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Arthur Soriz
Gramps
10-01-2025, 03:35 AM
El suelo bajo tus pies se vuelve más firme a medida que te vas adentrando más y más en Yotsuba, una isla que ha sido olvidada por el hombre y el tiempo. El crujir de la grava es el único sonido que acompaña tus pasos. La brisa fría acaricia tu rostro enrojeciendo ligeramente tus mejillas,. No hay canto de aves ni señales de criaturas nocturnas, solo el sonido constante del mar chocando contra la orillas de la isla y el susurro del viento a través de las ruinas esparcidas.
Sigues avanzando pudiendo ver los vestigios de antiguos campamentos. Trozos de carpas raídas, fogatas apagadas hace mucho tiempo y utensilios de cocina oxidados por la sal y el abandono son señales de quienes alguna vez buscaron refugio en esta tierra desolada. Yotsuba ha sido el refugio de muchos, pero nunca por mucho tiempo. La isla es implacable, un testamento a los rumores que se mencionan una y otra vez acerca de este lugar. Es claro que por alguna razón nadie se queda mucho tiempo aquí.
Las señales de vida reciente comienzan a hacerse más constantes a medida que te adentras más en el corazón de la isla. Una manta mal doblada colgando de una rama, un cuchillo clavado en el tronco de un árbol, restos de comida fresca abandonados al borde de un claro... indican que esta tierra todavía alberga a quienes buscan esconderse del ojo vigilante del mundo.
No sabes cuántas horas has caminado ya por la isla, pero lo suficiente como para que cuando la penumbra comienza a adueñarse del cielo, tus ojos captan un destello de luz en la distancia. Al principio parece solo una ilusión, una chispa en el borde del crepúsculo, pero conforme avanzas se vuelve evidente de lo que se trata. Una fogata. Sus llamas bailan suavemente a los lejos, apenas perceptibles a través de la niebla que empieza a levantarse con el frío de la noche. Las sombras que se proyectan a su alrededor indican movimiento, vida.
El descubrimiento confirma lo que ya sabías... no estás solo en esta isla. Tendrás que confirmar por tu cuenta si dicha gente a la que te estás acercando se tratan de Magnus y su gente, o tan solo otras almas desamparadas. Este fuego señala un punto de encuentro, un refugio temporal para aquellos que buscan escapar del mundo exterior. Lo mantienen tenue... lo suficiente como para calentar el cuerpo pero no para llamar mucho la atención desde lejos. Pero a ti que pocos detalles se te escapan, difícil no darse cuenta de estos.
Entre los murmullos escuchas algunas palabras cuanto más te aproximas, nada destacable o que te confirme quiénes son estos individuos, pero tienes la oscuridad como ventaja, y el hecho de que aún no se hayan percatado de tu presencia. Mientras contemplas la escena las opciones a tomar se asientan en tu mente. Este lugar es el escenario perfecto para una intervención silenciosa. Sabes qué debes hacer. Tu superior no espera menos de ti por lo que tendrás que actuar rápido.
Sabes dónde están, ahora es tu decisión cómo actuar.
Sigues avanzando pudiendo ver los vestigios de antiguos campamentos. Trozos de carpas raídas, fogatas apagadas hace mucho tiempo y utensilios de cocina oxidados por la sal y el abandono son señales de quienes alguna vez buscaron refugio en esta tierra desolada. Yotsuba ha sido el refugio de muchos, pero nunca por mucho tiempo. La isla es implacable, un testamento a los rumores que se mencionan una y otra vez acerca de este lugar. Es claro que por alguna razón nadie se queda mucho tiempo aquí.
Las señales de vida reciente comienzan a hacerse más constantes a medida que te adentras más en el corazón de la isla. Una manta mal doblada colgando de una rama, un cuchillo clavado en el tronco de un árbol, restos de comida fresca abandonados al borde de un claro... indican que esta tierra todavía alberga a quienes buscan esconderse del ojo vigilante del mundo.
No sabes cuántas horas has caminado ya por la isla, pero lo suficiente como para que cuando la penumbra comienza a adueñarse del cielo, tus ojos captan un destello de luz en la distancia. Al principio parece solo una ilusión, una chispa en el borde del crepúsculo, pero conforme avanzas se vuelve evidente de lo que se trata. Una fogata. Sus llamas bailan suavemente a los lejos, apenas perceptibles a través de la niebla que empieza a levantarse con el frío de la noche. Las sombras que se proyectan a su alrededor indican movimiento, vida.
El descubrimiento confirma lo que ya sabías... no estás solo en esta isla. Tendrás que confirmar por tu cuenta si dicha gente a la que te estás acercando se tratan de Magnus y su gente, o tan solo otras almas desamparadas. Este fuego señala un punto de encuentro, un refugio temporal para aquellos que buscan escapar del mundo exterior. Lo mantienen tenue... lo suficiente como para calentar el cuerpo pero no para llamar mucho la atención desde lejos. Pero a ti que pocos detalles se te escapan, difícil no darse cuenta de estos.
Entre los murmullos escuchas algunas palabras cuanto más te aproximas, nada destacable o que te confirme quiénes son estos individuos, pero tienes la oscuridad como ventaja, y el hecho de que aún no se hayan percatado de tu presencia. Mientras contemplas la escena las opciones a tomar se asientan en tu mente. Este lugar es el escenario perfecto para una intervención silenciosa. Sabes qué debes hacer. Tu superior no espera menos de ti por lo que tendrás que actuar rápido.
Sabes dónde están, ahora es tu decisión cómo actuar.