Rengetsu D. Tenji
Príncipe Ciego
10-08-2024, 02:25 PM
El trio de marines no parecían ser los favoritos de su superior. Era tal vez por su actitud o modales, simplemente era alguien amargado con la vida que buscaba desfogarse con el primero que pillaba o había un atisbo de celos y envidia ante el potencial de los jóvenes marines que amenazaban su posición. Fuera cual fuera el motivo habría que aguardar un poco más de tiempo para ir descubriendo las autenticas motivaciones de aquel superior. No obstante un hecho real era que con aquellos trabajos extra entregados de forma constante a malas, el marine estaba consiguiendo lo contrario, que los recientes reclutas se motivaran más solo para callarle la boca, cumplieran con éxito su labor y obtuvieran más logros y resultados que irían llegando su expediente. Se trataba de una posible carrera entre la búsqueda de que los reclutas fracasaran en algún trabajo ya fuera por su dificultad o agotamiento, contra la acumulación de logros militares que les proyectaran rápidamente hacia puestos más elevados.
Fuera como fuera, un trabajo nocturno aguardaba al trio de protectores de la justicia, contando solo con sus propios recursos y medios, con el único aliciente de unos mini den den mushi transmisores con los que poder comunicarse si se separaban por el lugar. Una mínima ayuda que les habían proporcionado desde el cuartel, porque si hubiera sido por el sargento no les daba ni las gracias.
La noche había llegado, aunque era tarde aun no era ni media noche. Aun se podían apreciar por las calles algunos transeúntes que regresaban a sus hogares o que estaban marchando hacia alguna taberna o cantina para beber, en el caso de más de uno que ya andaba un poco de lado a seguir bebiendo si es que lograba llegar a alguna parte, a muy malas dormiría en alguna esquina donde cayera.
El taller quedaba cubierto por completo por una lona en su fachada, no dejando ver lo que había al otro lado en los astilleros desde la calle, aunque se podía intuir donde estaba la entrada viendo la apertura en la lona por la que los empleados entraban y salían durante el día, quedando la misma en el centro de la estructura tocando con la calle principal. El lugar se extendería doscientos metros a cada lado desde esa entrada y no daría mucho más pie a rodear por tierra el lugar, al encontrarse inevitablemente con el mar.
Pero por suerte entre los marines contaban con habilidades sobrenaturales que les permitían superar un poco esa barrera de cara a su misión. Quien tomaría ese rol seria Ray, el cual ascendería a los cielos transformándose en una abeja del tamaño de un humano, la cual haría que mientras ascendía un alcohólico que pasaba cerca cayera de culo - ¿Ehh...? Vale definitivamente he bebido demasiado, mi mujer tenia razón... - El hombre incrédulo con que que acababa de ver, pensando que el alcohol ya le estaba jugando malas pasadas opto por dejar su botella de vino allí mismo cerca de Takahiro en su patrulla y volver a casa.
Tras sorprender al borracho, el chico abeja Ray, sobrevolaría el astillero pudiendo apreciar como el tejado de los mismos había sido remolado, quedando más unificado el conjunto de la estructura, dejando de parecer diferentes astilleros en sucesión, aunque podría apreciar como se respeto la integridad de la fachada en lo posible cuando volteo por la parte marítima la cual no estaba cubierta por lonas. Justo cuando bajo el manto de la noche observara esa zona, apreciaría que en el agua había una barca no muy grande anclada a una de las entradas por mar al astillero, la cual estaba parcialmente abierta...
Por otro lado Atlas que se habría quedado observando la zona por la entrada al lugar no percibía nada anormal aun.
Fuera como fuera, un trabajo nocturno aguardaba al trio de protectores de la justicia, contando solo con sus propios recursos y medios, con el único aliciente de unos mini den den mushi transmisores con los que poder comunicarse si se separaban por el lugar. Una mínima ayuda que les habían proporcionado desde el cuartel, porque si hubiera sido por el sargento no les daba ni las gracias.
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La noche había llegado, aunque era tarde aun no era ni media noche. Aun se podían apreciar por las calles algunos transeúntes que regresaban a sus hogares o que estaban marchando hacia alguna taberna o cantina para beber, en el caso de más de uno que ya andaba un poco de lado a seguir bebiendo si es que lograba llegar a alguna parte, a muy malas dormiría en alguna esquina donde cayera.
El taller quedaba cubierto por completo por una lona en su fachada, no dejando ver lo que había al otro lado en los astilleros desde la calle, aunque se podía intuir donde estaba la entrada viendo la apertura en la lona por la que los empleados entraban y salían durante el día, quedando la misma en el centro de la estructura tocando con la calle principal. El lugar se extendería doscientos metros a cada lado desde esa entrada y no daría mucho más pie a rodear por tierra el lugar, al encontrarse inevitablemente con el mar.
Pero por suerte entre los marines contaban con habilidades sobrenaturales que les permitían superar un poco esa barrera de cara a su misión. Quien tomaría ese rol seria Ray, el cual ascendería a los cielos transformándose en una abeja del tamaño de un humano, la cual haría que mientras ascendía un alcohólico que pasaba cerca cayera de culo - ¿Ehh...? Vale definitivamente he bebido demasiado, mi mujer tenia razón... - El hombre incrédulo con que que acababa de ver, pensando que el alcohol ya le estaba jugando malas pasadas opto por dejar su botella de vino allí mismo cerca de Takahiro en su patrulla y volver a casa.
Tras sorprender al borracho, el chico abeja Ray, sobrevolaría el astillero pudiendo apreciar como el tejado de los mismos había sido remolado, quedando más unificado el conjunto de la estructura, dejando de parecer diferentes astilleros en sucesión, aunque podría apreciar como se respeto la integridad de la fachada en lo posible cuando volteo por la parte marítima la cual no estaba cubierta por lonas. Justo cuando bajo el manto de la noche observara esa zona, apreciaría que en el agua había una barca no muy grande anclada a una de las entradas por mar al astillero, la cual estaba parcialmente abierta...
Por otro lado Atlas que se habría quedado observando la zona por la entrada al lugar no percibía nada anormal aun.