
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
26-12-2024, 12:38 AM
(Última modificación: 26-12-2024, 12:39 AM por Hunter D. Alpha.)
El llamado ha sido realizado. Tú y el resto de los dedos han sido invocados por Derian, quien desde hace tiempo, había ofrecido un plan para fortalecer las fuerzas individuales de cada uno antes de poner en marcha el gran plan. Tú, el resto no pusieron ninguna negativa ante la propuesta. De hecho, te sonaba más que atractivo el hecho de hacerte más fuerte. Claro, tus maneras de buscar fortalezas son… cuestionables. Pero no puedo negar que ciertamente dan resultados.
Aunque, no estabas solo. Ciertamente tener la compañía de Katharina ha sido bastante agradable para ti. Es alguien que a pesar de las diferencias que puedan llegar a tener, comparten muchos puntos en común. Por qué claramente, tú eres quien ha ido directo al grano con ella. Tu entiendes su situación, el porqué de las cosas que ocurrieron en su vida. Tú no puedes apagar el sol con un dedo tampoco, ya que conoces su naturaleza. Conoces cómo fue criada y qué vida tenía antes de dedicarse a esto. Hacerla entender que formar parte de la mano, significaba más que un simple grupo de piratas, fue difícil. Incluso, para demostrar lo importante que eran todos los miembros para ti, estabas incluso dispuesto a sacrificar tu brazo por ella, en señal de hermandad. Cosa que ella se burló de ti, pensando que simplemente estabas fanfarroneando.
Pero cuando estuviste a punto de cortarlo con tu lanza, ella te detuvo. “Estás loco” fue lo que te dijo.
En tu mente, al cuerdo, es al que siempre llamarán loco. Tu manera única de pensar te ha llevado hasta aquí. Tampoco juzgas las maneras que puedan llegar a pensar las personas. Cada cabeza es un mundo único lleno de posibilidades. Posibilidades que te gusta escuchar, analizar, comprender y estudiar. Todo en esta vida puede llegar a ser una herramienta única que te llevará por un camino, que para bien o para mal, está manchado de rojo. Además, quien sea que desee entrar a formar parte de tu familia, puede hacerlo, sin importar que tan idiota sea. Lo único que tienen que hacer es, demostrar su valía y mostrarse digno de servir a la mano.
Es lo mínimo que podíamos pedir.
Ya con Mayura y Derian es caso aparte. Te conocen muy bien y ambos han decidido depositar su confianza en ti. Alguien que a pesar de tener una manera de pensar algo peculiar, demuestras ser lo suficientemente leal. Pero cabe decir que todo lo antes mencionado es meramente factores ya vigentes que piensas, mientras caminas junto a Katharina entre la muchedumbre que se encuentra hoy en la ciudad de Loguetown.
Y, como es de costumbre, cabalgas sobre Suzaku.
- Mucha gente… ¿No lo crees? – Le preguntas a la rubia. – Aunque… no todos son tan interesantes como esos. – Dices mientras observas algún barco interesante que te puede llamar la atención. - ¿Deberías cazarlos a todos, hermana? – Preguntas a Katharina con cierta sonrisa sínica en el rostro. Claro, es simplemente una sugerencia, sabías que no era el lugar ni el momento oportuno.
Lograste ver el barco. Aunque digamos que la muchedumbre que se encontraba al frente era problemática, sabías que Katharina aun sentía esa inseguridad ya que su padre está siempre en su busca y hasta que no nos hiciéramos cargo de él, ella no podría estar más tranquila. Hoy podrías hacer algo por ella. Un par de palmaditas en el cuello de la plumífera, y esta se sienta para que la montura estuviera a un alcance fácil para la rubia. – No está bien que una dama camine tanto. – Le dices, ofreciéndote llevarle hasta el barco. Una vez sentada sobre Suzaku, la plumífera se levanta nuevamente. – Sujétate de mí. Esta chica corre con fuerza. – La súper ave corre a gran velocidad esquivando a todo el mundo con destreza. Logró esquivar a todos, logrando llegar hasta donde Dorian, quien los estaba esperando.
-¡Ha llegado el capitán! – Dice uno de los hombres a bordo. Tú bajas de la plumífera y ayudas a Katharina a bajar, ofreciendo tu mano para que ella se apoyara y bajara.
-¡Hermano Derian! – Dices con una sonrisa en el rostro – ¡Ha pasado mucho tiempo! Me moría de ansias por recibir el llamado… - Te dispones a estrechar su mano con fuerza. - ¡Oh…! Veo que no he sido el único que no ha perdido el tiempo ¡Eso me alegra! Debemos ponernos al día…
Ya solo faltaba Mayura.
Aunque, no estabas solo. Ciertamente tener la compañía de Katharina ha sido bastante agradable para ti. Es alguien que a pesar de las diferencias que puedan llegar a tener, comparten muchos puntos en común. Por qué claramente, tú eres quien ha ido directo al grano con ella. Tu entiendes su situación, el porqué de las cosas que ocurrieron en su vida. Tú no puedes apagar el sol con un dedo tampoco, ya que conoces su naturaleza. Conoces cómo fue criada y qué vida tenía antes de dedicarse a esto. Hacerla entender que formar parte de la mano, significaba más que un simple grupo de piratas, fue difícil. Incluso, para demostrar lo importante que eran todos los miembros para ti, estabas incluso dispuesto a sacrificar tu brazo por ella, en señal de hermandad. Cosa que ella se burló de ti, pensando que simplemente estabas fanfarroneando.
Pero cuando estuviste a punto de cortarlo con tu lanza, ella te detuvo. “Estás loco” fue lo que te dijo.
En tu mente, al cuerdo, es al que siempre llamarán loco. Tu manera única de pensar te ha llevado hasta aquí. Tampoco juzgas las maneras que puedan llegar a pensar las personas. Cada cabeza es un mundo único lleno de posibilidades. Posibilidades que te gusta escuchar, analizar, comprender y estudiar. Todo en esta vida puede llegar a ser una herramienta única que te llevará por un camino, que para bien o para mal, está manchado de rojo. Además, quien sea que desee entrar a formar parte de tu familia, puede hacerlo, sin importar que tan idiota sea. Lo único que tienen que hacer es, demostrar su valía y mostrarse digno de servir a la mano.
Es lo mínimo que podíamos pedir.
Ya con Mayura y Derian es caso aparte. Te conocen muy bien y ambos han decidido depositar su confianza en ti. Alguien que a pesar de tener una manera de pensar algo peculiar, demuestras ser lo suficientemente leal. Pero cabe decir que todo lo antes mencionado es meramente factores ya vigentes que piensas, mientras caminas junto a Katharina entre la muchedumbre que se encuentra hoy en la ciudad de Loguetown.
Y, como es de costumbre, cabalgas sobre Suzaku.
- Mucha gente… ¿No lo crees? – Le preguntas a la rubia. – Aunque… no todos son tan interesantes como esos. – Dices mientras observas algún barco interesante que te puede llamar la atención. - ¿Deberías cazarlos a todos, hermana? – Preguntas a Katharina con cierta sonrisa sínica en el rostro. Claro, es simplemente una sugerencia, sabías que no era el lugar ni el momento oportuno.
Lograste ver el barco. Aunque digamos que la muchedumbre que se encontraba al frente era problemática, sabías que Katharina aun sentía esa inseguridad ya que su padre está siempre en su busca y hasta que no nos hiciéramos cargo de él, ella no podría estar más tranquila. Hoy podrías hacer algo por ella. Un par de palmaditas en el cuello de la plumífera, y esta se sienta para que la montura estuviera a un alcance fácil para la rubia. – No está bien que una dama camine tanto. – Le dices, ofreciéndote llevarle hasta el barco. Una vez sentada sobre Suzaku, la plumífera se levanta nuevamente. – Sujétate de mí. Esta chica corre con fuerza. – La súper ave corre a gran velocidad esquivando a todo el mundo con destreza. Logró esquivar a todos, logrando llegar hasta donde Dorian, quien los estaba esperando.
-¡Ha llegado el capitán! – Dice uno de los hombres a bordo. Tú bajas de la plumífera y ayudas a Katharina a bajar, ofreciendo tu mano para que ella se apoyara y bajara.
-¡Hermano Derian! – Dices con una sonrisa en el rostro – ¡Ha pasado mucho tiempo! Me moría de ansias por recibir el llamado… - Te dispones a estrechar su mano con fuerza. - ¡Oh…! Veo que no he sido el único que no ha perdido el tiempo ¡Eso me alegra! Debemos ponernos al día…
Ya solo faltaba Mayura.