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Rocket Raccoon
Rocket
27-12-2024, 02:29 AM
Afortunadamente para mí, que detesto las aglomeraciones y el caos de un lugar abarrotado, alguien en la tripulación había tenido la brillante idea de ofrecerse voluntario. Uno de los novatos, John, con más entusiasmo que sentido común, se había adelantado para hacer la interminable fila que zigzagueaba hasta el mostrador donde vendían los codiciados boletos. Era un alivio no tener que soportar esa mezcla de olores: el sudor de la multitud, los perfumes demasiado intensos, y ese toque metálico del ambiente que siempre acompaña a los grandes puertos. Además, no tendría que lidiar con los empujones ni con la paciencia agotada de los demás pasajeros que suspiraban y se quejaban en voz baja.
Mientras él se encargaba de la tarea tediosa, yo podía disfrutar de una distancia prudente, observando aquellas enormes ''naves'' que en esta ocasión nos harían de transporte. Eran imponentes, majestuosas incluso, pero había algo en su mera presencia que me tranquilizaba de una forma casi mística.
Pero mucho blablabla, y nada de contexto. Asi que ahi les va.
Hace apenas unos días, comenzaron a surgir rumores para quien estuviera lo suficientemente atento o, simplemente, tuviera el hábito de husmear en conversaciones ajenas. Se decía que pronto sería posible viajar al North Blue, ese misterioso mar que parecía tan lejano como inalcanzable. Al principio, los rumores eran apenas susurros, compartidos entre unos pocos, pero en cuestión de horas comenzaron a propagarse como un virus. Y para cuando llegó el día señalado, todo el mundo ya estaba al tanto de la gran noticia.
Resulta que una peculiar inventora había desarrollado un método revolucionario para cruzar los mares: unas ''naves voladoras'' capaces de surcar los cielos. Al escuchar esto, mi mente no pudo evitar pensar en Hato y sus antiguas ideas locas. 'Esto es justo lo que ella quería hacer'. reflexioné mientras seguía recogiendo información de aquí y de allá.
Pero nada me había preparado para lo que presencié con mis propios ojos. Las naves voladoras no eran en absoluto lo que imaginé. Olvídate de barcos gigantes propulsados por hélices o ingenios mecánicos complejos; ni siquiera se acercaban a lo que cualquiera podría considerar normal. Mi sorpresa se tornó incredulidad cuando me encontré cara a cara con la ''tecnología'' que haría posible este viaje: globos aerostáticos, aunque no del tipo que esperas.
No eran de goma, plástico ni ningún material común. En su lugar, gigantescos pulpos flotantes se alzaban majestuosamente sobre el muelle, con sus enormes tentáculos moviéndose de forma casi hipnótica. "¿En esa mierda?", fue lo primero que pensé. Las preguntas comenzaron a atropellarse en mi cabeza: ¿Cómo demonios funcionaba esto? ¿Eran seguras estas criaturas? ¿Podrían con todo el peso de las embarcaciones? ¿Qué pasará con nuestro submarino?
No tenía respuestas, pero no tardé mucho en empezar a entender el panorama. Desde el muelle, vi cómo los más valientes se ofrecían como los primeros pasajeros, subiendo a estas colosales criaturas. La sorpresa fue aún mayor cuando observé que los pulpos no solo transportaban a las personas, sino también las embarcaciones completas. Los enormes tentáculos envolvían los barcos con facilidad, levantándolos como si fueran juguetes.
El espectáculo era surrealista. Entre el asombro y la duda, algo en mi interior me dijo que esto sería una experiencia que jamás olvidaría... si es que sobrevivía a ella. Ya que bueno, para allá me iba, junto con mis camaradas de viaje.
Mientras él se encargaba de la tarea tediosa, yo podía disfrutar de una distancia prudente, observando aquellas enormes ''naves'' que en esta ocasión nos harían de transporte. Eran imponentes, majestuosas incluso, pero había algo en su mera presencia que me tranquilizaba de una forma casi mística.
Pero mucho blablabla, y nada de contexto. Asi que ahi les va.
Hace apenas unos días, comenzaron a surgir rumores para quien estuviera lo suficientemente atento o, simplemente, tuviera el hábito de husmear en conversaciones ajenas. Se decía que pronto sería posible viajar al North Blue, ese misterioso mar que parecía tan lejano como inalcanzable. Al principio, los rumores eran apenas susurros, compartidos entre unos pocos, pero en cuestión de horas comenzaron a propagarse como un virus. Y para cuando llegó el día señalado, todo el mundo ya estaba al tanto de la gran noticia.
Resulta que una peculiar inventora había desarrollado un método revolucionario para cruzar los mares: unas ''naves voladoras'' capaces de surcar los cielos. Al escuchar esto, mi mente no pudo evitar pensar en Hato y sus antiguas ideas locas. 'Esto es justo lo que ella quería hacer'. reflexioné mientras seguía recogiendo información de aquí y de allá.
Pero nada me había preparado para lo que presencié con mis propios ojos. Las naves voladoras no eran en absoluto lo que imaginé. Olvídate de barcos gigantes propulsados por hélices o ingenios mecánicos complejos; ni siquiera se acercaban a lo que cualquiera podría considerar normal. Mi sorpresa se tornó incredulidad cuando me encontré cara a cara con la ''tecnología'' que haría posible este viaje: globos aerostáticos, aunque no del tipo que esperas.
No eran de goma, plástico ni ningún material común. En su lugar, gigantescos pulpos flotantes se alzaban majestuosamente sobre el muelle, con sus enormes tentáculos moviéndose de forma casi hipnótica. "¿En esa mierda?", fue lo primero que pensé. Las preguntas comenzaron a atropellarse en mi cabeza: ¿Cómo demonios funcionaba esto? ¿Eran seguras estas criaturas? ¿Podrían con todo el peso de las embarcaciones? ¿Qué pasará con nuestro submarino?
No tenía respuestas, pero no tardé mucho en empezar a entender el panorama. Desde el muelle, vi cómo los más valientes se ofrecían como los primeros pasajeros, subiendo a estas colosales criaturas. La sorpresa fue aún mayor cuando observé que los pulpos no solo transportaban a las personas, sino también las embarcaciones completas. Los enormes tentáculos envolvían los barcos con facilidad, levantándolos como si fueran juguetes.
El espectáculo era surrealista. Entre el asombro y la duda, algo en mi interior me dijo que esto sería una experiencia que jamás olvidaría... si es que sobrevivía a ella. Ya que bueno, para allá me iba, junto con mis camaradas de viaje.