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Jack D. Agnis
Golden Eyes
24-12-2024, 02:41 AM
Los rumores sobre los viajes hacia el North Blue comenzaban a extenderse por todas las islas del East Blue, despertando en mí una poderosa llama de curiosidad que no podía ignorar. Ese deseo ardiente me llevó a plantearle a King la idea de hacer ese viaje juntos. Había pasado demasiado tiempo en el East Blue, y las aventuras que este mar ofrecía ya no me llenaban. Quería enfrentar desafíos nuevos, sentir la emoción de lo desconocido.
Sin embargo, King tenía otros planes. No estaba listo para abandonar el East Blue, y esa diferencia de perspectivas nos llevó a un encontronazo. A pesar de ello, al final tomamos una decisión: separarnos temporalmente. Él se quedaría hasta estar preparado para ir al North Blue, mientras que yo seguiría adelante con mis planes.
En mi viaje me acompañarían Panda y Alex, dos compañeros cuyo espíritu aventurero parecía estar en sintonía con el mío, algo que a King parecía faltarle en ese momento. Por su parte, Anissa decidió quedarse con King, disfrutando un poco más del East Blue. No los culpaba; cada uno tenía derecho a decidir cómo usar su tiempo. Pero yo no podía apagar esa llama de aventura que ardía en mi pecho.
Con todo acordado, nos despedimos y tomamos caminos diferentes, prometiendo reunirnos más adelante, ya fuera en el North Blue o en el Grand Line. Por fortuna, contábamos con dos barcos. King cuidaría el navío principal de la tripulación, mientras que nosotros usaríamos el pequeño barco de Panda, quien, por razones que era mejor no mencionar, había terminado como nuestro navegante.
Con todo listo y tras una breve despedida en la puerta del puerto, nos preparamos para abordar a los "pulpos", criaturas que serían nuestros transportes hacia el North Blue durante un largo trecho.
—¿Ya están listos? ¿Tienen sus pasajes a mano? —pregunté con una sonrisa amplia, sujetando mi abrigo con el brazo por si el viento decidía sorprendernos.
—Tengo entendido que saldrán desde DemonTooth, así que supongo que es cuestión de esperar —agregué, intentando disimular la emoción que me invadía ante la idea de dejar atrás este mar que, no solo me vio crecer, sino que tambien me vio convertirme en pirata.
Mientras charlábamos, el bullicio del puerto comenzó a intensificarse. La multitud señalaba hacia el cielo con expresiones de asombro y alegría. Sin dudarlo, levanté la vista y allí estaban: los pulpos descendían majestuosamente, como si fueran criaturas celestiales provenientes del cielo nocturno. Desde algún lugar, una voz se esforzaba por poner orden en medio de la excitación general.
—Muy bien, aquí vamos —dije, incapaz de ocultar mi entusiasmo. Bajé rápidamente del barco en el que me encontraba y seguí las instrucciones que la voz iba dando.
—¡Ey, no los voy a esperar! ¡Apúrense! —exclamé, con una mezcla de impaciencia y diversion. Mientras hacía fila, no pude resistir la tentación de intentar robar algo de la persona delante de mí. Si no estaban atentos, pensaba desvalijarlos con la misma emoción con la que planeaba conquistar otros mares.
Después de completar toda la burocracia, regresé al barco y esperé a que el viaje comenzara. Era el momento que había estado esperando. Finalmente, iba a conocer otros mares. Mi sueño, ese que tantas veces había imaginado, estaba dando sus primeros pasos hacia la realidad.
Sin embargo, King tenía otros planes. No estaba listo para abandonar el East Blue, y esa diferencia de perspectivas nos llevó a un encontronazo. A pesar de ello, al final tomamos una decisión: separarnos temporalmente. Él se quedaría hasta estar preparado para ir al North Blue, mientras que yo seguiría adelante con mis planes.
En mi viaje me acompañarían Panda y Alex, dos compañeros cuyo espíritu aventurero parecía estar en sintonía con el mío, algo que a King parecía faltarle en ese momento. Por su parte, Anissa decidió quedarse con King, disfrutando un poco más del East Blue. No los culpaba; cada uno tenía derecho a decidir cómo usar su tiempo. Pero yo no podía apagar esa llama de aventura que ardía en mi pecho.
Con todo acordado, nos despedimos y tomamos caminos diferentes, prometiendo reunirnos más adelante, ya fuera en el North Blue o en el Grand Line. Por fortuna, contábamos con dos barcos. King cuidaría el navío principal de la tripulación, mientras que nosotros usaríamos el pequeño barco de Panda, quien, por razones que era mejor no mencionar, había terminado como nuestro navegante.
Con todo listo y tras una breve despedida en la puerta del puerto, nos preparamos para abordar a los "pulpos", criaturas que serían nuestros transportes hacia el North Blue durante un largo trecho.
—¿Ya están listos? ¿Tienen sus pasajes a mano? —pregunté con una sonrisa amplia, sujetando mi abrigo con el brazo por si el viento decidía sorprendernos.
—Tengo entendido que saldrán desde DemonTooth, así que supongo que es cuestión de esperar —agregué, intentando disimular la emoción que me invadía ante la idea de dejar atrás este mar que, no solo me vio crecer, sino que tambien me vio convertirme en pirata.
Mientras charlábamos, el bullicio del puerto comenzó a intensificarse. La multitud señalaba hacia el cielo con expresiones de asombro y alegría. Sin dudarlo, levanté la vista y allí estaban: los pulpos descendían majestuosamente, como si fueran criaturas celestiales provenientes del cielo nocturno. Desde algún lugar, una voz se esforzaba por poner orden en medio de la excitación general.
—Muy bien, aquí vamos —dije, incapaz de ocultar mi entusiasmo. Bajé rápidamente del barco en el que me encontraba y seguí las instrucciones que la voz iba dando.
—¡Ey, no los voy a esperar! ¡Apúrense! —exclamé, con una mezcla de impaciencia y diversion. Mientras hacía fila, no pude resistir la tentación de intentar robar algo de la persona delante de mí. Si no estaban atentos, pensaba desvalijarlos con la misma emoción con la que planeaba conquistar otros mares.
Después de completar toda la burocracia, regresé al barco y esperé a que el viaje comenzara. Era el momento que había estado esperando. Finalmente, iba a conocer otros mares. Mi sueño, ese que tantas veces había imaginado, estaba dando sus primeros pasos hacia la realidad.