Arthur Soriz
Gramps
06-01-2025, 07:54 AM
(Última modificación: 06-01-2025, 07:56 AM por Arthur Soriz.)
La plaza de Loguetown se ve como un rincón festivo que empieza a cobrar vida gracias a ustedes, llena de luces brillando suavemente en la oscuridad de la tarde mezcladas con la nieve que cae lentamente sobre el suelo. El ambiente es alegre, con el bullicio de la gente que camina de un lado a otro disfrutando del proceso de decoración. A pesar del frío la atmósfera está llena de calor humano. Ustedes se encargan de ir montando adornos, colocando luces y guirnaldas mientras la comunidad observa y se acerca con curiosidad.
No tarda en llegar un pequeño grupo de niños que se acercan a mirar con emoción. La noticia de que la Marina estaba colaborando para embellecer la plaza se había extendido rápidamente y la gente no podía estar más emocionada.
Muchos de estos niños que hicieron acto de presencia se quedan mirándote, Alaric. Tu colosal altura es indudablemente producto de interés para muchos de los presentes. Con una sonrisa amplia y ojos brillantes, los niños no pierden tiempo en acercarse a ti, algunos incluso intentando treparse por tus piernas para obtener una mejor vista de las decoraciones que se colocan en lo alto. Se sienten seguros en tu presencia... como si al estar junto a til, la Navidad fuera aún más mágica. Y no son pocos los que aprovechan la oportunidad para acercarse y preguntar si pueden ayudar en algo.
Incluso los más pequeños parecen sentir que formar parte de este esfuerzo colectivo es algo especial.
Entre esos niños hay tres que se acercan un poco más con la cabeza baja. Ares, tú los reconoces inmediatamente. Son los chicos que habían sido acusados injustamente de robar las decoraciones navideñas, algo que se debió a un malentendido, a pesar de haberse robado tan solo una caja de estas decoraciones navideñas. El cambio de almacén, algo que ni siquiera fue culpa de ellos, había sido interpretado erróneamente por los adultos quienes más preocupados por encontrar culpables. Habían sido señalados como delincuentes en lugar de como simples víctimas de un accidente. Lamentablemente la inocencia de esos chicos nunca volvería, pero como les dijiste que hicieran se prestan a ayudar para no arruinarle la infancia a otros niños.
Pronto una anciana se acerca arrastrando su carrito de madera lleno de tazas humeantes. La multitud se aparta ligeramente para dejarla pasar mientras ella ofrece tazas de chocolate caliente a quienes se encuentran cerca. La suavidad con la que lo hace, su voz calmada y llena de cariño, hace que muchos se detengan y acepten su ofrecimiento con una sonrisa en lo que les da una taza de chocolate caliente tanto a ti, Ares, como también a ti Dan. En cambio, a Alaric, que eres mucho más grande que los demás, te lleva una olla completa, bromeando que deberías tomarte algo más por tu tamaño.
El ambiente está impregnado de una sensación de comunidad, de unidad. Todos parecen querer formar parte de lo que ustedes han empezado, algo que se forja en el trabajo en equipo de hacer de Loguetown un lugar mejor para todos... especialmente para los más pequeños. Pero aún les queda mucho trabajo por hacer, ¡hay que decorar toda la plaza!
No tarda en llegar un pequeño grupo de niños que se acercan a mirar con emoción. La noticia de que la Marina estaba colaborando para embellecer la plaza se había extendido rápidamente y la gente no podía estar más emocionada.
Muchos de estos niños que hicieron acto de presencia se quedan mirándote, Alaric. Tu colosal altura es indudablemente producto de interés para muchos de los presentes. Con una sonrisa amplia y ojos brillantes, los niños no pierden tiempo en acercarse a ti, algunos incluso intentando treparse por tus piernas para obtener una mejor vista de las decoraciones que se colocan en lo alto. Se sienten seguros en tu presencia... como si al estar junto a til, la Navidad fuera aún más mágica. Y no son pocos los que aprovechan la oportunidad para acercarse y preguntar si pueden ayudar en algo.
Incluso los más pequeños parecen sentir que formar parte de este esfuerzo colectivo es algo especial.
Entre esos niños hay tres que se acercan un poco más con la cabeza baja. Ares, tú los reconoces inmediatamente. Son los chicos que habían sido acusados injustamente de robar las decoraciones navideñas, algo que se debió a un malentendido, a pesar de haberse robado tan solo una caja de estas decoraciones navideñas. El cambio de almacén, algo que ni siquiera fue culpa de ellos, había sido interpretado erróneamente por los adultos quienes más preocupados por encontrar culpables. Habían sido señalados como delincuentes en lugar de como simples víctimas de un accidente. Lamentablemente la inocencia de esos chicos nunca volvería, pero como les dijiste que hicieran se prestan a ayudar para no arruinarle la infancia a otros niños.
Pronto una anciana se acerca arrastrando su carrito de madera lleno de tazas humeantes. La multitud se aparta ligeramente para dejarla pasar mientras ella ofrece tazas de chocolate caliente a quienes se encuentran cerca. La suavidad con la que lo hace, su voz calmada y llena de cariño, hace que muchos se detengan y acepten su ofrecimiento con una sonrisa en lo que les da una taza de chocolate caliente tanto a ti, Ares, como también a ti Dan. En cambio, a Alaric, que eres mucho más grande que los demás, te lleva una olla completa, bromeando que deberías tomarte algo más por tu tamaño.
El ambiente está impregnado de una sensación de comunidad, de unidad. Todos parecen querer formar parte de lo que ustedes han empezado, algo que se forja en el trabajo en equipo de hacer de Loguetown un lugar mejor para todos... especialmente para los más pequeños. Pero aún les queda mucho trabajo por hacer, ¡hay que decorar toda la plaza!