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Alistair
Mochuelo
03-01-2025, 09:37 AM
—4 de Invierno, Año 724—
Los vientos gélidos se encargaron de dar una sentida bienvenida a los extraviados viajeros que habían puesto su mira en el North Blue, y pronto encontraron una de las posibles consecuencias a tales ambiciones de gran tamaño. Sujetos de prueba en un viaje primerizo de un nuevo sistema, observaron a la tormenta de frente y fueron dispersados en contra de sus voluntades ante tan temible fuerza de la naturaleza que incluso se encargó de hacer significantes heridas a los pulpos que cumplían el deber de transportadores.
El destino de la criatura que los transportaba, y todos los demás cefalópodos, era de las primeras cosas que pasaban insistentemente por la mente del lunarian tan pronto tuvo la suficiente consciencia de la situación como para hacerse el mas simple de los cuestionamientos, pero tal y como estaban las cosas, con una infinidad de preguntas sobre sus hombros y ninguna respuesta a la vista, lo mejor que podía hacer de momento era reunir toda la calma que pudiera invocar, intentar dar comprensión a todo lo que había transcurrido y dar solución un problema a la vez hasta esclarecer cada difuso punto. Fueran problemas menores o mayores, siempre intentaba abordar las circunstancias con una actitud proactiva: Cuando pudiera encontrar y otorgar solución al dilema generado, tendría tiempo para pensar en que tenía un problema.
Fue esta misma proactividad la que lo levantó de su inacción inicial, revisándose a sí mismo y a los miembros del equipo en busca de cualquier lesión que requiriera una atención inmediata. Tan pronto fuera que su deber como el médico del Sindicato estuviese cumplido, y sus temores fuesen tranquilizados con respecto a que ninguno de los integrantes sufriría de una combustión espontánea al segundo que se diera la vuelta (o algo mas realista: Que llevaran alguna hemorragia interna problemática), empezaría a hacer todo lo posible para dar sentido a la situación en la que habían sido arrojados. Primero lo primero: Entender dónde narices es que la tormenta los había arrojado en primer lugar. Desconocía si la brusca disminución de temperatura era propia de la isla en la que habían aterrizado y sus aguas circundantes, o si esta característica era innata del mar en el que ahora se encontraban. Esto era información que solo conseguiría separándose temporalmente de los demás y recorriendo la isla en busca de lugareños que pudiesen ofrecerle la información que buscaba, incluso si esta no era gratuita.
Lo que lo llevaba al segundo paso a realizar: Exploración. Ahora que los demás estaban en una condición estable, rascar cualquier fragmento de información sobre el lugar en el que habían aterrizado era una tarea que resultaría indispensable para conseguir asumir una mejor posición en todos los sentidos. Flora, fauna, cultura, lugares de importancia; si se trataba de algo que pudiera entrar en la orbita del sindicato en los próximos días, conocer un poco más con tiempo de antelación podía ser una ventaja que marcaría la diferencia en su resultado.
Alistair se tomaría tan solo el tiempo justo para preparar todo el equipo necesario que llevaría consigo a la expedición, vistiendo sus prendas normales con varios refuerzos a lo largo de la vestimenta principal para brindar protección adicional, y unos cuantos juegos de correas que se cruzaban por encima de su pecho y muslos para colgar de ellas bolsas cerradas pequeñas -u objetos directamente- que pudieran facilitar el acceso a su equipo si llegase a requerirse de manera urgente, además de poder cargar consigo muy fácilmente sus tres katanas con sus respectivas vainas en el costado izquierdo de su cintura. Con las preparaciones hechas, se tomaría solo un minuto más en tomar una cálida sopa que, confiaba, le ayudaría en hacer mejor frente a la sensación térmica asentada. Partió, esperando poder volver antes de que el sol consiguiera ocultarse tras el horizonte.
Alistair pasaría una generosa cantidad de tiempo sobrevolando tanto espacio aéreo de la titánica isla como pudiera, y la primera impresión sorpresiva que se llevaría sería la reducción de esfuerzo que suponía elevarse en medio de las corrientes frías, exhibiendo tal contraste que casi conseguía hacer que abandonara añorar el East Blue y olvidar el frío rodeándolo y colándose hasta sus huesos... Casi. Por otro lado, aquello que si consiguió removerlo de su cuerpo y sumirlo en un estado de admiración fue las gratas vistas que consiguió llevarse; adoraba la vista de pájaro que le otorgaban los vuelos, y poder ver tan maravillosos panoramas a la distancia hizo que perdiera la sensación del tiempo, del espacio, de sí mismo. Como ver un arcoíris por encima de un lago cristalino, era suficiente para robarle el aliento por unos instantes.
Sea como fuere, las distracciones turísticas podían esperar. Regresando al asunto central, su búsqueda revelaría tres posibilidades en un inicio, con la aldea siendo la más tentadora de éstas y a la que se dispondría a ir... O eso es lo que le hubiese gustado, si no fuese porque una cuarta, quizá mas urgente posibilidad surgiría antes de partir hacia la aldea. Una columna de humo a la distancia, emanando el humo negro que, más veces de las que no, advertía de un posible peligro. Su decisión fue prácticamente inmediata ante el prospecto, decidido a ayudar si realmente se trataba de una emergencia y avanzando en su dirección a la vez que empezaba a descender lentamente mientras no encontrase una razón para no hacerlo como fuego presente en un área boscosa. Caso contrario, si se trataba de un simple malentendido, siempre podía estirar sus alas y partir en dirección a la aldea.