
Ragnheidr Grosdttir
Stormbreaker
28-12-2024, 11:07 PM
Ragn mantuvo su postura firme mientras el caos del campamento se desplegaba a su alrededor. Los ojos de cada persona, la tensión en el ambiente, las armas aún medio preparadas... todo le hablaba de un grupo acostumbrado a vivir al borde del peligro. Sin embargo, su atención permanecía centrada en Gwen, quien rápidamente se encargó de Sijuh con una profesionalidad que no pasó desapercibida. Al menos estaba en buenas manos. Cuando la mujer de cabello verde le habló en su idioma, aunque torpemente, Ragn le dedicó una breve mirada. Su ceño fruncido se suavizó apenas por un instante. No esperaba que alguien más hablara su lengua, pero la extraña pronunciación y el esfuerzo evidente le recordaron algo, los lazos, aunque improbables, son lo que mantienen a la gente unida. No respondió. No aún. La palabra "hermana" había cumplido su propósito, y la reacción de ella confirmó que su relación con Sijuh no era un secreto completo en este lugar. Fue entonces cuando el joven de cabello oscuro se acercó con pasos vacilantes. Ragn giró lentamente la cabeza hacia él, sus ojos como dos fragmentos de hielo perforándolo, evaluándolo. El chico temblaba, pero no retrocedió. Eso era algo digno de respeto. Las palabras del joven, aunque tímidas, llevaban consigo una mezcla de valor y compasión que lograron atravesar la coraza de desconfianza que el gigante llevaba consigo.
Ragn se mantuvo en silencio por un momento más, dejando que el muchacho sintiera el peso de su mirada. Finalmente, asintió, un movimiento lento pero decidido. ¿Todo esos eran el grupo de su hermana? realmente estaba impresionado. Dio un paso hacia la fogata cercana y se dejó caer pesadamente sobre una roca, liberando un gruñido bajo mientras el dolor de su hombro se intensificaba al moverse. El cansancio pesaba en sus músculos, pero no dejó que eso lo mostrara. El orgullo debía mantenerse intacto, incluso en la debilidad. —Du har mot... det er mer enn de fleste kan si. —Comentó en su idioma, con su tono grave como un trueno distante. Tomó lo que parecía algo de comida de su bolsillo y empezó a comer. Era como el puto Doraemon siempre sacaba algo de comer de algun lado. Aunque sabía que el chico probablemente no entendería, sus palabras eran un reconocimiento a su valor. Luego añadió, esta vez en un tono más neutral y comprensible para los presentes.— Hacerrr rápido. Mi hermana nessesita esto más que yo.— A pesar de la aparente rudeza en sus palabras, el mensaje era claro: estaba dispuesto a cooperar. Se quitó la capa ensangrentada con un movimiento rápido y dejó al descubierto el hombro herido. Los músculos tensos y marcados estaban bañados en sangre seca y fresca, y el agujero que la bala había dejado era una herida que cualquier hombre normal habría encontrado incapacitante. Pero Ragn no era cualquier hombre. Su expresión no mostraba el menor indicio de dolor, aunque sus ojos seguían observando al joven con intensidad.
—No saberrr. Atacarrr rápido, sin hasssr ruido. Crreo que seguirr a ella. —Comentó con desdén. Le concedió al muchacho una pequeña sonrisa, más una mueca que una muestra de alegría real, pero suficiente para que entendiera que realmente intentaba dar información potable, aunque fuera poca. Alzó el brazo herido con cuidado, dejando al chico trabajar, mientras mantenía su mirada fija en los movimientos de Gwen y el resto del grupo. Cada segundo que pasaba sentía que la línea entre la vida y la muerte de Sijuh se hacía más delgada, y aunque confiaba en los movimientos seguros de la mujer, su mente no dejaba de pensar en lo que vendría después.
Ragn se mantuvo en silencio por un momento más, dejando que el muchacho sintiera el peso de su mirada. Finalmente, asintió, un movimiento lento pero decidido. ¿Todo esos eran el grupo de su hermana? realmente estaba impresionado. Dio un paso hacia la fogata cercana y se dejó caer pesadamente sobre una roca, liberando un gruñido bajo mientras el dolor de su hombro se intensificaba al moverse. El cansancio pesaba en sus músculos, pero no dejó que eso lo mostrara. El orgullo debía mantenerse intacto, incluso en la debilidad. —Du har mot... det er mer enn de fleste kan si. —Comentó en su idioma, con su tono grave como un trueno distante. Tomó lo que parecía algo de comida de su bolsillo y empezó a comer. Era como el puto Doraemon siempre sacaba algo de comer de algun lado. Aunque sabía que el chico probablemente no entendería, sus palabras eran un reconocimiento a su valor. Luego añadió, esta vez en un tono más neutral y comprensible para los presentes.— Hacerrr rápido. Mi hermana nessesita esto más que yo.— A pesar de la aparente rudeza en sus palabras, el mensaje era claro: estaba dispuesto a cooperar. Se quitó la capa ensangrentada con un movimiento rápido y dejó al descubierto el hombro herido. Los músculos tensos y marcados estaban bañados en sangre seca y fresca, y el agujero que la bala había dejado era una herida que cualquier hombre normal habría encontrado incapacitante. Pero Ragn no era cualquier hombre. Su expresión no mostraba el menor indicio de dolor, aunque sus ojos seguían observando al joven con intensidad.
—No saberrr. Atacarrr rápido, sin hasssr ruido. Crreo que seguirr a ella. —Comentó con desdén. Le concedió al muchacho una pequeña sonrisa, más una mueca que una muestra de alegría real, pero suficiente para que entendiera que realmente intentaba dar información potable, aunque fuera poca. Alzó el brazo herido con cuidado, dejando al chico trabajar, mientras mantenía su mirada fija en los movimientos de Gwen y el resto del grupo. Cada segundo que pasaba sentía que la línea entre la vida y la muerte de Sijuh se hacía más delgada, y aunque confiaba en los movimientos seguros de la mujer, su mente no dejaba de pensar en lo que vendría después.