Shy
"Shy"
08-01-2025, 04:33 AM
Shy aterrizó, con el cuerpo calcinado de su presa cayendo junto a su pie derecho. Su lluvia de agujas no era un ataque letal, ni muchísimo menos, pero tenía una fuerza disuasoria notable. Prueba de ello fue que, tras verse puestos en una mala situación por los ataques de Illyasbabel, la ofensiva de Shy fue suficiente para forzar una retirada. El cazador di un pequeño jadeo. Su capacidad cardíaca había mejorado, al menos, un poco. Eso le había permitido participar en la batalla sin acabar empapado en sudor. No era algo digno de celebración, desde luego, pero Shy valoraba esos pequeños avances, que poco a poco recortarían la distancia con sus dos compañeros.
Sonrió -aunque en caso de Shy, debió de ser más bien un movimiento breve e imperceptible de la comisura de su labio-. Había conseguido todo lo que quería. Illyasbabel estaba a salvo, y a sus pies seguía el prisionero, todavía vivo aunque no menos cocinado. Una pena lo suyo, chico, pero es que a veces acabas así. No tendría que haberse embarcado en la carrera criminal. Seguro que ahora se arrepiente y piensa en que debería haber montado un negocio. A juzgar por el tamaño de sus manos, podría haber sido un buen alfarero. Ahora no. Dioses del mar, ¿le ha fundido también los dedos?
Shy encaró a Illyasbabel, mirándole con el gesto torcido. Aquel alocado espadachín había seguido a la perfección el primer paso del plan y había desbaratado todos sus esfuerzos inmediatamente después. Vaya desastre estás hecho, desde luego. Casi nos aniquilan por estos arrebatos tuyos. Al menos, Illyasbabel expresaba una cierta vergüenza por haber ido tan a saco. Bueno, no había que ser tampoco un dictador. Bastaba con que aprendiera.
-No hagas eso -espetó Shy, a sabiendas de que seguramente en una ocasión posterior volvería a liarla y que su advertencia caería en saco roto.
Shy escoltó a Illyasbabel en la entrega de aquellos piratas, así como en la reunión con los hermanos Smith. Allí, su compañero dio una explicación decente de lo ocurrido -resultaba que a los Smith les daba un poco igual como de fundido hubiera acabado uno de ellos-, y sendos hermanos cumplieron con su palabra. Aunque su rostro no lo mostrase, Shy reía con alegría en su fuero interno. Por fin. Dos socios. Unos pasos más a la hora de empezar a construir la plantilla del gremio. En breve, también tendrían un buen lugar para albergar a sus agentes, y su fama se catapultaría. Con estas proyecciones de futuro en su mente, Shy aceptó con educación la invitación de Illyasbabel para tomarse algo de alcohol. Al fin y al cabo... Por fin había algo que celebrar.
Sonrió -aunque en caso de Shy, debió de ser más bien un movimiento breve e imperceptible de la comisura de su labio-. Había conseguido todo lo que quería. Illyasbabel estaba a salvo, y a sus pies seguía el prisionero, todavía vivo aunque no menos cocinado. Una pena lo suyo, chico, pero es que a veces acabas así. No tendría que haberse embarcado en la carrera criminal. Seguro que ahora se arrepiente y piensa en que debería haber montado un negocio. A juzgar por el tamaño de sus manos, podría haber sido un buen alfarero. Ahora no. Dioses del mar, ¿le ha fundido también los dedos?
Shy encaró a Illyasbabel, mirándole con el gesto torcido. Aquel alocado espadachín había seguido a la perfección el primer paso del plan y había desbaratado todos sus esfuerzos inmediatamente después. Vaya desastre estás hecho, desde luego. Casi nos aniquilan por estos arrebatos tuyos. Al menos, Illyasbabel expresaba una cierta vergüenza por haber ido tan a saco. Bueno, no había que ser tampoco un dictador. Bastaba con que aprendiera.
-No hagas eso -espetó Shy, a sabiendas de que seguramente en una ocasión posterior volvería a liarla y que su advertencia caería en saco roto.
Shy escoltó a Illyasbabel en la entrega de aquellos piratas, así como en la reunión con los hermanos Smith. Allí, su compañero dio una explicación decente de lo ocurrido -resultaba que a los Smith les daba un poco igual como de fundido hubiera acabado uno de ellos-, y sendos hermanos cumplieron con su palabra. Aunque su rostro no lo mostrase, Shy reía con alegría en su fuero interno. Por fin. Dos socios. Unos pasos más a la hora de empezar a construir la plantilla del gremio. En breve, también tendrían un buen lugar para albergar a sus agentes, y su fama se catapultaría. Con estas proyecciones de futuro en su mente, Shy aceptó con educación la invitación de Illyasbabel para tomarse algo de alcohol. Al fin y al cabo... Por fin había algo que celebrar.