Alguien dijo una vez...
Iro
Luego os escribo que ahora no os puedo escribir.
[Aventura] [T3] Los forajidos del desierto
Raiga Gin Ebra
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El aire denso de la cueva, mezclado con la humedad y el eco persistente, se convierte en un escenario cargado de tensión. Cada paso que dais resuena con más fuerza de lo esperado, aunque eso ya os da igual. Habéis descartado por completo sorprender a vuestro rival, y no quiero señalar culpables, pero está claro, ¿no? No pasa nada, la vida siempre da una segunda oportunidad. O eso dicen.

Los sonidos distantes quizá os llamen la atención, gotas que caen al suelo y movimientos casi imperceptibles que parecen acecharos desde la oscuridad. Es como si la cueva tuviera vida propia, y realmente no estáis seguros de si esa vida es amigable o no.

La formación que propuso Ungyo comienza a tomar forma, aunque hay desajustes. La doctora Eve, quien debería estar cubriendo la retaguardia, no parece tener mejor momento de dormirse que ahora. ¿Habíais visto algo igual? Yo sí la verdad, pero no deja de sorprenderme. Su caída súbita y el ronquido leve que sigue son un golpe inesperado para la moral del grupo. Agyo, con una mezcla de incredulidad y exasperación, se encarga de cargarla como un saco de patatas mientras murmura maldiciones sobre la inoportunidad de su letargo. En momentos así todos somos Agyo. Ánimo compañero.

Mientras tanto, Lykos lidera la marcha junto a Ungyo, quien, a pesar de haber quedado atrapado en la trampa, parece decidido a compensar su error. Seguro que puedes. Con su cimitarra en mano, el lunarian avanza con la mirada fija en las sombras, mientras el barbudo jefe de los Crimson Crusaders mantiene su lanza lista y su escudo elevado. El tontatta Fon Due se mueve entre las filas, alerta, pero su tamaño y habilidad para escabullirse entre los rincones le permiten mantener un perfil bajo.

Al llegar a una esquina de la cueva, las opciones se presentan claras: a la derecha, un callejón sin salida; a la izquierda, un camino que parece descender hacia las entrañas de la cueva, donde la oscuridad se hace más profunda. Pero no tenéis tiempo de discutir la dirección a seguir. Desde la lejanía, una voz irrumpe en el eco.

—¡Alto! —El grito se acompaña del sonido de pisadas apresuradas.

El grupo se detiene, tensos, mientras los pasos se acercan. Tras unos veinte segundos, seis figuras emergen de las sombras, iluminadas apenas por la antorcha que porta su lider y la tenue llama de Agyo junto con el dial de luz que sostiene Lykos. Los dos primeros en la formación, Lykos y Ungyo, quedan cara a cara con los recién llegados. Y, de momento, son los únicos visibles ante ellos.

Tres de los hombres portan armas de fuego y ya os tienen en el punto de mira. Sus posturas indican que saben usarlas y no dudarán en apretar el gatillo. Los otros dos llevan katanas, que desenvainan con un movimiento rápido al detectar vuestra presencia, en un claro gesto amenazante que solo vosotros sabréis como tomaros. El último, evidentemente el líder, no lleva armas visibles, pero su semblante serio y la calma en su voz sugieren que no necesita una para hacerse valer.

—Tenéis cinco segundos para salir de aquí —advierte con firmeza—. O lamentaréis haber entrado.

El ambiente se vuelve eléctrico, cargado de tensión. Los tiradores, con sus armas apuntadas, no parpadean, mientras que los espadachines adoptan una posición defensiva, listos para el combate. Por su parte, el líder permanece inmóvil, esperando vuestra respuesta.

Detrás de Lykos y Ungyo, Agyo sigue sujetando a una Eve todavía medio dormida, intentando despertarla sin llamar demasiado la atención. Fon Due observa desde las sombras, calibrando la situación con rapidez.

En menuda situación os habéis metido. Sin duda estos tipos parecen claramente los del encargo. Pero verlos en vivo os hace pensar que esto será más difícil de lo que creíais. Más que nada porque os superan en número y están en su casa. Ellos se conocen la cueva como nadie, y quién sabe si estáis cerca de alguna trampa o algo que puedan usar a su favor.

El tiempo se ralentiza mientras las palabras del líder resuenan en vuestra mente. Cinco segundos no son muchos, pero en este tipo de situaciones, pueden ser suficientes para decidir entre la vida y la muerte. ¿Avanzaréis con una estrategia ofensiva? ¿Retrocederéis para reconfigurar el grupo? ¿O intentaréis negociar con ellos?

Sea cual sea vuestra decisión, está claro que los Crimson Crusaders están ante su primer enfrentamiento serio. Y el desenlace dependerá de la confianza que tengáis en vuestros compañeros y habilidades. Pero, sobre todo, en lo que hagáis en ese pequeño margen de cinco segundos. ¿Qué haréis ahora?

Vuestros rivales
#31


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[T3] Los forajidos del desierto - por Raiga Gin Ebra - 19-12-2024, 11:05 AM
RE: [T3] Los forajidos del desierto - por Fon Due - 24-12-2024, 01:29 AM
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RE: [T3] Los forajidos del desierto - por Fon Due - 05-02-2025, 03:28 PM

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