Kuro D. Zirko
Payaza D. Zirko
30-12-2024, 05:17 PM
La tranquilidad, ¿qué es la tranquilidad? Para Zirko, la tranquilidad era una idea lejana, casi abstracta. Quizá era estar al borde del abismo, en un barco que surcaba el horizonte, con montañas abajo y un container bajo el brazo. Sí, un container. Lo que al principio parecía ser una simple caja resultó ser algo mucho más intrigante, algo que mantenía su curiosidad despierta, como un misterio que no podía ignorar.
Todo iba más o menos bien, hasta que el viento decidió complicarlo todo. De repente, el barco empezó a sacudirse violentamente, y Zirko apenas podía entender lo que estaba ocurriendo. La embarcación era enorme, pero ella también lo era. Mientras estuviera sentada, podía acomodarse razonablemente bien en el espacio disponible. Sin embargo, si se levantaba, corría el riesgo de chocar con el enorme pulpo que sostenía el barco, y esa era una situación que prefería evitar a toda costa.
Pero con el barco tambaleándose como loco, no le quedó más remedio que levantarse. El container bajo su brazo le pesaba, pero no tanto como el nerviosismo que empezaba a acumularse en su pecho. Intentó mantener la calma, aunque todo a su alrededor parecía conspirar para desquiciarla.
Fue entonces cuando las instrucciones comenzaron a llegar, como una avalancha de palabras que apenas podía procesar - Zirko, tu con tu tamaño necesito que vigiles la vela de popa, aunque no la estemos utilizando para navegar, cualquier trozo de tela quemándose por un rayo podría crear resistencia y desequilibrarnos, córtala si hace falta, utiliza tu peso para equilibrar si es necesario - dijo Herald-san
Zirko parpadeó, confundida - ¿La vela de qué...?
En su mente, la palabra "popa" revoloteaba como una mariposa esquiva. ¿Qué significaba? ¿Dónde estaba? ¿Era importante? Mientras trataba de recordar las clases básicas de navegación que nunca había tomado, decidió actuar por instinto. Con movimientos torpes pero decididos, colocó un pie en la parte delantera del barco y otro hacia la trasera, intentando abarcar todo el espacio posible y teniendo todo el cuidado del mundo de no golpear ni aplastar nada ni a nadie.
El pulpo, aparentemente ajeno al caos, seguía firme en su posición, pero Zirko no podía evitar encorvarse para no golpearlo. Con el container aún firmemente sujeto bajo el brazo como si fuese un bolso colgando, extendió las manos como si estuviera en una clase improvisada de acrobacias. Su mirada iba de un lado a otro, intentando identificar cuál de todas esas velas era la dichosa "vela de popa".
Finalmente, incapaz de contenerse, gritó con voz temblorosa - ¡Papi! ¿Cuál es popa? ¡No sé cuál es popa!
El viento aullaba como si estuviera riéndose de su confusión. El barco seguía tambaleándose, y Zirko hacía todo lo posible por mantener el equilibrio y no golpear al pulpo gigante que, de alguna manera, parecía ser la única cosa estable en todo ese desastre.
A pesar de todo, Zirko no podía evitar preguntarse qué había dentro del container. Su curiosidad seguía latente, incluso en medio del caos. Pero por ahora, lo único que podía hacer era seguir las órdenes, intentar no arruinarlo todo y, sobre todo, descubrir de una vez por todas qué demonios era "popa".
Todo iba más o menos bien, hasta que el viento decidió complicarlo todo. De repente, el barco empezó a sacudirse violentamente, y Zirko apenas podía entender lo que estaba ocurriendo. La embarcación era enorme, pero ella también lo era. Mientras estuviera sentada, podía acomodarse razonablemente bien en el espacio disponible. Sin embargo, si se levantaba, corría el riesgo de chocar con el enorme pulpo que sostenía el barco, y esa era una situación que prefería evitar a toda costa.
Pero con el barco tambaleándose como loco, no le quedó más remedio que levantarse. El container bajo su brazo le pesaba, pero no tanto como el nerviosismo que empezaba a acumularse en su pecho. Intentó mantener la calma, aunque todo a su alrededor parecía conspirar para desquiciarla.
Fue entonces cuando las instrucciones comenzaron a llegar, como una avalancha de palabras que apenas podía procesar - Zirko, tu con tu tamaño necesito que vigiles la vela de popa, aunque no la estemos utilizando para navegar, cualquier trozo de tela quemándose por un rayo podría crear resistencia y desequilibrarnos, córtala si hace falta, utiliza tu peso para equilibrar si es necesario - dijo Herald-san
Zirko parpadeó, confundida - ¿La vela de qué...?
En su mente, la palabra "popa" revoloteaba como una mariposa esquiva. ¿Qué significaba? ¿Dónde estaba? ¿Era importante? Mientras trataba de recordar las clases básicas de navegación que nunca había tomado, decidió actuar por instinto. Con movimientos torpes pero decididos, colocó un pie en la parte delantera del barco y otro hacia la trasera, intentando abarcar todo el espacio posible y teniendo todo el cuidado del mundo de no golpear ni aplastar nada ni a nadie.
El pulpo, aparentemente ajeno al caos, seguía firme en su posición, pero Zirko no podía evitar encorvarse para no golpearlo. Con el container aún firmemente sujeto bajo el brazo como si fuese un bolso colgando, extendió las manos como si estuviera en una clase improvisada de acrobacias. Su mirada iba de un lado a otro, intentando identificar cuál de todas esas velas era la dichosa "vela de popa".
Finalmente, incapaz de contenerse, gritó con voz temblorosa - ¡Papi! ¿Cuál es popa? ¡No sé cuál es popa!
El viento aullaba como si estuviera riéndose de su confusión. El barco seguía tambaleándose, y Zirko hacía todo lo posible por mantener el equilibrio y no golpear al pulpo gigante que, de alguna manera, parecía ser la única cosa estable en todo ese desastre.
A pesar de todo, Zirko no podía evitar preguntarse qué había dentro del container. Su curiosidad seguía latente, incluso en medio del caos. Pero por ahora, lo único que podía hacer era seguir las órdenes, intentar no arruinarlo todo y, sobre todo, descubrir de una vez por todas qué demonios era "popa".