
Alexandra
Alex
28-12-2024, 03:12 PM
A Alexandra se le pasó rápido la emoción de ver de nuevo a sus compañeros, más exactamente justo cuando el pulpo alzó el vuelo. La hafugyo nunca había estado a tanta altura y descubrió rápidamente que su estomago no era tan fuerte como creía. Se encontraba agazapada en uno de los camarotes del barco con un cubo entre las piernas, aunque no creía que pudiera expulsar nada más.
Nada más empezar el viaje la chica había hecho un ademán de quedarse en cubierta junto con sus compañeros pero en cuanto notó que su estomago empezaba a revolverse le habían mandado corriendo bajo cubierta y ella lo prefería así. No era muy fan de las alturas ya tan solo imaginarse subida al hombro de Octojin le producía escalofríos.
Y por si no tuviera ella suficiente empezó la tormenta. Al principio Alex solo escuchó el repiquetear de las gotas en la cubierta pero al poco tiempo los gritos de sus compañeros llegaron hasta su camarote. El barco se tambaleaba peligrosamente y Alex se levantó del suelo, intentando con todas sus fuerzas salir del cuarto. Su tez estaba mucho más pálida que de costumbre, de un color cetrino y sus labios habían adquirido un color azulado. Se tambaleó por el pasillo y al final logró, usando todas sus fuerzas, abrir la puerta que daba al exterior.
La tormenta era mucho peor de lo que creía, todo el mundo estaba corriendo de un lado a otro intentando estabilizar el barco y que este no se fuera a pique. Observó entonces como una embarcación mucho más pequeña era alcanzada por un rayo y se caía perdiéndose de vista entre las nubes.
— Per-perdonad chi-chicos— intentó llamar la atención de algunos de sus compañeros— ¿Pu-puedo a-a-ayudar e-e...? ¡BLURGH!
El estomago de la Hafugyo se vació sobre el cubo que se había llevado con ella. Alexandra se deslizó por la pared y observó, desde el suelo, como sus compañeros trabajaban. No podría ser de ayuda esta vez.
Nada más empezar el viaje la chica había hecho un ademán de quedarse en cubierta junto con sus compañeros pero en cuanto notó que su estomago empezaba a revolverse le habían mandado corriendo bajo cubierta y ella lo prefería así. No era muy fan de las alturas ya tan solo imaginarse subida al hombro de Octojin le producía escalofríos.
Y por si no tuviera ella suficiente empezó la tormenta. Al principio Alex solo escuchó el repiquetear de las gotas en la cubierta pero al poco tiempo los gritos de sus compañeros llegaron hasta su camarote. El barco se tambaleaba peligrosamente y Alex se levantó del suelo, intentando con todas sus fuerzas salir del cuarto. Su tez estaba mucho más pálida que de costumbre, de un color cetrino y sus labios habían adquirido un color azulado. Se tambaleó por el pasillo y al final logró, usando todas sus fuerzas, abrir la puerta que daba al exterior.
La tormenta era mucho peor de lo que creía, todo el mundo estaba corriendo de un lado a otro intentando estabilizar el barco y que este no se fuera a pique. Observó entonces como una embarcación mucho más pequeña era alcanzada por un rayo y se caía perdiéndose de vista entre las nubes.
— Per-perdonad chi-chicos— intentó llamar la atención de algunos de sus compañeros— ¿Pu-puedo a-a-ayudar e-e...? ¡BLURGH!
El estomago de la Hafugyo se vació sobre el cubo que se había llevado con ella. Alexandra se deslizó por la pared y observó, desde el suelo, como sus compañeros trabajaban. No podría ser de ayuda esta vez.