La reacción de Tom ante tu golpe es totalmente sumisa, parece que estuviese acostumbrado a este tipo de "afectos", simplemente agacha la cabeza y suelta una palabra.
—Perdón. Dice con una voz tímida, mientras se guarda la espada y te aparta la mirada.
Matilde, ajena a la casi total certeza de que tiene la cabeza sobre sus hombros de milagro, agrega:
—Chsss, Tom, ¿no ves que haces mucho ruido y nos distraes? Estamos resolviendo un caso. Dice ella, negando con la cabeza y soltando un chasquido con la boca de desaprobación.
Tú, por tu parte, te pones a investigar el campamento a conciencia y llegas a la conclusión de que dos personas habitaban aquí hasta hará muy poco tiempo; tal vez coincide su huida con vuestra bajada a la alcantarilla. Se han ido siguiendo el túnel con prisa, ya que se han dejado sus preciados periódicos y cartones que usan de cama, pero te das cuenta de una cosa: el polvo y la suciedad del suelo no invaden toda la estancia; al lado de las cajas con basura hay un rectángulo del suelo semilimpio de las dimensiones de una caja grande. Parece que algo ocupaba ese espacio hasta hace no mucho.
De repente Matilde se pega mucho a ti, mirando en la misma dirección que miras tú.
—¿Qué miras, Dan? ¿Es ese espíritu otra vez? ¿Lo estás viendo ahí ahora mismo? Sal, espíritu malvado, deja de atormentar a mi amiga. Dice, sacando su collar con la piedra y apuntando en la dirección del suelo en la que miras.
Puedes seguir el rastro de esos dos individuos o volver por donde has venido y buscar a otros objetivos. Tu misión era clara: "vaciar las cloacas de chusma".
—Perdón. Dice con una voz tímida, mientras se guarda la espada y te aparta la mirada.
Matilde, ajena a la casi total certeza de que tiene la cabeza sobre sus hombros de milagro, agrega:
—Chsss, Tom, ¿no ves que haces mucho ruido y nos distraes? Estamos resolviendo un caso. Dice ella, negando con la cabeza y soltando un chasquido con la boca de desaprobación.
Tú, por tu parte, te pones a investigar el campamento a conciencia y llegas a la conclusión de que dos personas habitaban aquí hasta hará muy poco tiempo; tal vez coincide su huida con vuestra bajada a la alcantarilla. Se han ido siguiendo el túnel con prisa, ya que se han dejado sus preciados periódicos y cartones que usan de cama, pero te das cuenta de una cosa: el polvo y la suciedad del suelo no invaden toda la estancia; al lado de las cajas con basura hay un rectángulo del suelo semilimpio de las dimensiones de una caja grande. Parece que algo ocupaba ese espacio hasta hace no mucho.
De repente Matilde se pega mucho a ti, mirando en la misma dirección que miras tú.
—¿Qué miras, Dan? ¿Es ese espíritu otra vez? ¿Lo estás viendo ahí ahora mismo? Sal, espíritu malvado, deja de atormentar a mi amiga. Dice, sacando su collar con la piedra y apuntando en la dirección del suelo en la que miras.
Puedes seguir el rastro de esos dos individuos o volver por donde has venido y buscar a otros objetivos. Tu misión era clara: "vaciar las cloacas de chusma".