¿Sabías que…?
... existe una isla en el East Blue donde el Sherif es la ley.
[Aventura] [T5] El Reencuentro
Raiga Gin Ebra
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El bosque te envuelve con una quietud cargada de promesas. Cada paso que das sobre la nieve deja una marca profunda, las huellas de un gigante que avanza con determinación. El crujido acompaña tus pensamientos como un tambor suave, resonando en un ritmo constante que se mezcla con los susurros del viento entre los árboles. A cada lado del sendero, las huellas de la fauna local cruzan de un lado a otro, zigzagueando con desorden. Algunas parecen frescas, otras más antiguas, pero todas tienen algo en común: desvían tu atención.

Un rastro más ancho que los demás, posiblemente de un animal grande, te hace dudar. Sus marcas se pierden hacia el oeste, donde el bosque parece abrirse en una especie de claro. Sin embargo, las palabras del viejo resuenan en tu mente: “Seguir el camino”. La dirección está clara, aunque las tentaciones del desvío te hagan preguntarte qué podría esconderse en esos otros rincones.

El frío se cuela entre los árboles, pero no te detiene. El movimiento constante mantiene tu cuerpo cálido, y aunque el aire helado acaricia tu rostro con la crudeza propia de Skjoldheim, lo sientes como un desafío más. La mochila en tu espalda es un recordatorio de lo que llevas contigo, tanto física como espiritualmente. El dial de fuego descansa seguro en su interior, esperando el momento adecuado.

Diez minutos de marcha, y el bosque comienza a abrirse. La nieve en las ramas es más delgada, como si el calor de algo más adelante hubiera derretido parte de su capa. Entre los troncos de los árboles, distingues formas que no pertenecen a la naturaleza: líneas rectas, el humo que se eleva en espirales.

El asentamiento aparece poco a poco, rudimentario pero funcional. Las casas de madera parecen haber sido construidas más por necesidad que por estética. En el centro, una hoguera crepita con un fuego que parece pequeño desde la distancia, pero cuya luz cálida contrasta con el gris azulado del ambiente. Gente se mueve alrededor, figuras robustas que cumplen tareas con la misma eficiencia que observaste en el puerto. Sus movimientos son rápidos y seguros, como si siempre estuvieran listos para reaccionar a cualquier amenaza.

Y lo hacen. Tu figura, imponente incluso entre los árboles, no pasa desapercibida. Una tras otra, las cabezas se giran hacia ti, señalándote con gestos de alarma que son más un aviso mutuo que una advertencia directa. Nadie se lanza al ataque, pero los movimientos a tu alrededor se detienen, como si el aire hubiera cambiado. Sin embargo, en medio de todo ese revuelo, una carcajada corta el silencio.

Desde tu posición, no puedes ver quién ríe. La risa crece, resonando con una estridencia que parece fuera de lugar en un momento tan cargado de tensión. Incluso algunos de los Buccaneers se giran hacia el sonido, sus expresiones son confusas, como si no supieran qué diablos ocurre. La risa se intensifica, seguida de un golpe seco: alguien se ha tirado al suelo.

Cuando das unos pasos más, la respuesta llega a ti de una forma inesperada. Un rugido de pasos apresurados atraviesa la distancia, y antes de que puedas reaccionar, algo —o alguien— impacta contra ti con un placaje contundente, aunque no agresivo.

—¡JA! —La voz, profunda y llena de un entusiasmo incontrolable, te es familiar antes incluso de que tus ojos terminen de enfocar.

¿Quién es este?


El tipo que ahora está sujetándote de un brazo es Harduind Tax. Un rostro ancho y marcado por cicatrices, ojos azules que brillan con un fuego casi infantil, y una sonrisa que parece estar a punto de devorar su propio rostro de tan amplia que es. Su cabello, castaño y atado en una trenza descuidada, cae sobre un abrigo de pieles que cubre una armadura ligera de cuero, salpicada de remaches de metal. Sus botas están cubiertas de nieve, y lleva un cinturón del que cuelgan un hacha corta y varias bolsas de cuero.

—¡Por todos los demonios de este frío! —ríe mientras te levanta sin esfuerzo alguno, tendiéndote la mano después como si el placaje no hubiera sido suficiente para saludarte— ¿Qué haces aquí? ¿Vienes a conquistar este lugar o solo a repartir regalos? ¡No sabes cuánto necesitábamos una buena sorpresa!
#5


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[T5] El Reencuentro - por Raiga Gin Ebra - 15-01-2025, 01:57 PM
RE: [T5] El Reencuentro - por Ragnheidr Grosdttir - 15-01-2025, 07:01 PM
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