Alaric Thone
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06-01-2025, 05:39 AM
Alaric sonrió ante la actitud de la joven, contagiándose de su actitud positiva y festiva. Pese a su enorme tamaño y apariencia imponente, él siempre tenía un corazón de oro que se llenaba de jolgorio en tales festividades.
— A la orden, muchacha — Soltaría una leve carcajada haciendo que tal gesto generará una pequeña nube fría saliendo de su boca.
El bucanero echó un vistazo rápido a la plaza, buscando las mejores posibilidades para decorarla. Tras un vistazo rápido se dio un golpe en el pecho, asintiendo para el.
— Manos a la obra.
Cogiendo un montón de luces enrolladas se dirigió a uno de los edificios a un lado de la plaza. Aprovechando su enorme tamaño, algo que en esta ocasión resultaba ser de mucha utilidad. Empezó a colocar las luces en lo alto de la fachada superior del edificio, siguiendo un patrón simple pero armonioso dentro de lo posible.
— En el mástil hay guirnaldas, brilla alegre el navío… — comenzaría a tararear una especie de villancico mientras trabajaba. Al parecer la joven muchacha no era la única que se sentía alegre por tales fechas.
Pese a llevar un buen rato colocando las luces en la primera fachada, colocó por encima de una de las entradas de la plaza un hilo de luces hasta llegar al siguiente edificio, realizando el mismo patrón en este. Quizás no fuera lo más fino trabajando pero él se esforzaba, tenía que hacerlo como siempre hacía, por los habitantes de Loguetown y por el Sargento, al que no quería defraudar.
Tras terminar la segunda fachada dio unos pasos hacia atrás, asintiendo para sí mismo.
— Me gusta… — diría girando hacia sus dos compañeros. — ¿Qué os parece? ¿Bonito, no? — soltaría otra leve carcajada.
La sonrisa de Alaric era tierna y afable, casi pareciendo que dentro de esa enorme mole había un niño inocente con un corazón tierno. Este se dirigió de nuevo a las cajas con decoraciones, revisando las decoraciones. Tras unos minutos rebuscando en las cajas llenas hasta los topes de decoraciones festivas cogió un puñado de guirnaldas rojas, verdes y doradas, volviendo a la fachada del edificio donde había colocado las primeras luces.
— Vamos a dejarte inmaculada — comienza a colocar las guirnaldas por la fachada, creando patrones festivos con estas, simples pero llamativos que sin duda embellecen ya la decorada fachada del edificio, llena de luces recién colocadas. — Una por aquí y otra por allá… Listo!
Retrocedería unos pasos, contemplando su obra con una sonrisa. Pese a que la combinación era algo burda, era uniforme y bonita, al menos a los ojos del Bucanero el cual sonreía feliz por el trabajo realizado. Volvería de nuevo al centro de la plaza, observando el árbol mientras se imaginaba en su cabeza como este quedaría tras terminar.
— Si necesitáis ayuda para llegar a los mas alto creo que podría levantaros sin problema — sonreiría, soltando una leve risa bonachona — Aunque espero que ningún tenga miedo a las alturas.
Tras unos segundos observando el árbol, el Bucanero volvería a las cajas, tomando otra enorme línea de luces, enrollándola a su hombro y dirigiéndose a otro edificio que daba su fachada a la plaza, había mucho trabajo que hacer y poco tiempo y nadie quería defraudar a los niños, ni este año ni ninguno.