
Ragnheidr Grosdttir
Stormbreaker
29-12-2024, 12:35 AM
Ragn permaneció en silencio mientras Mía hablaba, dejando que sus palabras se asentaran. “¿Pareja? Cuatro meses… cuñada...” El peso de la revelación lo hizo quedarse pensativo por un instante, aunque no dejó que su expresión traicionara mucho. Sus ojos azules se mantuvieron clavados en ella, analizando cada detalle de su postura y sus palabras. Había algo en la manera en que hablaba de su hermana que le transmitía cierta confianza. Aunque no conocía del todo a esta mujer, si Sijuh la había considerado digna, Ragn decidió que, por el momento, él también lo haría. —Morgoth… interrresante nombre.— Casi que susurró con voz baja, aceptando finalmente el vaso de agua que el pelinegro le ofrecía. Dio un sorbo lento mientras su mirada barría el campamento.
Nadie se atrevía a acercarse más de lo necesario, y eso lo hacía sentirse cómodo, pero también un tanto aislado. Cuando finalmente Gwen salió de la carpa, todos los pensamientos de Ragn se enfocaron de inmediato en ella. Su figura parecía agotada, pero su semblante estaba lleno de autoridad. Las palabras iniciales de la doctora sobre Sijuh fueron un alivio para él, aunque no dejó que ese sentimiento se reflejara demasiado en su rostro. En cambio, se levantó lentamente de donde estaba sentado, su altura imponente reforzando su presencia mientras escuchaba las preguntas de Gwen con atención.
—Lucharron con fuerssa, pero no parreserr soldados regulares del Gobierrno Mundial. Tal vess merssenarios, o algo más. — Comenzó a decir con voz grave, su tono serio. —Uno de ellos destacaba...— Continuó mientras entrecerraba los ojos, recordando los detalles del enfrentamiento. —Tenerr un tatuaje en mano issquierda. Erra...— Levantó su propia mano, trazando el símbolo en el aire como si aún lo tuviera fresco en la memoria. —Parresía una serrpiente enrrroscada alrededor de una daga. Erra demasiado espessífico como parra ser una casualidad.— Explicó, dejando que sus palabras se asentaran. Gwen lo observaba con atención, y aunque no decía nada, su mirada delataba que estaba procesando cada palabra. Ragn cruzó los brazos frente al pecho, como si estuviera cerrando cualquier espacio para cuestionamientos innecesarios. Miró de reojo a Mía, preguntándose si ella sabía algo sobre el tatuaje o sobre posibles enemigos que buscaran a la armada. Luego, volvió su atención a Gwen.
Finalmente, soltó un largo suspiro y se relajó un poco, dejando que sus hombros se hundieran ligeramente. — Estarr cansado de prreguntas. Querrer comerrr algo dessente antes de volverr a pelearr. — Comentó, dando por sentado que pronto vendrían y buscarían guerrear de nuevo .
Nadie se atrevía a acercarse más de lo necesario, y eso lo hacía sentirse cómodo, pero también un tanto aislado. Cuando finalmente Gwen salió de la carpa, todos los pensamientos de Ragn se enfocaron de inmediato en ella. Su figura parecía agotada, pero su semblante estaba lleno de autoridad. Las palabras iniciales de la doctora sobre Sijuh fueron un alivio para él, aunque no dejó que ese sentimiento se reflejara demasiado en su rostro. En cambio, se levantó lentamente de donde estaba sentado, su altura imponente reforzando su presencia mientras escuchaba las preguntas de Gwen con atención.
—Lucharron con fuerssa, pero no parreserr soldados regulares del Gobierrno Mundial. Tal vess merssenarios, o algo más. — Comenzó a decir con voz grave, su tono serio. —Uno de ellos destacaba...— Continuó mientras entrecerraba los ojos, recordando los detalles del enfrentamiento. —Tenerr un tatuaje en mano issquierda. Erra...— Levantó su propia mano, trazando el símbolo en el aire como si aún lo tuviera fresco en la memoria. —Parresía una serrpiente enrrroscada alrededor de una daga. Erra demasiado espessífico como parra ser una casualidad.— Explicó, dejando que sus palabras se asentaran. Gwen lo observaba con atención, y aunque no decía nada, su mirada delataba que estaba procesando cada palabra. Ragn cruzó los brazos frente al pecho, como si estuviera cerrando cualquier espacio para cuestionamientos innecesarios. Miró de reojo a Mía, preguntándose si ella sabía algo sobre el tatuaje o sobre posibles enemigos que buscaran a la armada. Luego, volvió su atención a Gwen.
Finalmente, soltó un largo suspiro y se relajó un poco, dejando que sus hombros se hundieran ligeramente. — Estarr cansado de prreguntas. Querrer comerrr algo dessente antes de volverr a pelearr. — Comentó, dando por sentado que pronto vendrían y buscarían guerrear de nuevo .