Hay rumores sobre…
... una plaga de ratas infectadas por un extraño virus en el Refugio de Goat.
Tema cerrado 
[Aventura] [A-T3]El Rey del Basurero
Terence Blackmore
Enigma del East Blue
Titania observaba a Tenji con una mezcla de asombro y respeto mientras el combate alcanzaba su clímax. La conexión que habían forjado en tan poco tiempo era innegable, y en ese momento, algo en su interior reconocía la determinación inquebrantable del joven guerrero. La furia y el dolor que Titania había acumulado a lo largo de los años se liberaron en un golpe devastador, un golpe que, en su furia, parecía imposible de resistir. Sin embargo, en lo más profundo de su ser, Titania no quería que este duelo terminara en tragedia, a pesar de todo el poder que había desatado.

Cuando el cuerpo del ciego fue lanzado contra las cuerdas, Titania sintió un dolor que no era físico. La victoria estaba a su alcance, pero la satisfacción no era lo que esperaba. Sus rodillas tocaron el suelo, agotada no solo por el combate, sino por el peso de su propio dolor, y el efecto horrible que la droga con la que le habían provisto causaba a su cuerpo, cuando de repente, el guantelete que había perdido rodó y le propinó un golpe en la mandíbula, sacándola de su confusión.

La risa inquebrantable de Tenji resonó en la arena. Había soportado lo impensable y, aun así, se mantenía en pie. La sorpresa fue evidente en los ojos de Titania, quien no pudo evitar admirar la tenacidad de su oponente. Sin embargo, no tuvo tiempo de reaccionar cuando el joven, aprovechando su agotamiento, la envolvió con los alambres que él mismo había manipulado con su habilidad única.

Sentía el dolor de los alambres, un dolor que no era simplemente físico; era como si cada hilo afilado se aferrara a su alma, penetrando en sus recuerdos y emociones más profundas. Por un momento, Titania sintió que no solo su cuerpo estaba atrapado, sino que su espíritu también estaba siendo sometido.
Entonces, el segundo golpe llegó. El bastón del ciego, cargado con la fuerza de toda su determinación, impactó su espalda, enviándola fuera del ring. Pero mientras caía, algo cambió en su interior. El dolor que la había atormentado durante tanto tiempo se disipó, no por el golpe, sino por el sacrificio que Tenji estaba dispuesto a hacer, por la promesa de un trago compartido y un futuro sin más sufrimiento.

Titania se levantó lentamente, aun sintiendo los efectos del combate, pero con una renovada comprensión. Miró a Tenji, su hermano de armas, y asintió en silencio, aceptando no solo la derrota, sino la lección que venía con ella. Mientras él se tambaleaba de cansancio, ella supo que había encontrado a un aliado, a alguien que entendía el peso de la batalla y la carga que ambos llevaban.
Al final, el combate no había sido solo una prueba de fuerza, sino una demostración de respeto mutuo y un paso hacia una nueva alianza. Titania, con un suspiro, aceptó ese nuevo lazo, con la promesa de no cargar más sola con su dolor.

Mientras Titania se encontraba recién levantada, recuperando aún el aliento y procesando la intensidad del combate, una presencia cálida comenzó a manifestarse a su lado. Solo Tenji, con sus sentidos agudizados por la experiencia y el sacrificio de su alma, pudo percibir lo que estaba ocurriendo. La figura de una pequeña niña, etérea y radiante, emergió lentamente de la niebla espiritual que había sido convocada por el poder de su fruta.

Era Hestia, la hija no nacida de Carlotta, quien ahora, gracias a la conexión que Tenji había creado, podía reunirse con su madre en un plano más allá del físico. La niña, con una sonrisa dulce y ojos llenos de amor, se acercó a Titania, y sin que nadie más pudiera verlo, se fundió en un cálido abrazo con su madre, que agachó su cuerpo de manera innata para ello. La guerrera, en ese instante, sintió una paz que hacía mucho tiempo no experimentaba, como si el vacío que había sentido en su alma por años se llenara al fin.

El espíritu de Hestia no dijo una palabra, pero el silencio estaba lleno de significado, de amor incondicional y de una promesa de que, aunque no pudieran estar juntas en este mundo, siempre estarían conectadas en algún lugar más allá del tiempo y el espacio. La presencia de Hestia trajo consigo un consuelo profundo, que alivió las heridas más profundas de la masiva mujer, esas que ninguna batalla podría sanar.

-Gracias- se limitó a asentir Carlotta, la mujer que había desechado el nombre de Titania en aquel preciso instante y que de un gesto cómplice sonrió honestamente al ciego, aunque no pudiera percibirlo.

Mientras tanto, en El Club, el coliseo hecho de chatarra donde el combate había tenido lugar, los ánimos comenzaron a decaer. 
El público, acostumbrado a la brutalidad y la sangre, se encontraba desorientado por la falta de la carnicería que esperaban. La intensidad emocional del combate, la demostración de respeto y el extraño y silencioso intercambio que había tenido lugar, dejaron a los espectadores insatisfechos, carentes de la satisfacción violenta que solían obtener de esos espectáculos.
El local, usualmente vibrante con gritos y vítores, se sumió en un murmullo de confusión y desencanto. La falta de sangre y el exceso de emociones habían dejado una huella en todos los presentes, aunque pocos entendían realmente lo que acababa de ocurrir. Carlotta, aún abrazada espiritualmente por Hestia, se puso de pie lentamente, con una nueva resolución en su corazón. Sabía que este combate no había sido solo una prueba de fuerza, sino una oportunidad de sanación, y mientras el público se desvanecía en la decepción, ella y Tenji habían encontrado algo mucho más valioso.

Datos
#15
Tema cerrado 


Mensajes en este tema
[A-T3]El Rey del Basurero - por Terence Blackmore - 01-08-2024, 11:01 PM
RE: [A-T3]El Rey del Basurero - por Terence Blackmore - 10-08-2024, 02:14 AM

Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 5 invitado(s)