Shy respondió al tabernero con un cortés asentimiento de la cabeza en señal de agradecimiento. No todos los días se encontraba uno con un ventero que fuera tan amable como para llevar la bebida a la mesa. Dio un sorbo distraído, y se regocijó al percibir que sabía bastante mejor de lo que esperaba. Aunque aquello no era mucho decir, teniendo en cuenta que esperaba que le sirvieran una dosis de matarratas.
Observó desde la distancia al camarero cuestionar los motivos de la pareja para ingresar en aquel local. Bien, es avispado. Espero que no lo suficiente. Dejo en tus manos las explicaciones, Illyasbabel. Sé mi boca y no me decepciones. Antes siquiera de que Illyasbabel pudiera contar sus vivencias, les citó una de las pocas personas de aspecto interesante en aquel local. Respondía al nombre de Shilvan, y se rodeaba de dos rufianes tan morenos como ella. No muy distinto a lo que tenemos en nuestro gremio, ¿no? Yo le doy a la sesera, y me acompañan dos musculados y aguerridos hombres de armas. Tal vez hallemos puntos en común.
Illyasbabel no tardó en dispensar excusas para evitar que se acercase a la mesa. Genial, siempre es preferible la media distancia a la corta, la larga distancia a la media, y no estar en una situación comprometida como una refriega a la larga distancia. Esta posición es perfecta para lanzar una aguja sin que me vean o salir por patas. Estoy seguro de que Illyasbabel prefiere lo primero, pero tampoco hay que comprometerse.
En el tiempo que llevaba conociendo a Illyasbabel, había mejorado algo su labia. Shy desearía felicitarle por aquella mejora. Su predisposición había pasado de la de alguien completamente nulo para la diplomacia y propenso a crear conflictos, a la de un vendedor algo pesado. Bueno, una mejoría en cualquier caso. Haré las correcciones precisas si veo que la lía, pero de momento intentaré no desautorizarle, por la cuenta que nos trae. Aferró la aguja en una posición cómoda que me sirviera tanto para seguir cosiendo como para lanzársela al ojo derecho del capullo de la espada. Así se equilibraría la balanza y ambos grupos tendrían un espadachín tuerto. Aunque seguro que el suyo contaba menos chistes malos.
Observó desde la distancia al camarero cuestionar los motivos de la pareja para ingresar en aquel local. Bien, es avispado. Espero que no lo suficiente. Dejo en tus manos las explicaciones, Illyasbabel. Sé mi boca y no me decepciones. Antes siquiera de que Illyasbabel pudiera contar sus vivencias, les citó una de las pocas personas de aspecto interesante en aquel local. Respondía al nombre de Shilvan, y se rodeaba de dos rufianes tan morenos como ella. No muy distinto a lo que tenemos en nuestro gremio, ¿no? Yo le doy a la sesera, y me acompañan dos musculados y aguerridos hombres de armas. Tal vez hallemos puntos en común.
Illyasbabel no tardó en dispensar excusas para evitar que se acercase a la mesa. Genial, siempre es preferible la media distancia a la corta, la larga distancia a la media, y no estar en una situación comprometida como una refriega a la larga distancia. Esta posición es perfecta para lanzar una aguja sin que me vean o salir por patas. Estoy seguro de que Illyasbabel prefiere lo primero, pero tampoco hay que comprometerse.
En el tiempo que llevaba conociendo a Illyasbabel, había mejorado algo su labia. Shy desearía felicitarle por aquella mejora. Su predisposición había pasado de la de alguien completamente nulo para la diplomacia y propenso a crear conflictos, a la de un vendedor algo pesado. Bueno, una mejoría en cualquier caso. Haré las correcciones precisas si veo que la lía, pero de momento intentaré no desautorizarle, por la cuenta que nos trae. Aferró la aguja en una posición cómoda que me sirviera tanto para seguir cosiendo como para lanzársela al ojo derecho del capullo de la espada. Así se equilibraría la balanza y ambos grupos tendrían un espadachín tuerto. Aunque seguro que el suyo contaba menos chistes malos.
Observó a Illyasbabel vender los servicios de la pareja de forma poco o nada sutil. Bueno, es mejor que insultarle a la cara. Shy observaba la situación con desinterés. No debían fijarse demasiado en él.