llegó a sus ojos. — Rabbit Hole... tu energía puede ser un caos pero también una herramienta valiosa si se canaliza correctamente. Galhard... tu mente analítica será esencial para mantener al equipo enfocado. Y Megumi... si este bosque es realmente tu terreno, demuéstralo. Guíalos y asegúrate de que no cometan errores.
Se recostó en su silla dejando que sus palabras se asentaran en el ambiente cargado del despacho. Tras unos segundos de silencio extendió tres Den Den Mushi pequeños hacia el centro del grupo.
— Aquí tienen... úsenlos para mantenerse en contacto si surge algo inesperado. No quiero verlos aquí dentro de una hora... deben estar en camino.
El Comandante Rhys los despidió con un gesto breve, volviendo casi de inmediato a sus papeles y notas. Aunque ya no les dirigía la mirada, su presencia seguía siendo un peso palpable, un recordatorio constante de la seriedad de la misión. El tiempo apremiaba y la responsabilidad ahora recaía completamente en ustedes.
Con un movimiento casi imperceptible, Rhys ajustó los papeles sobre su escritorio alineándolos con precisión antes de cruzar las manos sobre ellos. Otro ligero suspiro escapó de sus labios, una señal que reflejaba tanto su cansancio como su determinación de solucionar este problema cuanto antes. Finalmente, levantó la mirada sus ojos enfocándose primero en Rabbit Hole, quien había roto la tensión con sus preguntas.
— Rabbit Hole... —empezó diciendo, marcando cada palabra con un tono de paciencia autoritaria—. Entiendo tu curiosidad, pero hay cosas que no están en mi jurisdicción. Si quieres saber por qué y cómo el Cipher Pol ha decidido actuar en esta operación, eso será algo que deberás discutir con ellos directamente. Mi papel es asegurar que comprendas tu tarea aquí, no debatir sobre las razones detrás de cada decisión que tomen ellos contigo como agente. —contestó. El hombre hizo una pausa, inclinando ligeramente la cabeza mientras la luz del sol parecía endurecer aún más las líneas de su rostro.
Sin esperar una respuesta por parte de la joven, cambió su atención hacia Galhard, cuyo porte atento y preguntas precisas denotaban experiencia y pragmatismo. Rhys asintió, aparentemente satisfecho con la manera en que el marine había procesado la información inicial.
— Tu observación es acertada Galhard, y me alegra ver que estás pensando más allá de lo obvio. —señaló el mapa con un dedo grueso, trazando una línea invisible que conectaba los puntos marcados con pequeños símbolos. — El bosque no solo es denso, sino también traicionero. Las rutas visibles están diseñadas para confundir a los forasteros, y no sabemos si ellos son conscientes de esto. Además, aunque los aldeanos locales han reportado algunos movimientos sospechosos, no han sido demasiado específicos. Puede que por miedo o simplemente porque no han visto suficiente para sacar conclusiones.
Hizo un gesto hacia Megumi reconociendo al cazador con una leve inclinación de cabeza para que no se sintiera ignorado solamente por no ser parte del gobierno mundial, tenía el mismo derecho que los otros dos de recibir información crucial. Y toda ventaja que pudieran tener ahora mismo sería esencial.
— Si tienes un conocido en el bosque que pueda ayudarnos, aprovéchalo. Necesitamos toda ventaja posible y alguien que conozca el terreno podría marcarles caminos seguros o, mejor aún, rastros recientes de actividad. Pero recuerden... cualquier información que consigan tendrá que ser corroborada antes de que actuemos. No podemos permitirnos errores.
Rhys se recostó en su silla, cruzando los brazos mientras evaluaba al grupo con una mirada calculadora. Los rayos del sol continuaban jugando con las sombras del despacho.
— Ahora, sobre los detalles operativos... —continuó—. Estoy de acuerdo en que el transporte a pie será la mejor opción. Los caballos pueden ser útiles en terreno abierto pero en un entorno tan cerrado como este son más un estorbo que una ventaja. Necesitan moverse rápido y sobre todo discretamente. —se detuvo un momento, su mirada recorriendo nuevamente el mapa antes de añadir—. Si esta gente sospechan que los estamos siguiendo, es probable que se asusten y actúen abruptamente... mejor evitar eso.
Con un movimiento deliberado Rhys se inclinó hacia adelante colocando ambas manos sobre el escritorio.
— Y quiero ser absolutamente claro en esto... evitar enfrentamientos hostiles debe ser su prioridad. —hizo una pausa, permitiendo que sus palabras calaran profundamente. — Sabemos que hay armas involucradas, pero no sabemos cuántos hombres tienen, ni qué tan bien están organizados. Si pueden resolver esto sin desenvainar una espada o disparar una bala, háganlo. Identifiquen sus rutas, confirmen las actividades sospechosas y dennos información sólida para actuar. Solo peleen si no tienen otra opción, ¿entendido?
Se enderezó cruzando los brazos una vez más... aunque esta vez su postura denotaba una mezcla de confianza y expectativa.
— Dicho esto, confío en que los tres tienen las habilidades necesarias para manejar esto. —una leve sonrisa cruzó su rostro, aunque no llegó a sus ojos. — Rabbit Hole... tu energía puede ser un caos pero también una herramienta valiosa si se canaliza correctamente. Galhard... tu mente analítica será esencial para mantener al equipo enfocado. Y Megumi... si este bosque es realmente tu terreno, demuéstralo. Guíalos y asegúrate de que no cometan errores.
Se recostó en su silla dejando que sus palabras se asentaran en el ambiente cargado del despacho. Tras unos segundos de silencio extendió tres Den Den Mushi pequeños hacia el centro del grupo.
— Aquí tienen... úsenlos para mantenerse en contacto si surge algo inesperado. No quiero verlos aquí dentro de una hora... deben estar en camino.
El Comandante Rhys los despidió con un gesto breve, volviendo casi de inmediato a sus papeles y notas. Aunque ya no les dirigía la mirada, su presencia seguía siendo un peso palpable, un recordatorio constante de la seriedad de la misión. El tiempo apremiaba y la responsabilidad ahora recaía completamente en ustedes.