Hay rumores sobre…
... que en una isla del East Blue, hay un prometedor bardo tratando de forjarse una reputación. ¿Hasta dónde llegará?
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[Aventura] Los vestigios de la bruja [T3]
Ragnheidr Grosdttir
Stormbreaker
Mientras Marian avanzaba, el gas se arremolinaba a su alrededor, apretándose contra su cuerpo como si intentara entrar bajo su piel. Las runas en las paredes dejaron de latir de manera uniforme y comenzaron a parpadear al azar, como si algo estuviera alterando el equilibrio del lugar. Las voces en el aire se volvieron más claras, ya no meros susurros sin sentido, sino palabras que parecían dirigidas directamente a él. Palabras que no debían conocerse. “¿Crees que Marian es suficiente?” La frase surgió de entre los ecos, pronunciada por una voz que sonaba igual a la suya, pero distorsionada, cargada de un matiz de burla. “¿Crees que fe y rabia te protegerán de lo que este lugar exige?”De las sombras comenzaron a emerger formas difusas, figuras apenas definidas que parecían hechas del propio gas. No eran sólidas, pero sus movimientos eran inquietantemente humanos. Una de ellas se detuvo frente a Marian, creciendo en tamaño hasta que lo superó en altura, inclinándose hacia él. Aunque no tenía rostro, Marian pudo sentir que lo miraba, que escudriñaba dentro de él. La figura alzó una mano vaporosa y señaló hacia su pecho, donde un calor repentino pareció brotar, como si algo estuviera intentando despertar en su interior. Otra voz surgió, femenina esta vez, susurrando al oído de Marian con una suavidad que era casi peor que el tono burlón de la primera. “No estás aquí por fe. Estás aquí porque no sabes quién eres. Estás aquí porque te has perdido. La misión que tanto clamas cumplir es solo un escudo. Un pretexto para no enfrentarte a lo que temes de ti mismo.” Las figuras comenzaron a moverse a su alrededor, sus formas cambiantes proyectando sombras inquietantes en las paredes de la cueva. Algunas parecían imitar sus propios movimientos, reflejándolo como un espejo distorsionado, mientras que otras se quedaban quietas, observando. El gas se hacía más denso, entrando por cada respiración y haciendo que el aire pareciera más pesado, como si cada paso exigiera un esfuerzo titánico.

Entonces, una tercera voz, profunda y resonante, habló desde el pasaje oscuro que tenía delante. Esta voz no imitaba ni susurraba; era un rugido contenido, un trueno disfrazado de palabras. “Si sigues adelante, Marian, debes dejar algo atrás. Un precio. Un sacrificio. ¿Qué estás dispuesto a perder para ser quien dices ser?” El suelo tembló levemente bajo sus pies, y las runas volvieron a latir al unísono, pero esta vez con un tono más sombrío. Una de las figuras señaló hacia el altar en el centro de la sala, donde las sombras comenzaban a formarse en algo más tangible. Algo esperaba allí, como si fuera una ofrenda. O una elección. Las palabras finales flotaron en el aire, desvaneciéndose lentamente pero no dejando lugar a dudas. “Esta no es una cuestión de voluntad. Esta es una cuestión de verdad. ¿La enfrentarás o te consumirá?” El silencio volvió, pero no era un silencio tranquilo. Era un silencio expectante, cargado, como si el mismo lugar estuviera conteniendo el aliento. La decisión estaba ante él, y las sombras parecían esperar.

Cuando abres los ojos, te das cuenta de que no estás en el mismo lugar. Te encuentras en una especie de habitación de piedras, como una cueva. Estás tirado sobre una cama, con los brazos y las piernas atados por cadenas de metal. Hay un reloj de arena justo a tu lado y tu piel parece estar deshidratada, como si llevaras ahí varios días y es que ... Han pasado varios días. Aquel gas que te hacía ver cosas extraordinarias, terminó por tumbarte. ¿Realmente ese lugar y esa mujer que buscas, son tan especiales? sabes, porque no eres estúpido, que el poder de algunas akumas rivalizaban con la magia, con esas cosas imposibles de que ocurran ... Pero lo vivido en esa cueva escapaba a la comprensión. Escuchas pasos, de unos tacones. Abren la puerta metálica de tu habitación y depositan una jarra de un líquido rojizo sobre la mesita al lado de tu cama. — Oh vaya, si ya estás despierto. Se lo diré a la gran ama ... — Practicamente lo susurró. La puerta metálica se cerró de golpe, dejando tras de sí un eco prolongado que retumbó por la cueva como una risa burlona. Cada grano que caía parecía retumbar en tu mente, como si marcara no solo el tiempo que llevabas allí, sino el tiempo que te quedaba. Tus manos, encadenadas al marco de la cama, podrían tirar con fuerza, pero las cadenas apenas se moverían. No era solo el metal; había algo más, algo que hacía que aquellas ataduras fueran irrompibles. Era como si el lugar mismo estuviera impidiéndole escapar.



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RE: Los vestigios de la bruja [T3] - por Marian - 12-01-2025, 05:46 PM
RE: Los vestigios de la bruja [T3] - por Marian - 13-01-2025, 08:42 PM
RE: Los vestigios de la bruja [T3] - por Marian - 14-01-2025, 02:24 AM
RE: Los vestigios de la bruja [T3] - por Marian - 15-01-2025, 12:47 AM
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RE: Los vestigios de la bruja [T3] - por Ragnheidr Grosdttir - 20-01-2025, 08:11 AM
RE: Los vestigios de la bruja [T3] - por Marian - 25-01-2025, 07:54 PM
RE: Los vestigios de la bruja [T3] - por Marian - 26-01-2025, 10:04 PM

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