Irina Volkov
Witch Eye
30-12-2024, 07:53 PM
(Última modificación: 30-12-2024, 10:51 PM por Irina Volkov.)
El encapuchado escuchó las palabras de Dan con una atención que parecía inusual, sus ojos afilados analizando cada gesto, cada palabra. Cuando la marine terminó de hablar, él no respondió de inmediato. En cambio, su sonrisa se suavizó apenas, transformándose en algo más enigmático. Era un gesto pequeño, apenas perceptible, pero suficiente para mostrar que su interés había sido captado, aunque hiciera todo lo posible por no mostrarlo abiertamente. Sientes el peligro en aquel hombre y no sabes por qué. No es el tipo que necesita alzar la voz ni sacar las armas para imponer respeto. Todo en él, desde su postura relajada hasta el brillo calculador en sus ojos, grita experiencia, control, y una confianza ganada a pulso. Pero también hay algo más, algo que se oculta bajo la superficie, un matiz que ni siquiera él parece querer dejar entrever del todo. — Mi nombre… —Dijo finalmente. —Mi nombre… —Repitió, haciéndose el misterioso, con un tono que parecía deslizarse entre las sombras del lugar. — ...es Winslow Crow. — Al decir su nombre unos susurros se exendieron por la taberna. Desde luego le conocían, eso estaba claro.
Hizo una pausa deliberada, dejando que el nombre se asentara en el aire, como si quisiera medir el peso de sus palabras en la reacción de Dan. El leve movimiento de sus labios, como si estuviera a punto de decir algo más, quedó suspendido. Finalmente, dejó caer un comentario con una tranquilidad que parecía cargada de dobles intenciones. — Marine, ¿eh? No eres como los que suelo encontrar por aquí. Tienes algo... diferente. — Sus palabras eran simples, pero había algo en la forma en que lo dijo, en la mirada que se sostuvo un segundo más de lo necesario, que hacía que el aire se sintiera aún más denso. Crow dejó caer una moneda sobre la barra, suficiente para cubrir un trago fuerte, pero no se lo pidió al tabernero. En lugar de eso, inclinó la cabeza ligeramente hacia Dan, con sus ojos entrecerrados como si estuviera evaluándola aún más de cerca. — Si algún día necesitas encontrarme… —Dijo mientras se giraba hacia la puerta, ajustando su capucha con un movimiento lento. — Pregunta por el cuervo. No todos tendrán la respuesta, pero los que importan, sí. — ¿Qué estaba pasando? ¿Estaba coqueteando? desde luego daba la sensación.
Con eso, Crow comenzó a caminar hacia la salida, sus pasos firmes resonaban en la madera como un latido en la tensión que había dejado atrás. No se volvió a mirar, pero algo en su partida dejó la sensación de que aquello no sería un simple encuentro pasajero. La taberna parecía respirar de nuevo cuando la puerta se cerró tras él, como si la atmósfera se hubiera liberado de un peso invisible. (Puedes contestar antes de que esto suceda, sin problema)
La moneda que había dejado sobre la barra seguía allí, reluciendo bajo la tenue luz de las lámparas de aceite, como un recordatorio de que, aunque él se había ido, su presencia aún permanecía. Si la tomabas, podrías ver un extraño grabado con el rostro del tipo y su nombre. ¿Su propia moneda? ¿pero quién demonios era?
Hizo una pausa deliberada, dejando que el nombre se asentara en el aire, como si quisiera medir el peso de sus palabras en la reacción de Dan. El leve movimiento de sus labios, como si estuviera a punto de decir algo más, quedó suspendido. Finalmente, dejó caer un comentario con una tranquilidad que parecía cargada de dobles intenciones. — Marine, ¿eh? No eres como los que suelo encontrar por aquí. Tienes algo... diferente. — Sus palabras eran simples, pero había algo en la forma en que lo dijo, en la mirada que se sostuvo un segundo más de lo necesario, que hacía que el aire se sintiera aún más denso. Crow dejó caer una moneda sobre la barra, suficiente para cubrir un trago fuerte, pero no se lo pidió al tabernero. En lugar de eso, inclinó la cabeza ligeramente hacia Dan, con sus ojos entrecerrados como si estuviera evaluándola aún más de cerca. — Si algún día necesitas encontrarme… —Dijo mientras se giraba hacia la puerta, ajustando su capucha con un movimiento lento. — Pregunta por el cuervo. No todos tendrán la respuesta, pero los que importan, sí. — ¿Qué estaba pasando? ¿Estaba coqueteando? desde luego daba la sensación.
Con eso, Crow comenzó a caminar hacia la salida, sus pasos firmes resonaban en la madera como un latido en la tensión que había dejado atrás. No se volvió a mirar, pero algo en su partida dejó la sensación de que aquello no sería un simple encuentro pasajero. La taberna parecía respirar de nuevo cuando la puerta se cerró tras él, como si la atmósfera se hubiera liberado de un peso invisible. (Puedes contestar antes de que esto suceda, sin problema)
La moneda que había dejado sobre la barra seguía allí, reluciendo bajo la tenue luz de las lámparas de aceite, como un recordatorio de que, aunque él se había ido, su presencia aún permanecía. Si la tomabas, podrías ver un extraño grabado con el rostro del tipo y su nombre. ¿Su propia moneda? ¿pero quién demonios era?