
Lance Turner
Shirogami
02-01-2025, 09:56 PM
La vista que contemplamos ya en el aire era hermosa, podíamos ver el mar, a los habitantes del lugar, e incluso a las islas, como nunca jamás lo habíamos visto. Estas eran las vistas que disfrutaban los pájaros cada día cuando surcaban los cielos. Aquellos colosales pulpos hacían que esta particular visión se mostrase aún más increíble, todo parecía unirse para formar parte de un cuadro que recordaríamos todas nuestras vidas.
En la lejanía podíamos ver algunos barcos que nos acompañaban en este reto. Éramos personas muy dispares, pero desde luego, todos estábamos ensimismados con las vistas y esta experiencia. No obstante, aquellas impresiones pronto cambiarían cuando cruzábamos la afamada Red Line.
- ¿Cuántas personas habrán podido ver la Red Line como la estamos viendo ahora mismo? - Pensé observándola con fascinación.
El aire comenzó a sentirse distinto, era más pesado, y lejos de la impresionante vista que habíamos tenido hace tan solo unos segundos, todo se tornaba oscuro en estos momentos. Nubes oscuras acechaban, y casi parecían tener vida propia por sus movimientos, tratando de engullirnos entre sus fauces. Reconozco que aquello me puso nervioso, por lo que busqué la mirada de aquellos trabajadores para intentar leer en ella si esto era algo normal o no. Los trabajadores parecían mantener la compostura, dando órdenes e indicaciones centrados en su trabajo.
- Parece que no hay nada extraordinario para ellos... - Pensé dando un leve suspiro, que fue interrumpido por un trueno.
Aquello me hizo sobresaltarme, poniéndome en guardia como si pudiera hacer algo en dicha situación. El barco comenzó a zarandearse con brusquedad, complicando el equilibrio de todos allí, dificultándose además por las gotas heladas que caían sobre nosotros y la propia cubierta. Esto se asemejaba bastante a navegar durante una tormenta, y para ello, Juuken siempre estaba preparado.
No obstante, Juuken se mostraba bastante inquieto, observando a una embarcación lejana. Costaba escucharles entre el sonido de la tormenta, pero a todas luces se encontraban gritando, mientras el pulpo que sostenía su navío estaba a todas vistas sufriendo por mantener el plan de vuelo. Eso me erizó cada bello de mi cuerpo, imaginándome a mi sufriendo esa situación junto a los de mi banda. Rendidos por completos ante la imposibilidad de hacer nada, en manos de un destino salvaje y caprichoso.
Por suerte, Juuken tomó el mando de la situación, diciéndonos que había que hacer. No era momento de dudar o comentar nada, había que obedecerle, ya que si alguien sabía algo sobre esto era él. En lo que atañase a la fuerza, no había de qué preocuparse, agarré con fuerza los cabos tal y como indicó Juuken, observando como cada miembro de la tripulación obedecía sus órdenes. Poco a poco, la situación iba a más, parecía que la velocidad iba en aumento, y me concentré únicamente en mi tarea.
Pasaron unos minutos agonizantes, en los cuales, parecía que íbamos al otro mundo con Goku en cualquier momento, cuando de la nada, todo pasó a estar mucho más calmado. Miré hacia arriba, y el pulpo parecía tener todo bajo control, descendiendo lentamente. A mi alrededor todo era mucho más calmado, y para mi sorpresa, empecé a escuchar el mar. Ahí estaba Juuken asomándose por la borda, y su rostro confirmaba mis sospechas, todo estaba terminando bien.
- ¡Bravo! - Exclamé mientras soltaba los cabos para poder observar yo también el paisaje que nos rodeaba. - ¿¡Estáis todos bien!? - Grité mientras caminaba hacia la parte frontal del navío.
Vi entonces como Gretta abrazaba a Teruyoshi emocionada, informándole que la comida del barco había caído por la borda. Aquello me hizo arquear una ceja, dudando de semejante fenómeno, pero unas migas en el pelaje de Gretta y sus manos manchadas me hicieron descubrir cuál era esa tal cubierta de la que Gretta hablaba. Me hizo reir un poco, sabiendo que Teruyoshi muy probablemente olería el aliento de Gretta y llegaría también a la misma conclusión. Decidí no decir nada al respecto y mirar al paisaje que teníamos de frente.
Mirase por donde mirase, todo lo que podía ver era niebla. No podíamos discernir ni un ápice lo que teníamos de frente, lo cual era bastante inquietante. Trataba de localizar alguna pista que me hiciese deducir algo aunque sea, pero no había manera.
- ¡Qazan! - Grité para llamar su atención. - Es posible que tengas que salir a explorar tú sólo... estamos rodeados de agua y niebla. Necesitamos tomar tierra firme cuanto antes para... - Hice un silencio cuando alcancé a ver algo al fin. - Un momento...
A nuestros lados podía ver algo más, se trataban de acantilados enormes que se alzaban a cada lado nuestra. Daba la sensación de estar recorriendo un camino serpeante, quizá un río, y que a ambos lados teníamos estos vastos terrenos, que de cerrarse entre sí, nos aplastarían. Una extraña sensación recorría mi piel, como si alguien nos estuviese observando en la cima de esos acantilados, y en el peor de los casos, apuntándonos.
- Chicos... que nadie haga nada brusco... estamos en tierras desconocidas, sin ver qué tenemos de frente... si queremos salir con vida de esta, no hagáis nada peligroso o llamativo... podrían estar observándonos.
Tras decir eso, concentré todos mis instintos para ver si llegaba a confirmar mis sospechas, o por el contrario, podría relajarme en territorio desconocido. Poder saber más sobre aquello que nos rodea podría ser determinante para nosotros.
En la lejanía podíamos ver algunos barcos que nos acompañaban en este reto. Éramos personas muy dispares, pero desde luego, todos estábamos ensimismados con las vistas y esta experiencia. No obstante, aquellas impresiones pronto cambiarían cuando cruzábamos la afamada Red Line.
- ¿Cuántas personas habrán podido ver la Red Line como la estamos viendo ahora mismo? - Pensé observándola con fascinación.
El aire comenzó a sentirse distinto, era más pesado, y lejos de la impresionante vista que habíamos tenido hace tan solo unos segundos, todo se tornaba oscuro en estos momentos. Nubes oscuras acechaban, y casi parecían tener vida propia por sus movimientos, tratando de engullirnos entre sus fauces. Reconozco que aquello me puso nervioso, por lo que busqué la mirada de aquellos trabajadores para intentar leer en ella si esto era algo normal o no. Los trabajadores parecían mantener la compostura, dando órdenes e indicaciones centrados en su trabajo.
- Parece que no hay nada extraordinario para ellos... - Pensé dando un leve suspiro, que fue interrumpido por un trueno.
Aquello me hizo sobresaltarme, poniéndome en guardia como si pudiera hacer algo en dicha situación. El barco comenzó a zarandearse con brusquedad, complicando el equilibrio de todos allí, dificultándose además por las gotas heladas que caían sobre nosotros y la propia cubierta. Esto se asemejaba bastante a navegar durante una tormenta, y para ello, Juuken siempre estaba preparado.
No obstante, Juuken se mostraba bastante inquieto, observando a una embarcación lejana. Costaba escucharles entre el sonido de la tormenta, pero a todas luces se encontraban gritando, mientras el pulpo que sostenía su navío estaba a todas vistas sufriendo por mantener el plan de vuelo. Eso me erizó cada bello de mi cuerpo, imaginándome a mi sufriendo esa situación junto a los de mi banda. Rendidos por completos ante la imposibilidad de hacer nada, en manos de un destino salvaje y caprichoso.
Por suerte, Juuken tomó el mando de la situación, diciéndonos que había que hacer. No era momento de dudar o comentar nada, había que obedecerle, ya que si alguien sabía algo sobre esto era él. En lo que atañase a la fuerza, no había de qué preocuparse, agarré con fuerza los cabos tal y como indicó Juuken, observando como cada miembro de la tripulación obedecía sus órdenes. Poco a poco, la situación iba a más, parecía que la velocidad iba en aumento, y me concentré únicamente en mi tarea.
Pasaron unos minutos agonizantes, en los cuales, parecía que íbamos al otro mundo con Goku en cualquier momento, cuando de la nada, todo pasó a estar mucho más calmado. Miré hacia arriba, y el pulpo parecía tener todo bajo control, descendiendo lentamente. A mi alrededor todo era mucho más calmado, y para mi sorpresa, empecé a escuchar el mar. Ahí estaba Juuken asomándose por la borda, y su rostro confirmaba mis sospechas, todo estaba terminando bien.
- ¡Bravo! - Exclamé mientras soltaba los cabos para poder observar yo también el paisaje que nos rodeaba. - ¿¡Estáis todos bien!? - Grité mientras caminaba hacia la parte frontal del navío.
Vi entonces como Gretta abrazaba a Teruyoshi emocionada, informándole que la comida del barco había caído por la borda. Aquello me hizo arquear una ceja, dudando de semejante fenómeno, pero unas migas en el pelaje de Gretta y sus manos manchadas me hicieron descubrir cuál era esa tal cubierta de la que Gretta hablaba. Me hizo reir un poco, sabiendo que Teruyoshi muy probablemente olería el aliento de Gretta y llegaría también a la misma conclusión. Decidí no decir nada al respecto y mirar al paisaje que teníamos de frente.
Mirase por donde mirase, todo lo que podía ver era niebla. No podíamos discernir ni un ápice lo que teníamos de frente, lo cual era bastante inquietante. Trataba de localizar alguna pista que me hiciese deducir algo aunque sea, pero no había manera.
- ¡Qazan! - Grité para llamar su atención. - Es posible que tengas que salir a explorar tú sólo... estamos rodeados de agua y niebla. Necesitamos tomar tierra firme cuanto antes para... - Hice un silencio cuando alcancé a ver algo al fin. - Un momento...
A nuestros lados podía ver algo más, se trataban de acantilados enormes que se alzaban a cada lado nuestra. Daba la sensación de estar recorriendo un camino serpeante, quizá un río, y que a ambos lados teníamos estos vastos terrenos, que de cerrarse entre sí, nos aplastarían. Una extraña sensación recorría mi piel, como si alguien nos estuviese observando en la cima de esos acantilados, y en el peor de los casos, apuntándonos.
- Chicos... que nadie haga nada brusco... estamos en tierras desconocidas, sin ver qué tenemos de frente... si queremos salir con vida de esta, no hagáis nada peligroso o llamativo... podrían estar observándonos.
Tras decir eso, concentré todos mis instintos para ver si llegaba a confirmar mis sospechas, o por el contrario, podría relajarme en territorio desconocido. Poder saber más sobre aquello que nos rodea podría ser determinante para nosotros.
KENB601
KENBUNSHOKU
Haki intermedio
Tier 6
No Aprendida
9

2

Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones que exterioricen y de forma superficial las hostilidades que realmente tienen. Así como estimar de forma general quién es alguien más fuerte o más débil que él. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +10 [Reflejos].
Área: [VOLx15] metros | +10 [REF]