Galhard
Gal
06-01-2025, 07:34 PM
Galhard observó el campamento desde la colina, manteniendo una rodilla en tierra mientras evaluaba cada detalle. Su mirada, afilada y acostumbrada a buscar señales en el mar, se deslizaba sobre las carpas desgastadas, los movimientos relajados de los hombres y las cajas abiertas que prometían secretos aún por descubrir. Las palabras del comandante Rhys resonaban en su mente: "Procedan con cautela y mantengan comunicación constante."
Sus ojos se entrecerraron cuando notó a uno de los individuos cargar una caja pesada hacia una de las carpas. Los movimientos de los presentes eran despreocupados, pero no encajaban con la imagen de simples viajeros o comerciantes. Había algo extraño en su disposición y, sobre todo, en la aparente falta de preocupación por ser descubiertos.
—Oi, oi... Esto no me gusta —murmuró para sí, girando la cabeza hacia Rabbit Hole, quien parecía más interesada en jugar con una piedra que en la escena frente a ellos.
A pesar de las excentricidades de su compañera, Galhard sabía que no podía subestimarla. Rabbit era impredecible, y esa imprevisibilidad podía jugar a su favor si las cosas se complicaban. Pero por ahora, necesitaban una estrategia. Descender de inmediato y exponerse sería un riesgo innecesario. La observación y la paciencia siempre habían sido las herramientas más valiosas en cualquier misión.
Se acomodó mejor, dejando que el frío del suelo se filtrara a través de su ropa mientras observaba cada detalle.
—Escucha, Rabbit... —dijo en voz baja, con su tono serio y directo, aunque no carente de su habitual carisma — No creo que sea buena idea bajar de golpe y presentarnos como los héroes del día. Mira cómo se mueven... No parecen preocupados por ser descubiertos. Eso me dice dos cosas: o no les importa que los vean, o tienen algo planeado por si alguien los encuentra. Ninguna de esas opciones me gusta.—
Sacó su Den Den Mushi y lo sostuvo en la palma de la mano, asegurándose de que la línea de comunicación estuviera clara en caso de que necesitaran reportar algo de inmediato.
—Primero observemos. No sabemos cuántos son ni qué hay en esas cajas. Si son contrabandistas, lo último que queremos es un enfrentamiento sin saber lo que estamos enfrentando. —Galhard hizo una pausa y miró a Rabbit con una sonrisa ladeada —Aunque si las cosas se ponen feas, sé que tú puedes improvisar algo divertido, ¿verdad?—
Luego, su rostro volvió a la seriedad.
—Vamos a mantenernos en esta posición por un tiempo. Busquemos patrones en sus movimientos, escucha sus conversaciones si puedes. Si descubrimos algo que confirme sus intenciones, reportamos y actuamos. Pero hasta entonces... calma y paciencia.—
El mar siempre premia al navegante paciente.
Con esas palabras, Galhard se acomodó mejor, listo para esperar el tiempo que fuera necesario. Su corazón latía tranquilo, aunque su mente ya comenzaba a trazar posibles escenarios en caso de que la situación se tornara peligrosa.
La misión apenas comenzaba.
Sus ojos se entrecerraron cuando notó a uno de los individuos cargar una caja pesada hacia una de las carpas. Los movimientos de los presentes eran despreocupados, pero no encajaban con la imagen de simples viajeros o comerciantes. Había algo extraño en su disposición y, sobre todo, en la aparente falta de preocupación por ser descubiertos.
—Oi, oi... Esto no me gusta —murmuró para sí, girando la cabeza hacia Rabbit Hole, quien parecía más interesada en jugar con una piedra que en la escena frente a ellos.
A pesar de las excentricidades de su compañera, Galhard sabía que no podía subestimarla. Rabbit era impredecible, y esa imprevisibilidad podía jugar a su favor si las cosas se complicaban. Pero por ahora, necesitaban una estrategia. Descender de inmediato y exponerse sería un riesgo innecesario. La observación y la paciencia siempre habían sido las herramientas más valiosas en cualquier misión.
Se acomodó mejor, dejando que el frío del suelo se filtrara a través de su ropa mientras observaba cada detalle.
—Escucha, Rabbit... —dijo en voz baja, con su tono serio y directo, aunque no carente de su habitual carisma — No creo que sea buena idea bajar de golpe y presentarnos como los héroes del día. Mira cómo se mueven... No parecen preocupados por ser descubiertos. Eso me dice dos cosas: o no les importa que los vean, o tienen algo planeado por si alguien los encuentra. Ninguna de esas opciones me gusta.—
Sacó su Den Den Mushi y lo sostuvo en la palma de la mano, asegurándose de que la línea de comunicación estuviera clara en caso de que necesitaran reportar algo de inmediato.
—Primero observemos. No sabemos cuántos son ni qué hay en esas cajas. Si son contrabandistas, lo último que queremos es un enfrentamiento sin saber lo que estamos enfrentando. —Galhard hizo una pausa y miró a Rabbit con una sonrisa ladeada —Aunque si las cosas se ponen feas, sé que tú puedes improvisar algo divertido, ¿verdad?—
Luego, su rostro volvió a la seriedad.
—Vamos a mantenernos en esta posición por un tiempo. Busquemos patrones en sus movimientos, escucha sus conversaciones si puedes. Si descubrimos algo que confirme sus intenciones, reportamos y actuamos. Pero hasta entonces... calma y paciencia.—
El mar siempre premia al navegante paciente.
Con esas palabras, Galhard se acomodó mejor, listo para esperar el tiempo que fuera necesario. Su corazón latía tranquilo, aunque su mente ya comenzaba a trazar posibles escenarios en caso de que la situación se tornara peligrosa.
La misión apenas comenzaba.