
Arthur Soriz
Gramps
03-01-2025, 09:45 PM
(Última modificación: 03-01-2025, 09:48 PM por Arthur Soriz.)
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5 de Invierno
Año 724
Año 724
El barco desciende lentamente hacia la costa, sus maderas crujientes y su estructura dañada por la tormenta que los dejó tambaleando más de lo que te gustaría recordar. El pulpo volador que los trago hasta aquí está agotado, con los tentáculos retorcidos y rasgados por los vientos violentos, casi irreconocible. La criatura jadea en el agua mientras el mar sigue golpeando la orilla con fuerza... los últimos vestigios de la tormenta cansó tanto al pulpo que probablemente perezca en el correr de la tarde. A pesar de todo el puerto de Isla Tortuga se perfila ante ti como una promesa, la luz opaca del día reflejándose en los restos fosilizados de una tortuga marina gigante cuyos huesos sirven como columna vertebral para la isla.
Tu mirada se fija en el horizonte. La tierra aunque acogedora por fin, no lo es de la manera que esperabas. La ciudad de Champa, el núcleo de la isla, es todo lo contrario a un refugio seguro. Aquí no hay paz ni una tregua en la guerra constante por el poder. El puerto está lleno de vida, sí, pero una vida violenta y desordenada. Gente tropieza por las calles polvorientas, algunos borrachos... otros peleando por los restos de un botín, algunos simplemente caídos al suelo inconscientes o muertos. El aire está cargado de tensión, de gritos, de amenazas vacías que se lanzan entre apuestas y desafíos. Las calles son un campo de batalla donde los más fuertes imponen su voluntad y la ley del más fuerte se respira en cada rincón. Aquí no hay reglas... solo un espacio donde sobrevivir es el verdadero reto.
Isis y Anubis también sienten la atmósfera pesada que envuelve la isla. Isis sobrevuela con cautela, su mirada fija en los movimientos de la multitud que se agita como un enjambre descontrolado. En sus ojos una chispa de desconfianza y preparación. Anubis por su parte camina a tu lado, inquieto los ojos atentos, el cuerpo tenso como un resorte listo para saltar. Sabe que este lugar no es como los demás y te lo demuestra al hacer una pausa, olfateando el aire salado y cargado de tensión reconociendo los riesgos.
El puerto se despliega ante ti con toda su crudeza. El polvo levanta nubes mientras las olas rompen contra las rocas y los huesos gigantescos, haciendo eco del rugido del mar. El puerto está lleno de piratas y bandidos, cada uno con una historia que ocultar, cada uno con algo que ganar o perder. Algunos son hombres de mar, curtidos por las batallas... otros son más cercanos a animales salvajes, sin más educación que la ley de la supervivencia. Aquí eres un extraño, un forastero. Las miradas se dirigen hacia ti. Te observan como si fueras una presa fácil, como si no hubieras aprendido aún la regla más importante... aquí, solo los fuertes sobreviven. Un par de tipos borrachos tropiezan y caen casi sobre ti, sus caras mugrientas llenas de desafío pero te ignoran tan rápido como te miran. No eres su problema... por ahora.
Tienes en mente los rumores sobre estos supuestos "Tribulantes" y sabes que hay algo profundo en esta isla, algo oculto en sus entrañas. Pero eso no te facilita el camino. La ciudad de Champa te lo deja claro. Aquí nada es fácil y todo tiene un precio. La ciudad parece haberse tragado a aquellos que como tú llegaron con intenciones normales en su cabeza. Los rumores hablan de gente que vive en las profundidades, en los rincones más olvidados de la isla. Los Tribulantes, guardadores de secretos tan viejos como la misma isla. Pero ¿cómo llegar a ellos sin ser devorado por el caos que parece estar tomando forma frente a ti?
El puerto está lleno de gente con la mirada fija en lo que pueden ganar o perder. Cada paso que das es vigilado, cada movimiento que haces podría atraer la atención equivocada. Y sin embargo el camino está abierto ante ti.
¿Qué harás?
¿Preguntarás de inmediato buscando respuestas de los primeros que encuentres? La ciudad está llena de rumores, y muchos intentarán venderte información, pero ¿cuál es su precio? ¿Cuántos tratarán de manipularte o engañarte? Sabes que aquí las palabras tienen más filo que una espada y pueden cortarte igual de profundo.
¿Te tomarás tu tiempo observando a los piratas, dejando que la isla te revele poco a poco sus secretos mientras pasas desapercibido entre las sombras de las tabernas y los rincones oscuros? ¿O tal vez prefieres entrar en un bar, mezclarte con los borrachos y las apuestas buscando alguna pista entre las risas forzadas y las peleas? Aquí todo parece estar a la venta pero también todo puede volverse en tu contra si no eres cuidadoso.
O tal vez simplemente te quedarás quieto, esperando, observando las reacciones de la gente a tu alrededor. No hay prisa pero el tiempo aquí es elástico y peligroso. Cada minuto en la ciudad es una oportunidad perdida o una amenaza que se aproxima.
La isla con sus colinas de huesos y su ruido ensordecedor está a tu disposición, pero a un precio que solo los más astutos pueden pagar. Horus, ¿qué camino tomarás?
Tu mirada se fija en el horizonte. La tierra aunque acogedora por fin, no lo es de la manera que esperabas. La ciudad de Champa, el núcleo de la isla, es todo lo contrario a un refugio seguro. Aquí no hay paz ni una tregua en la guerra constante por el poder. El puerto está lleno de vida, sí, pero una vida violenta y desordenada. Gente tropieza por las calles polvorientas, algunos borrachos... otros peleando por los restos de un botín, algunos simplemente caídos al suelo inconscientes o muertos. El aire está cargado de tensión, de gritos, de amenazas vacías que se lanzan entre apuestas y desafíos. Las calles son un campo de batalla donde los más fuertes imponen su voluntad y la ley del más fuerte se respira en cada rincón. Aquí no hay reglas... solo un espacio donde sobrevivir es el verdadero reto.
Isis y Anubis también sienten la atmósfera pesada que envuelve la isla. Isis sobrevuela con cautela, su mirada fija en los movimientos de la multitud que se agita como un enjambre descontrolado. En sus ojos una chispa de desconfianza y preparación. Anubis por su parte camina a tu lado, inquieto los ojos atentos, el cuerpo tenso como un resorte listo para saltar. Sabe que este lugar no es como los demás y te lo demuestra al hacer una pausa, olfateando el aire salado y cargado de tensión reconociendo los riesgos.
El puerto se despliega ante ti con toda su crudeza. El polvo levanta nubes mientras las olas rompen contra las rocas y los huesos gigantescos, haciendo eco del rugido del mar. El puerto está lleno de piratas y bandidos, cada uno con una historia que ocultar, cada uno con algo que ganar o perder. Algunos son hombres de mar, curtidos por las batallas... otros son más cercanos a animales salvajes, sin más educación que la ley de la supervivencia. Aquí eres un extraño, un forastero. Las miradas se dirigen hacia ti. Te observan como si fueras una presa fácil, como si no hubieras aprendido aún la regla más importante... aquí, solo los fuertes sobreviven. Un par de tipos borrachos tropiezan y caen casi sobre ti, sus caras mugrientas llenas de desafío pero te ignoran tan rápido como te miran. No eres su problema... por ahora.
Tienes en mente los rumores sobre estos supuestos "Tribulantes" y sabes que hay algo profundo en esta isla, algo oculto en sus entrañas. Pero eso no te facilita el camino. La ciudad de Champa te lo deja claro. Aquí nada es fácil y todo tiene un precio. La ciudad parece haberse tragado a aquellos que como tú llegaron con intenciones normales en su cabeza. Los rumores hablan de gente que vive en las profundidades, en los rincones más olvidados de la isla. Los Tribulantes, guardadores de secretos tan viejos como la misma isla. Pero ¿cómo llegar a ellos sin ser devorado por el caos que parece estar tomando forma frente a ti?
El puerto está lleno de gente con la mirada fija en lo que pueden ganar o perder. Cada paso que das es vigilado, cada movimiento que haces podría atraer la atención equivocada. Y sin embargo el camino está abierto ante ti.
¿Qué harás?
¿Preguntarás de inmediato buscando respuestas de los primeros que encuentres? La ciudad está llena de rumores, y muchos intentarán venderte información, pero ¿cuál es su precio? ¿Cuántos tratarán de manipularte o engañarte? Sabes que aquí las palabras tienen más filo que una espada y pueden cortarte igual de profundo.
¿Te tomarás tu tiempo observando a los piratas, dejando que la isla te revele poco a poco sus secretos mientras pasas desapercibido entre las sombras de las tabernas y los rincones oscuros? ¿O tal vez prefieres entrar en un bar, mezclarte con los borrachos y las apuestas buscando alguna pista entre las risas forzadas y las peleas? Aquí todo parece estar a la venta pero también todo puede volverse en tu contra si no eres cuidadoso.
O tal vez simplemente te quedarás quieto, esperando, observando las reacciones de la gente a tu alrededor. No hay prisa pero el tiempo aquí es elástico y peligroso. Cada minuto en la ciudad es una oportunidad perdida o una amenaza que se aproxima.
La isla con sus colinas de huesos y su ruido ensordecedor está a tu disposición, pero a un precio que solo los más astutos pueden pagar. Horus, ¿qué camino tomarás?