
Anko
Médica Despiadada y novia de Giorno
18-01-2025, 06:40 AM
La muchacha esperó pacientemente a la respuesta de Rocket, quería saber que tal estaba su platillo y saber en qué podía mejorar, pero en lugar de eso solo pudo observar a un mapache paralizado, que masticaba y tragaba la comida como si nada, sin decir una sola palabra. La acumulación de saliva en la mesa hacía que Anko solo observara la escena con detenimiento, los minutos pasaban y la opinión del mapache no llegaba. Talvez estaba en shock por la mención de sus bolitas peludas, si eso debe ser, lo sabemos todos, pero, para la joven, sólo era una suposición.
Tragó saliva de forma deliberada, la situación se había vuelto algo tensa y el ambiente estaba algo pesado, un cambio abrupto para el ambiente amigable que había antes de que Rocket abriera su hocico para mencionar su broma y Anko abriera la boca para confirmar que efectivamente le había visto hasta el alma. Pero alguien debía romper el hielo, alguien debía ser el héroe que logra calmar el ambiente y en vista de que el mapache hablador no lo haría, tendría que ser ella.
Sus uñas empezaron a golpetear la mesa con un movimiento de sus dedos, ella esperaba que el sonido sacara a Rocket de su trance, pero aquel sonido constante podría sonar raro en una situación como ella, pero más que un sonido raro, sería como un sonido pesado, algo que definitivamente no apoyaba en nada a la ruptura del enorme glaciar que se había formado entre ellos. Como eso no resultó, Anko carraspeó sutilmente su garganta para llamar la atención del Mink hasta que finalmente decidió hablar — Bueno, me tomaré tu silencio y aparente parálisis como un “Está delicioso, me encanta” ¡Joder, que genial eres, Anko! — Dijo para ella misma con un gesto que parecía que festejaba una victoria magistral.
Lentamente se levantó y se acercó hasta el mapache para tocar suavemente su cabeza con su dedo índice — Vamos, sigue disfrutando, si te encantó puedo hacer más, me caíste bien, aunque te haya tenido que ver tus bolitas… — Sí, un comentario que no ayudaba en nada, otra vez — Ya se está haciendo tarde y seguro que no tienes una casa propia, así que… podrías quedarte aquí esta noche para que descanses bien, además me serviría por si alguna de tus heridas vuelve a abrirse… —
Tragó saliva de forma deliberada, la situación se había vuelto algo tensa y el ambiente estaba algo pesado, un cambio abrupto para el ambiente amigable que había antes de que Rocket abriera su hocico para mencionar su broma y Anko abriera la boca para confirmar que efectivamente le había visto hasta el alma. Pero alguien debía romper el hielo, alguien debía ser el héroe que logra calmar el ambiente y en vista de que el mapache hablador no lo haría, tendría que ser ella.
Sus uñas empezaron a golpetear la mesa con un movimiento de sus dedos, ella esperaba que el sonido sacara a Rocket de su trance, pero aquel sonido constante podría sonar raro en una situación como ella, pero más que un sonido raro, sería como un sonido pesado, algo que definitivamente no apoyaba en nada a la ruptura del enorme glaciar que se había formado entre ellos. Como eso no resultó, Anko carraspeó sutilmente su garganta para llamar la atención del Mink hasta que finalmente decidió hablar — Bueno, me tomaré tu silencio y aparente parálisis como un “Está delicioso, me encanta” ¡Joder, que genial eres, Anko! — Dijo para ella misma con un gesto que parecía que festejaba una victoria magistral.
Lentamente se levantó y se acercó hasta el mapache para tocar suavemente su cabeza con su dedo índice — Vamos, sigue disfrutando, si te encantó puedo hacer más, me caíste bien, aunque te haya tenido que ver tus bolitas… — Sí, un comentario que no ayudaba en nada, otra vez — Ya se está haciendo tarde y seguro que no tienes una casa propia, así que… podrías quedarte aquí esta noche para que descanses bien, además me serviría por si alguna de tus heridas vuelve a abrirse… —