
Marvolath
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03-01-2025, 09:12 PM
Recibió la carta de Jack con una mezcla de sorpresa y preocupación. La tripulación había tomado las medidas a su alcance para pasar desapercibidos durante su estancia en Loguetown, una ciudad con presencia de la Marina que no dudaría en arrestar a un grupo de piratas con recompensa. Y, a pesar de ello, un joven cadete los había encontrado, reconocido, y contactado. No temía que él lo delatase, pues de ser esa su intención ya les habrían caído encima, pero sí le había resultado tan fácil aún sin buscarlo, ¿qué tanto lo sería para los que sí andaban tras ellos?
Es por esto -y por el frío que hacía- que tomó aún más precauciones cubriendo sus prendas habituales con abrigos que lo cubrían por completo cuando salió para hacia el taller donde su formación como ingeniero en implantes había comenzado, donde se encontraría con su antiguo compañero. Aún recordaba la energía y el optimismo que desbordaba aquel chico, y lo contagiosa que era. Y no es una palabra escogida al azar, pues el médico encontraba aquel exceso de energía excesivo y agotador, tanto en otros como en sí mismo. El jovial saludo que le llegó al entrar al taller fue como el primer estornudo que avisa de un resfriado.
- Buenos días, Jack. Te veo cambiado. - dijo con cierta sorpresa al observar el gran cambio que había dado desde su último encuentro, antes de desviar su atención a las artesanías de la mesa - Veo que hemos llegado a las mismas conclusiones a la hora de mejorar lo que aprendimos aquí.
Se giró hacia él, abriendo notablemente el ojo biónico y ladeando la cabeza para que destacasen las líneas de unión de la piel sintética. Se había esmerado en que fuesen tan naturales como le fuera posible, pero estaba seguro de que Jack reconocería los patrones pues los habían estudiado juntos.
Fue entonces cuando le llegó la proposición, y la verdadera razón de su llamada: Jack necesitaba de sus servicios como médico.
- Parece que soy más reconocible de lo que me gustaría. Desde que tu Gobierno decidió que era un criminal he tratado de pasar desapercibido, pero de alguna manera la gente siempre me encuentra para contratarme. Ayer incluso se me acercó un cazador... Por suerte, parecía no haberme reconocido como... bueno, ya sabes. - se le escapó un suspiró, que empezó siendo de alivio y acabó siendo de enfado - ¿Te puedes creer que ofrezcan tanto por ayudar a rescatar un esclavo de unos ladrones? Sé que no me muevo con las mejores compañías, pero no he hecho nada malo.
Se detuvo antes de la siguiente palabra, notándose a punto de perder la compostura. Cerró los ojos. Respiró hondo. Se dejó caer en un sereno estado de metódica calma. Los abrió. Adoptó una sonrisa de vendedor.
- ¿Está al tanto del procedimiento? Pago por adelantado, que en su caso cubrirá la operación con anestesia, y una primera recarga. No me hago responsable por defectos o problemas causados por implantes creados por terceros... sin ánimo de ofender.
Es por esto -y por el frío que hacía- que tomó aún más precauciones cubriendo sus prendas habituales con abrigos que lo cubrían por completo cuando salió para hacia el taller donde su formación como ingeniero en implantes había comenzado, donde se encontraría con su antiguo compañero. Aún recordaba la energía y el optimismo que desbordaba aquel chico, y lo contagiosa que era. Y no es una palabra escogida al azar, pues el médico encontraba aquel exceso de energía excesivo y agotador, tanto en otros como en sí mismo. El jovial saludo que le llegó al entrar al taller fue como el primer estornudo que avisa de un resfriado.
- Buenos días, Jack. Te veo cambiado. - dijo con cierta sorpresa al observar el gran cambio que había dado desde su último encuentro, antes de desviar su atención a las artesanías de la mesa - Veo que hemos llegado a las mismas conclusiones a la hora de mejorar lo que aprendimos aquí.
Se giró hacia él, abriendo notablemente el ojo biónico y ladeando la cabeza para que destacasen las líneas de unión de la piel sintética. Se había esmerado en que fuesen tan naturales como le fuera posible, pero estaba seguro de que Jack reconocería los patrones pues los habían estudiado juntos.
Fue entonces cuando le llegó la proposición, y la verdadera razón de su llamada: Jack necesitaba de sus servicios como médico.
- Parece que soy más reconocible de lo que me gustaría. Desde que tu Gobierno decidió que era un criminal he tratado de pasar desapercibido, pero de alguna manera la gente siempre me encuentra para contratarme. Ayer incluso se me acercó un cazador... Por suerte, parecía no haberme reconocido como... bueno, ya sabes. - se le escapó un suspiró, que empezó siendo de alivio y acabó siendo de enfado - ¿Te puedes creer que ofrezcan tanto por ayudar a rescatar un esclavo de unos ladrones? Sé que no me muevo con las mejores compañías, pero no he hecho nada malo.
Se detuvo antes de la siguiente palabra, notándose a punto de perder la compostura. Cerró los ojos. Respiró hondo. Se dejó caer en un sereno estado de metódica calma. Los abrió. Adoptó una sonrisa de vendedor.
- ¿Está al tanto del procedimiento? Pago por adelantado, que en su caso cubrirá la operación con anestesia, y una primera recarga. No me hago responsable por defectos o problemas causados por implantes creados por terceros... sin ánimo de ofender.