Jack D. Agnis
Golden Eyes
08-08-2024, 03:22 PM
Tras unos momentos de debate interno, al final Zev decidió seguir hacia adelante y no retrasarse mas. Su destino estaba enfrente y ya no había nada ni nadie que lo detuviera. Tal vez aquella comida era lo único que necesitaba para continuar con su viaje y no necesitaba mas que eso.
Guiado por su convicción y deseos de llegar aun lugar donde calmar no solo su hambre y sed, sino sino que también sus ansias de libertad, caminó un poco mas rápido de lo que lo venia haciendo.
Tan pronto se acercó al oasis pudo ver como los arboles incrementaban su tamaño, tanto en altura como en anchura, mientas que las hierba crecía a los lados con un verde oscuro y saludable.
Lo único extraño que puede notar es que sonido de animales, tantos insectos como mamíferos, no se oyen en ese oasis, pero no le prestas atención y continuas hacia tu mina de oro.
Una vez divisas el agua, una oleada de alivio invadió tu cuerpo, haciendo que tus pies trastrabillaran un poco por el cansancio, pero continuaste hasta el agua, donde pudiste calmar tu sed y revitalizar tu cuerpo.
Mientras tomas agua, oyes algo que te llama la atención por lo que alzas tu mirada y logras ver, aunque puede ser que tu cansancio te haya traicionado, una especie de cola reptiliana y escamosa, del tamaño de un tronco de un árbol viejo la cual se alejaba de aquel oasis. Pero tan pronto como ajustas tu mirada, esta ya no se encuentra allí, y el sonido de insectos y de animales a tu alrededor comienzan a inundar nuevamente el ambiente.
Ya con la sed calmada y con tu cuerpo un poco recompuestos, miras la pata de aquel pobre cervatillo que habías cazado con hambre y ansias, y sin pensarlo demasiado, comienzas a comerla, no sin antes haberla cocinado. El tiempo ya no apremia y sabes que el fuego asusta a los depredadores, asique por ahora te encuentras tranquilo y sin preocupación alguna.
Tras unos largos minutos de comida, sientes que el cansancio del viaje está pensando demasiado sobre tus hombros, por lo que luego de encontrar un pequeño hueco seco y seguro, te recuestas y cierras tus ojos.
Los sueños que ahora tendrás no serán de tu esclavista, sino de un coyote que corre libre por la sabana.
Guiado por su convicción y deseos de llegar aun lugar donde calmar no solo su hambre y sed, sino sino que también sus ansias de libertad, caminó un poco mas rápido de lo que lo venia haciendo.
Tan pronto se acercó al oasis pudo ver como los arboles incrementaban su tamaño, tanto en altura como en anchura, mientas que las hierba crecía a los lados con un verde oscuro y saludable.
Lo único extraño que puede notar es que sonido de animales, tantos insectos como mamíferos, no se oyen en ese oasis, pero no le prestas atención y continuas hacia tu mina de oro.
Una vez divisas el agua, una oleada de alivio invadió tu cuerpo, haciendo que tus pies trastrabillaran un poco por el cansancio, pero continuaste hasta el agua, donde pudiste calmar tu sed y revitalizar tu cuerpo.
Mientras tomas agua, oyes algo que te llama la atención por lo que alzas tu mirada y logras ver, aunque puede ser que tu cansancio te haya traicionado, una especie de cola reptiliana y escamosa, del tamaño de un tronco de un árbol viejo la cual se alejaba de aquel oasis. Pero tan pronto como ajustas tu mirada, esta ya no se encuentra allí, y el sonido de insectos y de animales a tu alrededor comienzan a inundar nuevamente el ambiente.
Ya con la sed calmada y con tu cuerpo un poco recompuestos, miras la pata de aquel pobre cervatillo que habías cazado con hambre y ansias, y sin pensarlo demasiado, comienzas a comerla, no sin antes haberla cocinado. El tiempo ya no apremia y sabes que el fuego asusta a los depredadores, asique por ahora te encuentras tranquilo y sin preocupación alguna.
Tras unos largos minutos de comida, sientes que el cansancio del viaje está pensando demasiado sobre tus hombros, por lo que luego de encontrar un pequeño hueco seco y seguro, te recuestas y cierras tus ojos.
Los sueños que ahora tendrás no serán de tu esclavista, sino de un coyote que corre libre por la sabana.