Airgid Vanaidiam
Metalhead
10-08-2024, 09:49 PM
La mujer tardó poco en estrechar el vaso de cubata entre sus manos. Estaba cortito de alcohol, aún era pronto como para andar emborrachándose, pero sí que le apetecía deshinibirse un poco de buena mañana. Tenía buen aguante, así que tampoco es como si fuera a hacerle mucho efecto. Se dedicó a dar algunos traguitos cortos y a golpear la barra con las uñas, como si siguiera el ritmo de una cancioncilla mientras esperaba a que su comida estuviera lista. Un par de bocatas bien grandes. Uno se lo comería ahora, pero el otro lo guardaría para llevárselo en la mochila durante su pequeña excursión.
Antes de que pudiera sacarle un tema de conversación al hombre que atendía la barra, un nuevo chico se sentó en los taburetes, dejando uno de distancia con respecto a ella. La rubia, que no se cortaba un pelo, le ojeó sin verguenza alguna mientras este hacía su pedido. — Ahora mismito, amigo. ¡Penny, un especial de la casa! — Volvió a gritarle la comanda a la cocinera a la vez que él preparaba el sake. Airgid se fijó en el arma que había dejado apoyada contra la madera de la mesa, y no pudo evitar preguntarse si se le daría bien usarla o si solo la llevaba como decoración.
Larios le tendió el sake al peliblanco, los platos de comida tardarían aún un poquito más. Pero la espera merecía la pena, puede que la taberna fuera pequeña y humilde, pero tenía la mejor cocina del barrio. Cuando el joven hizo esa pregunta, a Airgid se le dibujó una sonrisa en los labios, quizás curiosa. — ¿Interesante? — Preguntó de nuevo, antes de darle otro trago a su bebida. — Es un pueblo pequeño, aunque tiene bastante vidilla, todo el rato ocurren cosas interesantes. ¿Eres de por aquí? — Le preguntó, y estiró su brazo derecho para tratar de estrecharle la mano. — ¡Yo soy Airgid! — Se presentó con amabilidad. Airgid no perdía nunca la oportunidad de conocer a gente nueva. — Tendrás que especificar un poquito más, amigo, ¿buscas algo en concreto? — Siguió Larios con la conversación.
Antes de que pudiera sacarle un tema de conversación al hombre que atendía la barra, un nuevo chico se sentó en los taburetes, dejando uno de distancia con respecto a ella. La rubia, que no se cortaba un pelo, le ojeó sin verguenza alguna mientras este hacía su pedido. — Ahora mismito, amigo. ¡Penny, un especial de la casa! — Volvió a gritarle la comanda a la cocinera a la vez que él preparaba el sake. Airgid se fijó en el arma que había dejado apoyada contra la madera de la mesa, y no pudo evitar preguntarse si se le daría bien usarla o si solo la llevaba como decoración.
Larios le tendió el sake al peliblanco, los platos de comida tardarían aún un poquito más. Pero la espera merecía la pena, puede que la taberna fuera pequeña y humilde, pero tenía la mejor cocina del barrio. Cuando el joven hizo esa pregunta, a Airgid se le dibujó una sonrisa en los labios, quizás curiosa. — ¿Interesante? — Preguntó de nuevo, antes de darle otro trago a su bebida. — Es un pueblo pequeño, aunque tiene bastante vidilla, todo el rato ocurren cosas interesantes. ¿Eres de por aquí? — Le preguntó, y estiró su brazo derecho para tratar de estrecharle la mano. — ¡Yo soy Airgid! — Se presentó con amabilidad. Airgid no perdía nunca la oportunidad de conocer a gente nueva. — Tendrás que especificar un poquito más, amigo, ¿buscas algo en concreto? — Siguió Larios con la conversación.