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Galhard
Gal
30-12-2024, 07:24 PM
Galhard se encontraba en la cubierta del barco, mirando con una expresión mezcla de curiosidad y desconfianza hacia las inmensas criaturas que los mantenían suspendidos en el aire. A su lado, un grupo de marines trabajaba con atención, ajustando cuerdas y asegurándose de que todo estuviera en su lugar mientras la brisa del North Blue comenzaba a hacerse más fría y agresiva. El viento azotaba su coleta castaña, pero sus ojos estaban clavados en el horizonte, donde una tormenta se formaba lentamente.
Entre dientes, dejó escapar un pensamiento que lo rondaba desde que supo que el destino de la brigada era el North Blue.
— Isla Tortuga está bien para empezar, pero Lyneel… aún no es el momento para volver allí. —Murmuró para sí mismo, con un tono apenas audible pero cargado de un peso emocional que solo él comprendía.
El barco comenzó a sacudirse con mayor intensidad. Los tentáculos del pulpo que los transportaba parecían luchar contra las ráfagas de viento que se arremolinaban en su contra. Galhard apretó los dientes y se agarró al pasamanos, observando cómo algunos reclutas más jóvenes luchaban por mantener el equilibrio.
— ¡Oi, oi! —exclamó, levantando la voz para hacerse escuchar sobre el estruendo del viento—. ¡Asegúrense de que todo esté bien amarrado! No queremos que nada salga volando por la borda, ni mucho menos ustedes, ¿entendido?
Se giró hacia uno de los oficiales de la empresa de transporte, que parecía dar indicaciones rápidas al resto de su equipo.
— ¿Esta situación es común con estas cosas? —preguntó señalando al pulpo con un movimiento de la cabeza—. Porque si no, tal vez sea hora de pensar en un plan B. Ne ha ha ha.
El oficial le devolvió una sonrisa tensa antes de volver a sus tareas, dejando a Galhard con sus pensamientos. La tormenta seguía intensificándose, y aunque había navegado por mares difíciles en su vida, el aire le resultaba un terreno desconocido. Sus dedos se aferraban al borde de la barandilla mientras sus ojos recorrían el horizonte en busca de algún indicio de calma.
— Bueno, North Blue, veo que no vas a darnos una bienvenida tranquila. —Murmuró con una media sonrisa mientras los relámpagos comenzaban a iluminar las nubes más oscuras.
Pese a las turbulencias, Galhard permanecía firme en su lugar, evaluando la situación y listo para actuar si las cosas se complicaban aún más. Mientras tanto, su mente vagaba por los recuerdos de Lyneel, de su infancia y de todo lo que había dejado atrás. Aunque sabía que, eventualmente, tendría que enfrentarse a ese capítulo de su vida, hoy no era el día.
— Primero lo primero… salir de esta con todos enteros. Luego ya veremos. —Dijo para sí, antes de dar un par de pasos más hacia el centro de la cubierta para ayudar a los demás con las cuerdas y asegurar los pertrechos.
Entre dientes, dejó escapar un pensamiento que lo rondaba desde que supo que el destino de la brigada era el North Blue.
— Isla Tortuga está bien para empezar, pero Lyneel… aún no es el momento para volver allí. —Murmuró para sí mismo, con un tono apenas audible pero cargado de un peso emocional que solo él comprendía.
El barco comenzó a sacudirse con mayor intensidad. Los tentáculos del pulpo que los transportaba parecían luchar contra las ráfagas de viento que se arremolinaban en su contra. Galhard apretó los dientes y se agarró al pasamanos, observando cómo algunos reclutas más jóvenes luchaban por mantener el equilibrio.
— ¡Oi, oi! —exclamó, levantando la voz para hacerse escuchar sobre el estruendo del viento—. ¡Asegúrense de que todo esté bien amarrado! No queremos que nada salga volando por la borda, ni mucho menos ustedes, ¿entendido?
Se giró hacia uno de los oficiales de la empresa de transporte, que parecía dar indicaciones rápidas al resto de su equipo.
— ¿Esta situación es común con estas cosas? —preguntó señalando al pulpo con un movimiento de la cabeza—. Porque si no, tal vez sea hora de pensar en un plan B. Ne ha ha ha.
El oficial le devolvió una sonrisa tensa antes de volver a sus tareas, dejando a Galhard con sus pensamientos. La tormenta seguía intensificándose, y aunque había navegado por mares difíciles en su vida, el aire le resultaba un terreno desconocido. Sus dedos se aferraban al borde de la barandilla mientras sus ojos recorrían el horizonte en busca de algún indicio de calma.
— Bueno, North Blue, veo que no vas a darnos una bienvenida tranquila. —Murmuró con una media sonrisa mientras los relámpagos comenzaban a iluminar las nubes más oscuras.
Pese a las turbulencias, Galhard permanecía firme en su lugar, evaluando la situación y listo para actuar si las cosas se complicaban aún más. Mientras tanto, su mente vagaba por los recuerdos de Lyneel, de su infancia y de todo lo que había dejado atrás. Aunque sabía que, eventualmente, tendría que enfrentarse a ese capítulo de su vida, hoy no era el día.
— Primero lo primero… salir de esta con todos enteros. Luego ya veremos. —Dijo para sí, antes de dar un par de pasos más hacia el centro de la cubierta para ayudar a los demás con las cuerdas y asegurar los pertrechos.