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Sirius Herald
Eleos
11-01-2025, 09:16 PM
Las horas junto a Darius transcurrieron con una mezcla de camaradería y producencia, aunque he de decir que fue un tiempo bastante agradable la verdad, compartíamos un par de bebidas (aunque lo mío fuera agua) en aquella taberna en una tranquilidad total, me di cuenta de que lo que decían los rumores de que si los Mink eran criminales, que si los jujin tal... eran efectivamente lo que yo sospechaba: Simples rumores. Eran familias y compañeros que habían hecho de Vertefeuille un hogar, vivían en tranquilidad y en harmonía apoyando a los suyos... la verdad es que no voy a negarlo, llegaba a envidiar ese aspecto de ellos, era extraño pensar en sitios donde todo el mundo trabajara en harmonía por un bien mayor y tratar de sobrevivir, vivían refugiados de la hostilidad humano... en fin. A ratos veía como Darius tensaba la mandíbula por reflejo al dolor que aun tenía, sus heridas no se habían sanado por lo que al realizar movimientos bruscos solo conseguiría ligeros recordatorios en forma de dolor, pero bueno, parecía que se las iba apañando... se notaba que seguramente estaría acostumbrado, ay, no esta parte de la situación no la envidiaba, yo no estaba acostumbrado a recibir palizas, normalmente solo tenía que irme volando para librarme de cualquier problema que fuera a aparecer, por lo que no tenía ni idea del sentimiento y aun así... me jugaba la vida por las personas.
A ratos, el panda iba inclinándose hacía mi para contarme detalles de las cosas que había pasado, como se sentía ser acorralado día tras día. Yo, le ofrecía sonrisas sinceras y algo de mi fe, explicándole lo que era el Artífice y sus reglas, si. el sabía que yo era un marine, pero creo que era obvio que por lo menos ya me había ganado un grano de confianza, probablemente el hablara de mi en su comunidad, lo cual me daba ventaja y un poco de libertad para deambular por Vertefeuille cuando quisiera sin que me miraran tan mal, por lo que... bueno, no estaba mal.
La noche fue avanzando y la taberna se llenó de nuevos rostros, pero. por mucho que me hubiera gustado festejar con ellos, tenía que terminar mi trabajo. Así que... me fui de la taberna y alcé el vuelo, dirección a la base G-41, en mi trayecto de ida, repasaría un poco por todo lo que había pasado: Un barrio entero que se sostenía basándose en la solidaridad mutua, rumores que no encajaban para nada con la realidad y un Mink, que me mostró el rostro de la desesperación, obviamente no iba a darle ningún nombre al capitán ni detalle que pudiera identificar a nadie, no iba a arriesgarme a que ensuciaran la confianza que tanto me había costado conseguir. El, me esperaba, con el ceño fruncido, papeles apilados y el olor del café rancio.
-Sub oficial Sirius presente, vengo a reportar mis descubrimientos, creo que le gustará mucho lo que he descubierto- Me sentaría en la silla que me ofreció la primera vez, le miraba sonriendo, sin sacar la vista de el en ningún momento.
-He sido bastante observador durante mi travesía por la ciudad: En los astilleros presencie como algunos humano trataban como esclavos a unos Minks que cargaban cajas... luego fui al mercado, donde en un callejón había una serie de humanos dándole una paliza a un Mink indefenso... mas o menos serían 6 personas. Cuando me acerqué a ver que sucedía, los propios humanos alzaron armas contra mi, un marine. por lo que estuve a punto de detenerlos pero les dejé libres, tengo sus caras por lo que no me sería difícil identificarlos. Aunque bueno, esa parte no es la importante: Traté las heridas del Mink, estaba al borde la muerte por lo que era mi deber, y este a cambio me dio la información que usted tanto buscaba, Capitán o, mi capitán: Resulta que existe algo llamado ¨Grupo de autodefensa¨ que actúa defendiendo a los Minks siempre que pueden, un vinculo basado en la confianza y en el sentimiento mutuo que han estado pasado, solo se encargan de ayudarse los unos a los otros, por lo que puedo confirmar que esos rumores de mafias que planear hacer cosas malas... son totalmente falsos, hechos para manchar su reputación. Hasta aquí mi reporte, espero que podamos volver a colaborar dentro de poco.
Le haría una reverencia oficial y saldría de la sala, dirigiéndome a mis aposentos.
A ratos, el panda iba inclinándose hacía mi para contarme detalles de las cosas que había pasado, como se sentía ser acorralado día tras día. Yo, le ofrecía sonrisas sinceras y algo de mi fe, explicándole lo que era el Artífice y sus reglas, si. el sabía que yo era un marine, pero creo que era obvio que por lo menos ya me había ganado un grano de confianza, probablemente el hablara de mi en su comunidad, lo cual me daba ventaja y un poco de libertad para deambular por Vertefeuille cuando quisiera sin que me miraran tan mal, por lo que... bueno, no estaba mal.
La noche fue avanzando y la taberna se llenó de nuevos rostros, pero. por mucho que me hubiera gustado festejar con ellos, tenía que terminar mi trabajo. Así que... me fui de la taberna y alcé el vuelo, dirección a la base G-41, en mi trayecto de ida, repasaría un poco por todo lo que había pasado: Un barrio entero que se sostenía basándose en la solidaridad mutua, rumores que no encajaban para nada con la realidad y un Mink, que me mostró el rostro de la desesperación, obviamente no iba a darle ningún nombre al capitán ni detalle que pudiera identificar a nadie, no iba a arriesgarme a que ensuciaran la confianza que tanto me había costado conseguir. El, me esperaba, con el ceño fruncido, papeles apilados y el olor del café rancio.
-Sub oficial Sirius presente, vengo a reportar mis descubrimientos, creo que le gustará mucho lo que he descubierto- Me sentaría en la silla que me ofreció la primera vez, le miraba sonriendo, sin sacar la vista de el en ningún momento.
-He sido bastante observador durante mi travesía por la ciudad: En los astilleros presencie como algunos humano trataban como esclavos a unos Minks que cargaban cajas... luego fui al mercado, donde en un callejón había una serie de humanos dándole una paliza a un Mink indefenso... mas o menos serían 6 personas. Cuando me acerqué a ver que sucedía, los propios humanos alzaron armas contra mi, un marine. por lo que estuve a punto de detenerlos pero les dejé libres, tengo sus caras por lo que no me sería difícil identificarlos. Aunque bueno, esa parte no es la importante: Traté las heridas del Mink, estaba al borde la muerte por lo que era mi deber, y este a cambio me dio la información que usted tanto buscaba, Capitán o, mi capitán: Resulta que existe algo llamado ¨Grupo de autodefensa¨ que actúa defendiendo a los Minks siempre que pueden, un vinculo basado en la confianza y en el sentimiento mutuo que han estado pasado, solo se encargan de ayudarse los unos a los otros, por lo que puedo confirmar que esos rumores de mafias que planear hacer cosas malas... son totalmente falsos, hechos para manchar su reputación. Hasta aquí mi reporte, espero que podamos volver a colaborar dentro de poco.
Le haría una reverencia oficial y saldría de la sala, dirigiéndome a mis aposentos.