Airgid Vanaidiam
Metalhead
27-12-2024, 02:24 AM
Parecía que con el paso de los minutos y de la misma conversación, Ragnheidr estaba más dispuesto a compartir algo de información con su recién conocida compañera de revolución. Lo cierto es que tampoco tenía mucho que ocultar, dijo que simplemente estaba allí explorando, como lo podría haber hecho en cualquier otra isla, mostrándose completamente ajeno a los rumores que a ella le habían llegado. La mujer asintió, como si fuera algo que estuviera acostumbrada a escuchar. Pero entonces, mencionó algo sobre que... sentía una anormalidad en el ambiente, como si algo no terminara de encajar en el puzzle. Derya le devolvió la mirada, con el ceño fruncido. Así que no solo eran sensaciones suyas. — Es esa sensación la que me ha mantenido aquí tanto tiempo. — Especificó, aclarando así que ella también lo había notado. Estaba claro que en el mundo había grandes misterios por resolver, más de lo que uno podría llegar a averiguar nunca.
Se refirió a ella como "rata de biblioteca", lo que solo le hizo encorvar una de las cejas, ¿en serio? ¿Ya se había ganado un mote como ese? Aunque no le dio mayor importancia, limitándose a no responder, simplemente. Al menos hasta que mencionó la aparente muerte de un amigo, extrañamente seguido de un halago completamente inesperado. El hombre se rió, así que Derya intuyó que simplemente le tomaba el pelo. — Avísame si encuentras alguna. — Continuó con su broma, eludiendo cualquier autoría sobre sus palabras, y es que a pesar de que la gyojin tenía ya una edad y una vasta experiencia, seguía sin encajar bien ese tipo de interacciones.
Ahora sí, había llegado el momento de que ella respondiera algunas de sus preguntas. Aunque lo cierto es que tampoco conocía concretamente las respuestas que le estaba pidiendo. — No estoy segura. — Respondió con sinceridad. — Por lo que sé, podría ser algo que se mueve de una isla a otra. Y lo suficientemente útil como para que no nos interese que caiga en manos equivocadas. Tratar de encontrar algo que no sabes qué es, es... difícil, por eso llevo tanto tiempo aquí, y aquí seguiré, hasta que deje de "picarme" esta isla, como tú dices. — Especificó un poco más, mostrandose también relajada y graciosa. — Y guarda esos dientes, quedarías en ridículo frente a la mandíbula de un tiburón. — Era fácil entrever sus enormes y afiladísimos dientes de sierra a través de sus labios, en su sonrisa. Eran una hilera, como los de un auténtico tiburón.
En ese mismo momento, al tener el haki de percepción aún activado, Derya fue capaz de sentir una pequeña manada de animales aproximarse a la ubicación de ambos. Sería un grupo de unos quince, que se movía con una buena velocidad a través de los árboles, saltando de una rama a otra, de liana en liana. Pudo notarse el cambio en el rostro de Derya al notar dicha presencia, cada vez más cercana, adoptado un semblante serio y concentrado. — Algo se acerca. — Advirtió a su compañero. Aunque según se fue acercando más y más, Derya fue capaz de distinguir que no se trataba de una presencia agresvia. O al menos, no de momento. La manada tuvo que parar en seco al llegar a la ubicación de los revolucionarios, pues su corta pelea había barrido los árboles de alrededor, y, desprovistos de naturaleza, quedaron expuestos en el claro, ligeramente confusos, observando el rastro de la madera arrancada. Y, por supuesto, también se fijaron en la presencia de los dos.
Se refirió a ella como "rata de biblioteca", lo que solo le hizo encorvar una de las cejas, ¿en serio? ¿Ya se había ganado un mote como ese? Aunque no le dio mayor importancia, limitándose a no responder, simplemente. Al menos hasta que mencionó la aparente muerte de un amigo, extrañamente seguido de un halago completamente inesperado. El hombre se rió, así que Derya intuyó que simplemente le tomaba el pelo. — Avísame si encuentras alguna. — Continuó con su broma, eludiendo cualquier autoría sobre sus palabras, y es que a pesar de que la gyojin tenía ya una edad y una vasta experiencia, seguía sin encajar bien ese tipo de interacciones.
Ahora sí, había llegado el momento de que ella respondiera algunas de sus preguntas. Aunque lo cierto es que tampoco conocía concretamente las respuestas que le estaba pidiendo. — No estoy segura. — Respondió con sinceridad. — Por lo que sé, podría ser algo que se mueve de una isla a otra. Y lo suficientemente útil como para que no nos interese que caiga en manos equivocadas. Tratar de encontrar algo que no sabes qué es, es... difícil, por eso llevo tanto tiempo aquí, y aquí seguiré, hasta que deje de "picarme" esta isla, como tú dices. — Especificó un poco más, mostrandose también relajada y graciosa. — Y guarda esos dientes, quedarías en ridículo frente a la mandíbula de un tiburón. — Era fácil entrever sus enormes y afiladísimos dientes de sierra a través de sus labios, en su sonrisa. Eran una hilera, como los de un auténtico tiburón.
En ese mismo momento, al tener el haki de percepción aún activado, Derya fue capaz de sentir una pequeña manada de animales aproximarse a la ubicación de ambos. Sería un grupo de unos quince, que se movía con una buena velocidad a través de los árboles, saltando de una rama a otra, de liana en liana. Pudo notarse el cambio en el rostro de Derya al notar dicha presencia, cada vez más cercana, adoptado un semblante serio y concentrado. — Algo se acerca. — Advirtió a su compañero. Aunque según se fue acercando más y más, Derya fue capaz de distinguir que no se trataba de una presencia agresvia. O al menos, no de momento. La manada tuvo que parar en seco al llegar a la ubicación de los revolucionarios, pues su corta pelea había barrido los árboles de alrededor, y, desprovistos de naturaleza, quedaron expuestos en el claro, ligeramente confusos, observando el rastro de la madera arrancada. Y, por supuesto, también se fijaron en la presencia de los dos.