Shy
"Shy"
26-12-2024, 01:43 AM
Bueno. En esencia, lo que se dice en esencia, el plan había resultado. Desde que abrió el portal, pudo contemplar a Illyasbabel abalanzarse, audaz y poderoso, contra el objetivo de su captura. Y así lo hizo su compañero. Entre sus recios brazos contuvo al criminal, arrastrándolo de vuelta a la otra dimensión ante las atónitas miradas de sus compañeros. Entre la bruma que había levantado, y la fuerza de Illyasbabel respaldada por su igualmente opresor Haki, apresar al enemigo fue pan comido. Desde luego, si esto era indicativo de la calidad de los resultados de los futuros trabajos del gremio, no tardarían en convertirse en los más poderosos del East Blue. Shy celebró en su fuero interno, imaginándose dándole palmadas triunfales en la espalda a su compañero.
Fue entonces cuando su júbilo se tornó en sorpresa. Illyasbabel, con apenas un parpadeo, empezó a emitir un fulgor anaranjado que no tardó en transformarse en una violenta explosión flamígera que afectó a todos, dentro o fuera del portal, antes de que Shy pudiera siquiera cerrar la fisura espacial. De algún modo, las llamas ignoraron a Shy, cosa que agradeció, pues se había quedado petrificado en el sitio ante el explosivo y devastador arranque ofensivo de su compañero, que amenazaba con achicharrar a todo lo que se le pusiera por delante. Solo con estar frente a aquel baile de fuegos sintió su boca secarse y su frente perlarse de sudor, aunque no estuviera cansado.
Y lo peor de todo se lo llevó aquel tipo entre sus brazos, que recibió el grueso de aquella brutal llamarada. Shy observó -no sin cierta impresión que apenas logró ocultar tras su impertérrito rostro- como sus facciones se fundían e hinchaban mientras lanzaba alaridos del más puro de los sufrimientos. Illyasbabel no parecía inmutarse en lo más mínimo por aquellos demenciales gritos. Shy se dio cuenta de que Illyasbabel no debía de haber hecho uso de sus mejores bazas contra él cuando entrenaron. De haberlo hecho, el cazador ahora sería una mancha de carboncillo en una azotea de Tequila Wolf, con los vientos llevándose las cenizas que antes habían formado su cuerpo.
¡La hostia! ¡Lo está quemando! ¡Que locura! El tren de pensamiento de Shy no hacía más que emitir exclamaciones en lugar de pensamientos coherentes, pues tal era la impresión que le había dado su compañero. Había mostrado absoluta frialdad a la hora de ejecutar su objetivo, y se preguntó si eso hacía que su compañero le cayera mejor o peor. Desde luego, ahora se sentía menos dispuesto a criticar sus chistes malos. Con la puerta cerrada por fin, escuchó al capturado perder la consciencia y dejar de gritar, sustituyendo el ruido en sus oídos por un sonido similar al de la carne al freírse sobre abundante aceite.
Shy sacudió la cabeza, tratando de recuperar el sentido. Había visto muchas cosas, pero la de un hombre siendo quemado vivo era algo nuevo. Quizás lo que menos esperaba es que tal acción, despiadada y sanguinaria, viniera de su compañero Illyasbabel. Espabiló. No importaba. Parte del trabajo, suponía. Se irguió y miró a Illyasbabel a los ojos.
-Vámonos de aquí -ordenó, con su voz átona.
Shy correría por la dimensión alternativa de vuelta a un rincón seguro. Tal vez un tejado, o un callejón. Donde fuera menos ahí. Abriría tantas puertas como hiciera falta, sabiendo que Illyasbabel le seguía con su reciente captura entre sus brazos. Solo esperó que no siguiera dándole candela. Si estaba muerto, puede que perdieran el favor de los hermanos Smith. Les convenía llevarlo a un lugar seguro para atarlo y amordazarlo, pero también para atenderlo. Aunque, para ser honesto, Shy no era médico...
Fue entonces cuando su júbilo se tornó en sorpresa. Illyasbabel, con apenas un parpadeo, empezó a emitir un fulgor anaranjado que no tardó en transformarse en una violenta explosión flamígera que afectó a todos, dentro o fuera del portal, antes de que Shy pudiera siquiera cerrar la fisura espacial. De algún modo, las llamas ignoraron a Shy, cosa que agradeció, pues se había quedado petrificado en el sitio ante el explosivo y devastador arranque ofensivo de su compañero, que amenazaba con achicharrar a todo lo que se le pusiera por delante. Solo con estar frente a aquel baile de fuegos sintió su boca secarse y su frente perlarse de sudor, aunque no estuviera cansado.
Y lo peor de todo se lo llevó aquel tipo entre sus brazos, que recibió el grueso de aquella brutal llamarada. Shy observó -no sin cierta impresión que apenas logró ocultar tras su impertérrito rostro- como sus facciones se fundían e hinchaban mientras lanzaba alaridos del más puro de los sufrimientos. Illyasbabel no parecía inmutarse en lo más mínimo por aquellos demenciales gritos. Shy se dio cuenta de que Illyasbabel no debía de haber hecho uso de sus mejores bazas contra él cuando entrenaron. De haberlo hecho, el cazador ahora sería una mancha de carboncillo en una azotea de Tequila Wolf, con los vientos llevándose las cenizas que antes habían formado su cuerpo.
¡La hostia! ¡Lo está quemando! ¡Que locura! El tren de pensamiento de Shy no hacía más que emitir exclamaciones en lugar de pensamientos coherentes, pues tal era la impresión que le había dado su compañero. Había mostrado absoluta frialdad a la hora de ejecutar su objetivo, y se preguntó si eso hacía que su compañero le cayera mejor o peor. Desde luego, ahora se sentía menos dispuesto a criticar sus chistes malos. Con la puerta cerrada por fin, escuchó al capturado perder la consciencia y dejar de gritar, sustituyendo el ruido en sus oídos por un sonido similar al de la carne al freírse sobre abundante aceite.
Shy sacudió la cabeza, tratando de recuperar el sentido. Había visto muchas cosas, pero la de un hombre siendo quemado vivo era algo nuevo. Quizás lo que menos esperaba es que tal acción, despiadada y sanguinaria, viniera de su compañero Illyasbabel. Espabiló. No importaba. Parte del trabajo, suponía. Se irguió y miró a Illyasbabel a los ojos.
-Vámonos de aquí -ordenó, con su voz átona.
Shy correría por la dimensión alternativa de vuelta a un rincón seguro. Tal vez un tejado, o un callejón. Donde fuera menos ahí. Abriría tantas puertas como hiciera falta, sabiendo que Illyasbabel le seguía con su reciente captura entre sus brazos. Solo esperó que no siguiera dándole candela. Si estaba muerto, puede que perdieran el favor de los hermanos Smith. Les convenía llevarlo a un lugar seguro para atarlo y amordazarlo, pero también para atenderlo. Aunque, para ser honesto, Shy no era médico...